35. JULIAN

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Sabía que Roma me iba a traer más problemas que ventajas.

Si al principio estaba considerando la mala suerte que tenía por haberme fijado en una chica que es mi enemigo público número uno del país... Para algo más que una simple amiga... Ahora me doy cuenta de que mi propio hogar no va a traerme las comodidades de Santander.

He hecho cosas horribles como tener que matar a Kim, pero aquí viene lo realmente serio del asunto: no puedo hacer mis informes ni tramar nada porque me ha tocado compartir la habitación con Careg. ¿Por qué? Pues porque Luca y Liam nos han ignorado por completo y han decidido ir juntos. No les ha importado qué tipo de preferencias teníamos, sabiendo ellos en todo momento que Careg y yo nunca terminaremos de llevarnos bien. Los otros chavales que quedaban libres ignoraron a Careg porque se la tenían bastante jurada. Yo soy el nuevo y no conozco a nadie más que a estos. No quiero conocerlos, porque cuanto menos conozca a todos mejor para mi cabeza.

Te sientes menos culpable cuando las víctimas no tienen nombre ni rostro dentro de tu cabeza.

—Ya sé que hemos empezado con el pie izquierdo—empieza a hablar Careg una vez hemos llegado a nuestra habitación.

He visto a Alexia marcharse con Rose hacia el edificio anexo al principal con esas tantas pasarelas de hierro, bastante resistentes. Mi habitación está en el edificio principal. No hago mucho caso a Careg. No quiero hacerle caso porque me llevará al trapo.

—Solo quiero que sepas que, mientras me fíe de ti, podremos llevarnos incluso bien—toso un poco. No lo nota mucho y murmuro.

—Parece que la presión del vuelo te ha matado las pocas neuronas que te quedan—ni siquiera me escucha, así que es mejor.

No me apetece seguir hablando con él. Me apetece estar con Alexia.

—Sé que es complicado que nos llevemos bien—continúa él, en su línea. En eso tiene parte de razón. Yo no le tengo ningún aprecio por cómo ha tratado a Alexia—. Tenemos toda la mierda del país sobre los hombros y encima nos gusta la misma chica—vale ya.

¿De verdad va a venirme con estas?

Se sabe a leguas que a Careg le encanta Alexia, pero no tiene por qué decírmelo aquí, en Roma. No me siento en casa porque este no es mi barrio. De hecho, está bien lejos del núcleo protegido del país. Me da rabia que me diga que le gusta.

Y no es por él, soy yo. Yo no pinto nada aquí.

Careg es el tipo de chico con el que debería estar Alexia y no yo. Tendrían que estar viviendo una trágica historia de amor, muriendo mientras se abrazan en un sótano de cualquier edificio, muertos bajo los escombros que las bombas causarán cuando caigan. Él tendría que ser quien la tuviese enamorada. Y así Alexia se olvidaría de mí.

Eso sería lo más sencillo, pero resulta que me encanta complicarme. Además, Careg es un idiota deslenguado. Ese es uno de los tantos motivos por los que Alexia no está con él.

—Te sugiero que la dejes en paz—me dice. Eso hace que le mire—. Sabemos los dos que ella no quiere nada que la ate a este país, así que no la molestes en eso.

—No tienes que meterte en su vida—me sale del alma. Eso le desconcierta—. No eres su padre y no eres quién como para decidir con quién tiene que ir. He hablado con Alexia sobre este tema... Y es su vida—especifico. Pone mala cara.

—Sí, ya veo...—empieza él—. Vas de que la conoces y de que sabes todo sobre ella—se podría decir lo mismo de él.

Él fue quien le gritó que estaba sola y que la hizo llorar tanto como si hiciera años que ella no lloraba. ¿Eso es ser bueno con ella? ¿Eso es conocerla de verdad?

La Muerte de la Revolución (#LMDLR1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora