Marcela García es una joven de 26 años de origen Mexicano, la cual decide trasladarse a la ciudad de París, para cumplir un sueño y una meta que siempre ha tenido, estudiar en una prestigiosa escuela de diseño de modas.
La vida le pondrá...
Viernes, al fin, fin de semana. Me levanto con ánimos, hoy decido irme un poquito más arreglada.
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Las clases estuvieron increíbles, hoy dibujamos mucho. La verdad fue interesante aprender nuevas técnicas de pintura y coloreado. Hoy igual recibo un bello arreglo pero este es HERMOSO. Son rosas rojas, muy bellas rosas, mis favoritas.
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En la tarjeta solo traía una "M" y en pequeñas letras mi nombre. Enviadas de otra florería importante Maison Farola, hasta donde se, un pequeño ramo de rosas cuesta al menos 600 euros. No me imagino el valor de este. *** Por lo general los viernes salgo al medio día. Le pido de favor a mi amiga Karime que lleve el arreglo a casa y lo deje en mi habitación. *** Al llegar al edifico, veo que Jake fuma perdido en sus pensamientos viendo a los transeúntes. Me acerco con cuidado para sorprenderle, pero este me mira primero. •Jake: Hola bella señorita-.sonríe, exhalando el humo del cigarro. •Yo: Hola Jake, ¿Cómo estás?-. •Jake: Muy bien, gracias por preguntar pequeña.-me mira de reojo con sus bellos ojos color avellana-. •Yo: De nada. Y que hac...-estoy por preguntar pero su teléfono suena. •Jake: Discúlpame-.dice con amabilidad. Pero prefiero despedirme de él-.
Al entrar al hall noto que Lisa está ocupada, pobre siempre está trabajando y nunca luce cansada, al contrario siempre está fresca como una lechuga.
Me dirijo al ascensor y está vacío. Mi teléfono suena, es mi amigo Víctor, respondo a sus mensajes. Las puertas del elevador suenan que están por cerrarse, pero siento como alguien entraba de prisa, decido no alzar la mirada, puede que sea algún empleado que se dirige con prisa a su piso. Continuó escribiendo en mi teléfono y me río un poco. Es extraño, pero tengo la sensación de ser observada.
De repente mi cuerpo se pone alerta y qué tal si...-No, No, no puede ser él-. Alzo la mira con cuidado y es increíble. Es él, frente a mi, observándome con detalle. Mi respiración se acorta y siento como mis piernas tiemblan. Me mira con detalle y calma. •Yo: Tú... •Ryan: Tú.-pone una mano dentro del bolso de su pantalón-. •Yo: ¿Qué haces aquí?.-trató de calmarme. •Ryan: Voy a mi oficina.-comienza a acercarse a mí con paso lento, y yo retrocedo poco a poco hasta topar con la fría pared metálica del elevador-. No respondo, no quiero hablarle. Se acerca más a mi y me pega a él con su mano brazo derecho, trató de oponerme pero tiene más fuerza que yo y no puedo moverme. •Yo: Sueltame, O juro que...-¿qué le juro?-. •Ryan: ¿O qué?.-me mira con sus bellos ojos metálicos preciosos pero mentirosos, tienen una especie de hechizo que hacen que no puedas moverte y lo mires fijamente sin despegarte de su mirada. Mi respiración es más rápido y la suya igual. •Ryan: Yo, Perdóname.-Se acerca y toma mis labios con una pasión increíble. Su lengua se insinúa a que abra mis labios, acepto y se enrolla con mi lengua. Este beso dice más que mil palabras, siento que tan arrepentido está. El sabor de sus labios mezclados a los míos hacen una increíble fusión, por un momento olvido todo sentimiento de enojo. Dejo que continúe con este maravilloso momento. Pero el veneno se inyecta nuevamente en mi corazón.
