Diecinueve: Mundo Paralelo (Azul)

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«Si lo que tú has encontrado está formado por materia pura, jamás se pudrirá, y tú podrás volver un día. Si fue sólo un momento de luz, como la explosión de una estrella, entonces no encontrarás nada cuando regreses, pero habrás visto una explosión de luz y esto solo habrá valido la pena.»

Preguntó mi nombre interrumpiendo lo que había preparado para decirle. Quería pedirle una oportunidad de conocerla, de encontrarnos cada vez que tuviéramos la oportunidad. Quería decirle que el hecho de pasar tiempo con ella me hacía el hombre más feliz del mundo, que era en efecto... la chica de mis sueños. Que no podía sacarla de mis pensamientos y que por más absurdo que le pareciera a la gente, el verla me hacía infinitamente feliz.

"Darío."

"El Protector."

"¿Cómo sabes eso?", pregunté extrañado, me pareció totalmente irreal que pudiera conocer el significado de mi nombre. Antes de que pudiera contestar, algo me distrajo, una luz intensa que hacía que todo a mi alrededor se volviera borroso, sentía mucho calor en el rostro. Parpadeé varias veces tratando de enfocar nuevamente, pero me fue inútil, estaba de regreso en la realidad.

Lleno de frustración abrí los ojos y me di cuenta de que ya no me encontraba en aquel mágico lago al lado de la chica de mis sueños, sino en mi habitación. Era ya de día y la luz del sol se había colado por las cortinas de mi ventana, eso causó mi despertar.

Enojado me levanté de la cama de un brinco, decidido a soñar a como diera lugar. Si seguía teniendo tantos distractores, no lograría solar con Sarah, o si lo conseguía, sólo iba a hacerlo por poco tiempo hasta que algo o alguien me interrumpiera, y estaría siempre con la incertidumbre de que podría despertar en cualquier momento por culpa de situaciones ajenas a mí.

Salí de mi casa y corrí a la tienda de la esquina, compré cinta para bloquear la entrada de luz en mi ventana, un antifaz para los ojos, tapones para los oídos y, por último... pastillas para dormir.

De ahora en adelante nada podría interrumpir mi sueño. Sólo tenía que aprender a encontrar rápidamente a Sarah justo al inicio de mi sueño, cuando aún estuviera consciente de que estaba soñando. Es el único punto en el que aún tengo el control, porque una vez que el sueño profundo empieza, me comienza a envolver tanto que pierdo la noción de que lo que estoy viviendo no es real. Todo se torna tan claro que es como si estuviera llevando una doble vida... una, mientras estoy despierto, otra, en mis sueños. Y para ser franco, mi vida cuando estaba despierto no era tan interesante como cuando dormía.

Llegué impaciente a mi casa, imaginándome el próximo encuentro con Sarah. Sabía lo ridículo que sonaba lo que estaba haciendo, pero no me importaba. Para mí esto era real, sé que Fernando me tacha de loco, piensa que perdí la razón y que estoy resguardándome en mis sueños.

Lo que él no entiende es que hay algo en el fondo que me dice que lo que vivo mientras duermo no es un sueño, sino una realidad paralela, es como si hubiera encontrado la llave a otro mundo al que nadie tiene acceso. Pero al final del día, no importa lo que la gente pueda pensar o decir de mí, lo que importa es que encontré a la chica más interesante y maravillosa de todas, y por alguna razón fui yo quien la pudo encontrar. Tal vez ella tiene razón... tal vez apareció en mi vida para que la salvara.

Decidido sellé las cortinas de mi ventana impidiendo que la luz entrara a mi habitación, me tomé las pastillas para dormir, el frasco decía que podría gozar de ocho a diez horas seguidas de sueño. Me parecieron aceptables. Me coloqué el antifaz y los tapones para los oídos; ya en la oscuridad me recosté en la cama, y esperé a que las pastillas hicieran efecto.

Cerré los ojos, su rostro parpadeaba en mi cerebro en secuencia rápida. Sabía que estaba a punto de quedarme dormido. Mi cuerpo se sentía pesado y mi mente comenzó a mostrar fragmentos del sueño como si fueran cortos de película de cine.

Soñando Despierta [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora