Capítulo 41

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*Mientras tanto en la bodega*

Patry tenía los nervios a flor de piel y la desesperación le carcomía, llevaban un buen rato simplemente besándose, pero ella quería mucho más y no deseada esperar tanto, por lo que empujó a Tommy pegándolo de la pared y con una sonrisa divertida se abalanzó sobre él.

Tommy le atrapó y acomodó sus piernas alrededor de su cintura, quedando más cerca de sus labios.

—Que agresiva. —susurró Tommy mientras le besaba.

—No comiences, podría torturarte de muchas maneras. —le respondió Patry mirándole de forma pervertida.

—Me gustaría que me torturaras, igual sería puro placer verte intentándolo.

—No sé si sentirme ofendida o halagada.

Tommy no respondió, le tomó por los muslos y la llevó a la banqueta en donde reposaba la ropa que Patry había sacado para ponerse antes de que él fuera con la intención de avisarle que su hermano saldría por un rato, le apoyó de allí y comenzó a besar delicadamente su cuello.

Mientras que Patry sentía como un huracán pasaba por cada parte que Tommy besaba, le deseaba con todas sus fuerzas y en ese momento no tuvo miedo de decírselo.

—Tommy. —le llamó, aún con los ojos cerrados.

—Ehm.

—Es... estoy lista.

Patry abrió los ojos al sentir como Tommy tenía la mirada fija en ella.

—¿Segura...?, no tenemos que apresurar nada. —la voz de Tommy sonaba forzada, había estado reteniendo la respiración todo el rato.

—Tan segura como que después de esto tendremos que idear una buena excusa para Ryan.
—bromeó mientras mantenía una bella y deslumbrante sonrisa en su rostro.

—Oh no. —dijo Tommy, tratando de preocuparla.

—¿Qué ocurre?

—No te he dicho algo, muy importante. —le miró serio y luego dirigió su mirada al vacío.

—Tommy, me estás asustando.

Patry le tomó del rostro y le obligó a mirarle, en sus ojos relucía una especie de brillo a pesar de ser tan oscuros.

Tommy no aguantó más y volvió a besarle, esta vez de forma salvaje, Patry no quería que se detuviera pero necesitaba saber qué tenía para decirle.

—Ya dime, no tengo tanto autocontrol. —le reclamó.

Tommy estaba nervioso por lo que le iba a decir, pensó unos segundos no hacerlo, pero luego decidió confiar en sí mismo y hacer algo bien por primera vez.

—Patry..., desde el primer día que estuviste aquí me pareciste la chica más hermosa que mis ojos hubieran podido contemplar... —tragó saliva e hizo una pausa en busca de las palabras adecuadas.

-...Pero tu belleza no es nada comparada a tu personalidad...—sonrió—. Usualmente no le caigo bien a las personas, porque pues, mírame, pero tú viste más allá de mis chistes malos, bromas de mal gusto y actitudes aburridas, te convertiste en la familia que hace años había perdido y no pensé lograría recuperar. Tantas cosas que quisiera poder darte, pero por ahora lo único que tengo es esto, y ten por seguro que te pertenece... Patry, yo... te amo.

El rostro de Patry se llenó de lágrimas y no pudo hacer nada más que abrazarlo, porque las palabras no surgían, era la primera vez que alguien le decía algo tan hermoso, su vida siempre estuvo llena de caprichos y piropos falsos debido a su exterior.

Tommy le acariciaba el pelo mientras que ella estaba con la cabeza apoyada en su cuello, cuando estuvo más calmada y las lágrimas dejaron de caer, decidió hablar.

—Yo también te amo, Tommy.

Las cosas entre ellos nunca volverían a ser como antes, porque aunque lo habían sentido con acciones, las palabras confirmaron cualquier duda, y no podían sentirse más seguros, de que ese era el momento.

Ya no había vuelta atrás, estaban unidos por la carne y el alma, aquel callejón había presenciado su acto de amor, y este sabía, que era el inicio de algo mucho más grande.

Otro corazón latente rodeado de tantos que dejaron de hacerlo hace mucho.








El Callejón de Corazones © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora