Tras una declaración

48 8 2
                                    

ADVERTENCIA: Por si no quedó claro con la multimedia, esta parte posee contenido sexual, por lo que, si no desea leerla, está en todo su derecho de no hacerlo y esperar el próximo capítulo.

Pero si desea hacerlo, bienvenido sea y que la disfrute.

NOTA: Cada cosa estará siendo narrada por dicho personaje, tendremos el punto de vista de Tommy, tanto como el de Patry, para que no ocurran confusiones.

*******************

Patry

Yo también te amo, Tommy.

Dicho esto comencé a besar su cuello lentamente, él apoyó sus manos sobre mi espalda baja y fue aplicando suaves masajes mientras jadeaba en silencio.

—¿No deberías ponerlas más abajo? —le susurré en el oído, refiriéndome a sus manos.

—Sus deseos son ordenes. —sentí como en su rostro surgía una gran sonrisa acompañada de un mordisco de labios, le di un casto beso y continué saboreando su piel.

Una de sus manos bajó y se posó muy cerca de mi zona íntima, causando que me estremeciera y se me erizara la piel.

Me separé un poco para poder mirarle, luego fui pasando mis manos desde su cuello, su pecho, su barriga..., y las detuve allí, volví la mirada hacia él y esta vez tenía los ojos cerrados, al sentir que dejé de moverme los abrió y le sonreí pervertidamente.

Tommy

Patry me sonrió de forma pervertida y no me quedó de otra, así que me reí, sabía que trataba de torturarme, y lo hacía muy bien.

—¿Es que en otra vida te hice sufrir tanto para que me lo cobres así? —me quejé.

—Te estoy haciendo pagar por las veces que me hiciste bullying con el arriba y abajo. —dijo con una sonrisa divertida y pasando su dedo por todo mi pecho, pero deteniéndolo... ahí.

Deberíamos renovar el plan que hice, el de tú abajo y yo arriba es más interesante, en esta ocación. —propuse, pasando mis manos sobre su pecho y dando suaves masajes.

—Oh no, te burlaste bastante de mí, me toca vengarme.

—¿No podría ser en otro momento?, no puedes pensar sólo en mí. —con la cabeza le señalé mi erección, se sonrojó y volvió su mirada hacia mí para luego comenzar a besarme.

Patry

Deseaba a Tommy de la misma manera que él lo hacía, pero quería hacerle sufrir por un rato.
Mientras nos besábamos apasionadamente yo le acariciaba el pecho y él jugaba con mi espalda, mientras que su mano fue bajando suavemente.

—Bien, es suficiente. —habló y me apoyó de la banqueta quedando encima mío mientras que yo le miraba divertida.

—Si no lo haces tú, lo haré yo. —susurró contra mis labios, para luego posar los suyos en mis senos, comenzó a jugar con ellos mientras que yo retenía la respiración y arqueaba la espalda por el placer.

Cuando dejó de jugar con mis senos se dirigió a mi barriga y con sus labios dibujó algo, besó a la izquierda, a la derecha, luego arriba y abajo, se sentía como la forma de... una estrella.

Tommy

Dibujé una estrella en la barriga de Patry, es mi marca favorita, y ella la persona perfecta para tenerla, me levanté un poco para poder apreciar su cuerpo totalmente desnudo, mis ojos viajaron desde los suyos hasta su zona íntima, me quedé anonado allí y separé sus piernas con la intención de tener más espacio.

Le fui dejando pequeños besos en los muslos, hasta que volví a mirarla, tenía la vista fija en mí, atenta a cada uno de mis movimientos y gimiendo ante mi tacto, volví la mirada hacia su zona íntima y le besé repetidas veces, saboreándola, hasta que no aguanté más.

—Ya... ya hazlo. —dijo con la voz entrecortada.

—¿Segura? —pregunté.

Quería que todo pasara cuando ella quisiera y lo deseara.

—¡Sí, Tommy!, ¿no necesitas que firme un contrato de casualidad? —respondió ya exasperada, sonreí y me levanté para buscar la tira de condones, me puse uno y me acerqué a su rostro para besarle, me acomode en la banqueta y no perdí ni un sólo segundo.

Patry

Respiré hondo y lo siguiente que sentí fue a Tommy dentro de mí, sentí tantas cosas en ese momento, pero lo que más predominaba eran el dolor y el placer, un placer agridulce.

Tommy sonreía y yo lo hacía también, estaba feliz, ¿quién lo diría?, aquella invasión a mi privacidad trajo algo bueno consigo, y se apellida Caja.

El Callejón de Corazones © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora