La Muerte de la Revolución (#LMDLR1)

36. ALEXIA

—... poder atacar con éxito el Parlamento de la República del Sur de Europa—empieza a decir Lauren—. Ese objetivo es a largo plazo, tenedlo en cuenta y que no se os olvide. Es de vital importancia que todos los desmantelamientos y misiones se realicen tal y como se ordenan, ocultos—Lauren da su discurso con mucha calma. Lauren Elearic... Así que ella ha hecho algo propio del Imperio solo por Patrick. Vaya, eso sí que es amor—. Las preguntas para cuando acabe de hablar, gracias. Empezaremos poco a poco, no queremos que sepan que somos demasiados rebeldes o tomarán medidas drásticas. Avanzaremos poco a poco hacia su zona—un proyector deja sobre la pared de detrás de Lauren un mapa de Roma. Ella saca de su bolsillo un láser y con él señala la zona sureste de Roma.

›› Nosotros estamos aquí—señala ella sobre el mapa—. Lo más cercano que tenemos y que a ellos les importe lo suficiente es el Coliseo—lo señala entonces—. Después tendremos que ir a por el Altar de la Patria. Estos monumentos son importantes bases y debemos tenerlos porque ellos no los destruirían nunca. El Coliseo está en tierra de nadie, pero el Altar de la Patria está custodiado por soldados... Así que no lo volarán—ese es el problema de una guerra en las calles de una ciudad con tanta historia expuesta en la calle—. No tomaremos el Parlamento de la República hasta tener bajo dominio todos los monumentos importantes de Roma. Del Coliseo pasaremos al Altar, aunque si este no es posible de conquistar, tomaremos el Panteón... Al menos ese no lo tocarán porque es muy viejo—empieza a contar. Lauren lo tiene todo bien estudiado—. Ocultaremos a los más débiles en el Foro Romano. Nadie tocará esas zonas por su valor incalculable, nosotros tampoco lo destruiremos porque es lo único que tenemos. Primero los antiguos y después los modernos, sucesivamente, hasta que quedemos cerca del Parlamento y ellos estén...—Lauren sigue con su discurso.

Yo desconecto por completo por varios motivos... No pienso quedarme en Roma tanto tiempo. Miro a Careg y dejo de escuchar a Lauren. Es la primera vez que veo la familia al completo. A medias, falta su hermana.

Careg está sentado al lado de Rider, al lado de la tarima donde Lauren está dando su discurso. Patrick se ha sentado al otro lado tras echarle bronca a Rider. Mira a Lauren como si fuese una aparición celestial. Es un amor puro. Y él deja a Lauren que siga siendo la líder, lo que es extraño. Eso en el Ejército no lo harían, para empezar porque siempre debe mandar un hombre y tener a su esposa como la primera subordinada. Aquí es al revés.

Rider está hecho un desastre. Es un chico animado, de mi edad. Es el hijo desastre de Patrick y Lauren, pero es diferente verlo todo en directo, ver cómo Lauren va mirando a todos sus hijos. Veo a los dos hermanos juntos y algo se remueve dentro de mí.

Siento la mano de Julian aferrándose a la mía. Él acaricia mi palma con su pulgar. Él parece estar muy atento con todo lo que dice Lauren, que sigue con sus fechas y los planes que están previstos. Miro nuestras manos. Él con las mías entre las suyas. Es como si fuera lo más normal. Me siento rara, como si esto fuese en serio.

Miro a Julian sin que se dé cuenta. Le he besado para que se calmase y me ha dado las gracias. Me acaricia la palma con tanta naturalidad... Que estoy empezando a tener miedo de verdad.

Sé que esto está bien.

Supongo que a todos nos gusta sentirnos queridos.

Estoy demasiado confusa como para poder escuchar algo. Julian me mira, me ve mirándole, pero no hace nada. Solo me sonríe y vuelve a mirar hacia adelante.

—Parece que Careg no está muy cómodo con su familia—me comenta sobre el oído.

Eso no era algo difícil de suponer.

Una chica con el pelo moreno recogido en un moño desordenado y con un rostro muy parecido al de Rider, aunque más femenino, con la misma sonrisa que él, se acerca corriendo hacia ellos. Veo que Lauren la mira con cariño y ella se disculpa por llegar tan tarde. No le importa que esté dando el discurso, ella se sube a la tarima, besa a su madre en la mejilla y se disculpa entonces. Algunos sonríen.