"No hay tanta diferencia entre morir mañana u otro día. Cualquier día está hecho para ser vivido o para abandonar el mundo."
La noicia llegó rápido, siempre dicen eso... las malas noticias llegan pronto, y el silencio es glorioso, ya que no escuchar nada quiere decir que todo marcha bien.
El timbre del teléfono me despertó, me sacó de mi sueño profundo. Mi corazón latía acelerado y contesté sobresaltada. No pude responder. Sorprendida por la noticia dejé caer el teléfono al suelo provocando un estruendo que me regresó a la realidad.
"Estoy soñando", pensé, "esto no puede ser". ¿Otro accidente? Leila está bien... tiene que estarlo. Apresurada me puse mis botas y mi abrigo; salí a la calle, sin importarme que aún estaba en pijama.
No me acuerdo ni cómo fue que llegué al hospital, sólo recuerdo el pasillo interminable, blanco. Me sentía en una pesadilla, tratando de correr lo más rápido posible pero sintiendo que mi cuerpo no respondía del todo. Como si el mundo hubiera dejado de existir para mí. Los ruidos en los pasillos, los murmullos de los familiares de los pacientes en la sala de espera, los teléfonos sonando en la estación de enfermeras... todo pasaba a segundo plano, era como si me hubiera convertido en un fantasma, y lo que no tuviera que ver con Leila era parte de otra dimensión.
Al final del pasillo estaba Raquel, hablando con el doctor.
"Estas horas son críticas, estamos haciendo todo lo posible para que despierte, pero si no lo hace, tendremos que examinarla con mayor severidad. Habrá tres enfermeras que estarán a cargo de ella toda la noche para asegurarse de que todo marche lo mejor posible", dijo el doctor.
"Quiero verla", contestó fríamente Raquel.
"¿Qué pasó, Raquel?", pregunté ansiosa. No me sorprendió verla tan calmada, analítica, tratando de no perder la compostura. Ella siempre fue así, nunca demostraba debilidad. Era una mujer fuerte, imponente y temible. Me estremeció su mirada fría y calculadora. No dijo absolutamente nada, estaba esperando la respuesta del doctor.
"Sí, puede pasar a verla, pero sólo unos minutos, debemos dejarla descansar lo más posible."
"Yo también quiero verla", dije sin pensar.
"Pero ahora sólo recibe visitas de familiares, está en un estado crítico y debemos evitar que su cuerpo se someta a más estrés", comentó el doctor mientras Raquel se daba media vuelta para encaminarse a la habitación de cuidados intensivos donde se encontraba Leila.
En el momento que entró al cuarto, tres enfermeras salieron de ahí un poco nerviosas, dándole privacidad para estar con su hijastra. No pude contener las lágrimas mientras le preguntaba al doctor qué era lo que había pasado. Lo miré a los ojos, en ellos veía reflejado lo que ocurriría, y cómo nuestras vidas se converirían en algo en distinto en un abrir y cerrar de ojos. Aún antes de escuchar lo que tenía para decirme, ya sabía que sería algo que no quería escuchar: "Leila tuvo un accidente automovilístico, venía manejando en la carretera, al parecer estaba muy cansado y se quedó dormida. En estos casos, suele pasar que los conductores que se quedan dormidos durante un accidente no despierten, ya que su cuerpo se queda en un estado de shock."
"Pero ¿va a despertar?"
"Como dije, las próximas horas son críticas, tenemos que hacer todo lo posible para que ella despierte cuanto antes, de lo contrario no podremos predecir cuándo será que su cuerpo decida despertar... si es que decide hacerlo."
El efecto mariposa. Nuestra vida puede cambiar o incluso terminar con tan sólo un segundo desafortunado. Ese segundo en el que Leila no pudo compabatir el cansacio, ese momento en que sus ojos se cerraron, ese instante en el que su cuerpo decidió dormir, ese pequeño y minúsculo factor había sido el que nos trajo hasta aquí. La vida es injusta.
El doctor se alejó. Sentía mi corazón latir hasta en las palmas de mis manos, la sangre que fluía por mi rostro me quemaba, fue cuando me di cuenta de que estaba llorando desconsoladamente.
Mi mejor amiga estaba atrapada en un sueño, y yo... viviendo una pesadilla.
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Nos podemos dar cuenta que el naranja es cuando narra Lucía. no tengan miedo a comentar, comente por favor ):
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Soñando Despierta [Terminada]
Ficção Adolescente"Si deseas que tus sueños se hagan realidad sólo debes despertar." Todos los créditos a Carla Medina. Ésta historia es de ella.