Marcela García es una joven de 26 años de origen Mexicano, la cual decide trasladarse a la ciudad de París, para cumplir un sueño y una meta que siempre ha tenido, estudiar en una prestigiosa escuela de diseño de modas.
La vida le pondrá...
Ha pasado un día desde que me mudé oficialmente con Ryan, ayer cenamos muy felices mientras platicábamos sobre sus terapias que hoy comenzaban. Cosa que amargó un poco la cena pero no dejamos que por ello se arruinará lo poco de felicidad que había.
No comprendía el porqué de las terapias, argumentando que no estaba inválido y que solo era el efecto de la cirugía, como le habíamos dicho. La verdad es que no podía manifestar que aún era incierto si volvería a caminar pero le "convencí" de qué lo hiciera, ya que cabe la posibilidad de que al final se arrepienta porque sus músculos se llegarán a atrofiar.
Me pasé hablando con él sobre lo importante que sería para que pudiera recuperarse pronto de la columna, aunque también debía tomar reposos y descansar para no lastimar la columna.
Hoy madrugué, ya que el fisioterapeuta quedó de venir temprano y debo tener todo preparado. Opto por algo simple, no es como que vaya a vestirme súper genial para las sesiones.
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Lo primero que quiero hacer es molestarle o más bien verle dormir pero no demoraré mucho ya que su nuevo enfermero vendrá para ayudarle.
Entro lentamente, percatándome que aún sigue dormido, viendo cuan lindo se ve y observarle tan tranquilo me hace sonreír. A veces creo que es tonto y ridículo hacer este tipo de cosas pero la verdad es que aún sigo enamorada de ese grandísimo tonto. Estúpidamente sigo suponiendo que algún día estaremos juntos como debería ser pero luego regreso a la realidad que no pasará. Siempre hay algo que nos impide ser feliz...
Recorro su mejilla con el dorso de mi mano, acomodando su cabello, sintiendo lo caliente de su cuerpo. Estoy por besarle pero parece que le he despertado antes de tiempo, mirándome con una pequeña sonrisa en los labios y con los ojos aún cerrados, comienza a hablarme. •Ryan: Hola, ¿Qué haces aquí?.-su voz es bajita.-Espero sea un sueño, porque estoy viendo a un ángel!-. •Yo; ¡Hola, buen día...solo venía a despertarte!. No soy ningún ángel.-sonrío.-Pronto será hora, además de preguntar si deseas desayunar algo en específico.-toco suavemente su mejilla- •Ryan: Hot cakes rellenados con Nutella?-.
Asiento suavemente, ayudándole a sentarse, sintiendo cómo se aprovecha de la situación al bajar un poco sus manos hasta la parte baja de mi espalda. •Yo: ¡Nunca pierdes la ocasión!-.
Tan solo se ríe, porque sabe que es verdad. Le dejo para abrir la puerta. **************************** El nombre del enfermero es Richard, quien es muy atento y agradable. Lo primero que hizo fue ayudar a Ryan a ir al baño y por supuesto ducharle antes de su terapia sin olvidar que fue quien le inyectó un analgésico que le ayuda a disminuir los dolores de la espalda. Además de hacerle un chequeo general de la presión y otras cosas menores.
Son las 10:00 y el fisioterapeuta llega sonriente. Antes de que vea a Ryan, le explico la situación a fondo, que no puede decir mucho acerca de su padecimiento ni mencionar algo por el estilo. Por fortuna comprende la gravedad del problema, y sabe con exactitud lo que hará con él. Sin embargo, no pierdo el momento para reprocharme por ocultarle la verdad.
