Seis: Leila (Rosa)

5.3K 107 5
                                    

"Sólamente pasaba diez minutos con el amor de su vida y miles de horas pensando en él."

Las nubes pintadas en el techo de mi cuarto son una perfecta réplica del cielo en el día más perfecto. Siento gran paz cada vez que las veo y trato de encontrar alguna figura distinta a cada una de ellas, lo cual es tonto si consideramos que están pintadas. Estoy consciente del latido de mi corazón, lo siento hasta la garganta.

Hace mucho que no me sentía tan cómoda en mi propia casa, en mi cuarto, sobre mi cama, recostada en silencio, con una sonrisa dibujada en mi rostro, mi respiración tan ligera que me cuesta percibirla. La ventana abierta filtra el dulce aire con olor a jazmín y miel, impregnándose en mi sillón de terciopelo azul celeste.

En mi manos aún está la rosa blanca que me regaló, ocasionalmente levanto mi brazo y llevo la flor hacia mi cara, el aroma me recuerda mi tarde de cuento. Bueno, fue más que una tarde... hablamos por horas filosofando de la vida, conociéndonos, compartiendo anécdotas, descubriendo una conexión que ninguno había descubierto antes... llegué a casa de madrugada.

Nunca había conocido a nadie tan interesante, en un principio me fue difícil concentrarme en sus palabras, pues era tan guapo que me distraía, lo encontraba embriagadoramente atractivo. Una vez que mis ojos se acostumbraron a la idea de tenerlo frente a mí, lo encontré aún más cautivador.

No sólo era físicamente bello, era sumamente inteligente y nuestra conversación era interminable.

Muchas veces había escuchado el término "alma gemela", a decir verdad nunca lo había entendido del todo. Me parecía totalmente egocéntrico buscar a una persona que piensas que es igual a ti en todos los sentidos, encontraba eso como lo más aburrido del mundo. ¿Por qué querría pasar el resto de mi vida con alguien que tiene un alma idéntica a la mía?

Hoy lo entendí. Un alma gemela no es alguien que sea exactamente igual a ti como un clon, es alguien que comparte ideales y sueños contigo, pero además te complementa.

Es como si encontraras una pieza que te faltaba, que nunca supiste que carecías. Ahora todo era más claro, estar cerca de él me abrió los ojos y pensé: "Esto era lo que me faltaba, no sé cómo fue posible vivir sin esta parte de mí."

La sorpresa de haberlo encontrado afuera de la escuela, tan perfecto, tan maravillosamente apuesto y con mi bufanda entre sus manos esperándome afuera del edificio, será una imagen que quedará grabada en mi mente para siempre.

Si... se veía justo como el príncipe que siempre imaginé. Cuando mi papá me contaba cuentos antes de dormir cerraba los ojos escuchando las historias con mucha concentración, imaginando que yo era la protagonista.

Yo era la princesa de esos cuentos, usaba vestidos de encaje y seda. Siempre involucrada en algún problema, esperando al príncipe valiente.

Me gustaba ponerle rostros a todos y cada uno de mis personajes, Lucía era siempre el hada madrina, mi papá el rey, y por alguna razón el príncipe tenía el mismo rostro desconocido, un rostro que mi subconsciente había creado. El prototipo de mi chico ideal, los ojos más verdes que haya visto jamás, el cabello negro como la noche y sonrisa encantadora, hombros anchos y espalda firme.

Años después, tenía la respuesta frente a mí. El misterioso chico era físicamente igual al príncipe que me imaginaba de niña. Es como si hubiera programado mi cerebro para encontrarlo... lo había decretado. Para ser sincera me asustaba creer que lo que me estaba sucediendo era real. No estoy acostumbrada a que estas cosas me pasen. No me encuentro por la vida a hombres tan ridículamente atractivos.

Al principio pensé que seguía soñando despierta, que mi mente había generado un espejismo. Pero fue tan real que simplemente tuve que detenerme y admirarlo, esperaba que en cualquier momento se desvaneciera, que todo siguiera como de costumbre, pero cuando el "espejismo" se movió hacia mí, me di cuenta de que era real.

Estaba tan feliz que mis ojos se llenaron de lágrimas, era demasiado para asimilarlo. El chico de mis sueños con el recuerdo más preciado de mí papá. Fueron los minutos más mágicos de mi vida.

Hoy en la mañana no había encontrado la bufanda, busqué exasperada, abriendo los cajones y vaciando sus contenidos desordenadamente en el suelo. Una a una de las prendas de mi clóset volaban hacia mi cama, siendo arrojadas con furia por mí, creando una montaña de telas multicolor.

Irritada me tiré al suelo, coloqué mis manos en mi rostro mientras cálidas y espesas lágrimas corrían por mis mejillas. No podía cree que había perdido algo tan valioso como la bufanda, era lo único que tenía que aún conservaba el olor de mi papá.

Era reconfortante sentir su perfume en mi cuello. Cuando las cosas no marchaban bien, lo único que tenía que hacer era colocarla como una especie de tapabocas, cerras los ojos y mágicamente aparecía en mis recuerdos. Era el rey de mis cuentos.

El ojiverde no tenía idea de lo importante que ésto era para mí, y yo no podía creer que el destino me lo hubiera puesto enfrente, él más confundido que yo, sin entender cómo ni por qué estaba ahí.

Tenía tanto para decir que las palabras se estancaban en mi cerebro sin poder salir, una a una, revoloteando frenéticamente. Él con una mirada cálida, irresistiblemente serio. No quise que se sintiera comprometido así que me alejé como una tonta, poniendo en evidencia que no era un chico cualquiera, que él era alguien importante y estaba en mi pensamiento. Le dije que mi libro favorito también era el suyo, lo cual confirmaba que lo había visto antes, que me había llamado la atención.

Me alejé porque no quería que me viera sonrojarme, porque no quería exponer  mis sentimientos a alguien que me había hecho sólo un favor, pero a mis ojos era mucho más que eso.

Él no podría entender todo lo que ha pasado por mi mente, que desde nuestras miradas se cruzaron no puedo dejar de imaginar su rostro. Es lo último que pienso antes de dormir, y lo primero que viene a mi mente al despertar.

"¿Cómo te llamas?"-. Sus palabras me dejaron helada interrumpiendo mi intento de fuga. Giré para mirar una vez más sus hermosos ojos.

"Leila"-. Le contesté.

"Hermosa como la noche"-. Dijo con una sonrisa capaz de derretir in iceberg.

"¿Cómo?"-. Pregunté sorprendida.

"Eso sognifica tu nombre... mi tía... es una especie de fanática del significado de los nombres, me hizo memorizar su libro favorito cuando se enteró que me apasionaba la literatura... es una especie de juego entre nosotros, cuando estamos aburridos me atormenta con preguntas como: ¿Nombre femenino de origen latino cuyo significado es alba?"

No pude evitar una carcajada. "¿Y la respuesta sería...?"

"Aurora... por supuesto. Mi tía nunca pudo tener hijos, así que supongo que fantaseó por mucho tiempo como los hubiera nombrado."

Me enternció mucho su historia, y por un momento no supe que decir.

"¿Te gustaría ir por un café?"

Aún muda lo único que pude hacer fue asentir.

"Conozco el lugar perfecto"-. Dijo sonriente.

______________________

¿Desesperad@ por no saber el nombre de ese ojiverde?

No te preocupes, no falta mucho para que lo sepas (:

Soñando Despierta [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora