Capítulo 13

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POV Patry

En camino al callejón todo fue muy callado y tranquilo, cuando pasamos por otra tienda recordé al chico de las tuberías, ¿será que habrá dicho algo acerca de dónde estábamos?, pensé, igual si hubiera dicho algo ya no estábamos ahí, a las personas se les sería imposible encontrarme.

—Llegamos. —anunció Tommy.

Haciendo que frenara de repente ya que me había pasado, aún no podía reconocer la entrada, cosa que hizo a Tommy reír.

Cuando entramos al callejón todo estaba igual como lo habíamos dejado, excepto porque esta vez un señor dormía plácidamente en una esquina, Tommy al notar hacia donde tenía la vista puesta, respondió mi pregunta antes de que pudiera formularla.

—Se llama Henry, y no le gusta que le despierten. —aclaró, luego me empujó suavemente el hombro, haciendo que liberara la tensión que tenía acumulada.

—Está bien..., ahora, dijiste que tenías algo que enseñarme, muero de curiosidad. —me frote las manos en señal de ansiedad.

—La curiosidad mató al gato. —reprendió.

—Pero murió sabiendo. —me encojí de hombros.

—Ya ya, acompañeme su majestad.

Tendió una mano hacia mí que con gusto tomé, para luego llevarme a una especie de almacén que tenía el callejón, no me había fijado de lo grande que era hasta ese momento, supongo que el cansancio no me dejó pensar bien.

Luego de tirar, mover y pegarme con unas cuantas cosas, llegamos a donde habían un grupo de cajas de cartón, cada una con dibujos de los alimentos que tenían las rocas que estaban afuera, mientras armaba teorías acerca de qué podían tener dentro, Tommy se adelantó a explicármelo.

—Las cajas contienen las pertenencias de los que están enterrados; lo poco que tenían y algunos mensajes para sus familiares.

Mientras me lo explicaba más detalladamente sacó de una esquina la caja con un dibujo de una fresa.

No recordaba haber visto esa piedra allá afuera y no entendía la razón por la que me iba a enseñar esa en específico.

—Hace un par de años un hombre de por aquí murió, entre sus cosas dejó una carta junto con una mochila, pero nunca nos habló sobre eso, lo único que dijo fue algo acerca de entregárselo a una chica que vendría aquí en unos años, desde entonces no había venido ninguna adolescente como la que él había descrito, hasta ayer. —dicho esto me entregó la caja, tardé unos segundos para procesarlo y tomarla.

Esto no podía ser lo que estaba pensando.

—¿No dijo algo más? —pregunté, tratando de digerir todo.

Vi como buscaba algo con la mirada, luego recogió un papel que se había caído de la caja, pero antes de entregármelo leyó lo que decía. 

—Para mi hija.


El Callejón de Corazones © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora