Marcela García es una joven de 26 años de origen Mexicano, la cual decide trasladarse a la ciudad de París, para cumplir un sueño y una meta que siempre ha tenido, estudiar en una prestigiosa escuela de diseño de modas.
La vida le pondrá...
La manera en que tocan mi puerta hace que me levante, viendo que ya es tarde. Me desvisto rápido para tomar una ducha igual de rápida o tal vez no...
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Después de 15 minutos en el baño salgo muy rápido, secándome para ponerme ropa interior, la primera que encontré y el primer vestido con zapatos que ví.
No me maquillo, eso lo haré allá pero no me olvido de poner loción. Salgo rápido encontrándome con Mark que me espera con una mano en la cintura. •Yo: Lo siento, otra vez, pero me quede dormida.-le miro apenada-. •Mark: Descuida, lo comprendo.-toma mi cara entre sus manos.-De echo iba a decirte que fueras más tarde pero veo que estás lista.-Me da un pequeño beso.-Hora de irnos-.
Asiento ligeramente, yendo juntos a la salida. ********************** Mark está contento por qué ya faltan dos días para la inauguración del estacionamiento así que de mientras sigue dejándome a mi aquí y su pobre auto allá. Camino por la banqueta para encontrarme con Jake que me mira feliz. Me acerco a él para saludarle con un beso en la mejilla, siempre estaré agradecida con él. •Jake: Buen día Señorita.-Me saluda-. •Yo: Buen día Jake.-le saludo antes de irme-.
Subo las pequeñas gradas y veo a mi bella Lisa en su puesto de trabajo muy fresca y radiante a diferencia de mi. La saludo de lejos ya que se encuentra ocupada con los nuevos becarios. Tomo el ascensor con otros trabajadores. No decido esperar a Mark porque quiero ir a mi oficina y arreglarme un poco, así que le envío un mensaje.
Las puertas se abren en mi piso y la secretaria saluda al dirigirme a mi oficina. Abro y pongo seguro porque no quiero ser interrumpida en pleno proceso de transformación.
Al terminar de poner lo más básico me sumerjo en los archivos que Lisa no pudo hacer. ********************** Termine dos dossiers pequeños en menos de dos horas siendo interrumpida por una llamada la cual tomo. Es Ryan que desea verme afuera. Me arreglo un poco, pues recuerdo que es la hora del desayuno que había dicho ayer. Salgo de mi oficina y al alzar la mirada me encuentro con la suya que no deja de mirarme. Le saludo un poco pues la secretaria parece observarnos. Me pide que entremos al elevador. Las puestas se cierran detrás de nosotros y sin querer comienzo a sentirme un poco incómoda, acordándome de aquellos momentos en los cuales el elevador era nuestro mejor aliado, nuestro espacio para hacer nuestras picardías, ya fuera un beso pequeño o uno intenso. Era en tiempo pasado.
Respiro, no quiero que se de cuenta de cuan incomoda estoy. •Ryan: Me enteré lo qué pasó ayer, discúlpame Marcela, de haber sabido que ese idiota iría te juro que no te hubiera pedido que fueras. Lo lamento, espero no haya sido un impertinente contigo.-Parece arrepentido-. •Yo: Descuida, solo fue dicil hablar cuando te interrumpen cada 5 minutos con preguntas estupida u opiniones fuera de contexto.-hago una mueca-.
Su teléfono suena, pidiéndole que le disculpe, realmente no puedo saber de qué habla porque lo hace en alemán, mientras yo estaré revisando mi teléfono subiendo alguna selfie a mi Instagram. Las puertas se abren y nos topamos con Gabriel, quien se une a nosotros, pero también viene en una llamada la cual puedo saber qué habla de Cassidy parece que se le olvida que se italiano. Lo ignoro, realmente no me importa que pase con esa arpia.
