Mi celular comenzó a sonar como un loco, desperté y mire la pantalla donde se podía leer un muy pensado mensaje de parte de Kendall que decía “ven”. Yo creía que iba a leer un “te sientes bien” o un “como estas” o de menos un “te sientes mejor”, pero, ¿enserio?, solo un “ven”, vaya que se había quemado el cerebro con ese texto, casi escribe una enciclopedia. Pensé.
Y como siempre yo me convertía en su perrito faldero, lo único que me faltaba era caminar en cuatro patas y rascarme las pulgas. Me tuve que arreglar para ir a su casa, y lo peor es que si volvía a ese lugar podría estar Kelly y sinceramente no tenía muchas ganas de verla y mucho menos después de nuestra platica de esta mañana.
Salí lo más rápido que pude de la ducha, aun con el cabello estilando, tome mi típica mochila de mezclilla desgastada y me encamine hacia la salida de mi “hogar”, las comillas eran porque yo no lo sentía así.
Al llegar toque lo más fuerte que pude ya que de la parte de arriba se escuchaba un ruido terrible, como de unos mil demonios, esos chicos deberían bajarle el volumen a sus videojuegos. Pensé.
Espere un momento para que la puerta se abriera, cuando al fin se abrió, sentí que mi mundo se venía encima, era Carlos, su cabeza colgaba por su cuello y trato de evitarme la mirada, pero yo no podía seguir así, yo no podía simplemente ignorarlo, él era uno de mis mejores amigos y simplemente esto no iba a quedar así.
-Hola Carlos.- le dije.- ¿estás bien?- le pregunte mostrándole una de mis mejores sonrisas para tratar de disimular que nada pasaba. El asintió con la cabeza y después me miro como pidiendo permiso de algo, yo no comprendí hasta que tomo mi mano delicadamente, después dijo.
-Está todo bien, no te preocupes… podemos ser amigos- luego me acerco a su cuerpo para envolverme en un confortable y caluroso abrazo.
-Gracias.- le susurre mientras me soltaba de su abrazo.
- Deberíamos ir, no quiero que las cosas se vuelvan a poner tensas de nuevo.- hizo una pausa.- ya sabes con Kendall.- yo asentí y lo seguí escaleras arriba.
Antes de entrar me gire con Carlos y por un momento me perdí en sus hermosos ojos color avellana, me odiaba por todo lo que le había hecho, y lo peor era que sentía cosas por él, pero no lo podía engañar, no me podía engañar a mí misma, creí que saliendo con Carlos olvidaría todo lo que siento por Kendall, creía que sería fácil, pero como ya lo dije antes no me podía engañar a mí misma, era muy evidente que las cosas que sentía por Carlos no se comparaban en nada por el amor que le tenía a Kendall .- Carlos, yo sé que tú no estás del todo bien, y lo sé porque yo no estoy del todo bien… espero que algún día tú me puedas perdonar y que todo vuelva a ser como antes- le dije mientras lo miraba a los ojos, quería que viera la sinceridad que reflejaban mis palabras al decirle esto.
-Anne, estoy bien, y si, lo admito, me dolió, pero la vida se trata de vivir experiencias, y de esas experiencias aprendes y sinceramente creo que salir con la mejor amiga de tu mejor amigo con tan solo un día de conocerla no fue muy maduro de mi parte, pero te juro que en cuanto te vi… me quede sin aliento, yo balbuceaba al hablar, y quede hipnotizado por ti, por tu belleza, por tu encanto, por tu forma de ser, yo ya sabía que estabas enamorada de Kendall pero nunca lo quise aceptar, y cuando lo hice fue demasiado tarde. Inclusive envidio muchísimo a Kendall, porque él tiene tu corazón, y el muy estúpido no se quiere dar cuenta, ¡él no lo ve!, ¡cómo puede no verlo!
- Gracias, Carlos, enserio no sabes lo bien que me hiciste sentir con esto, y te juro que algún día vas a encontrar a alguien que te quiera como tú lo haces conmigo, y no sabes cómo me gustaría quererte como tú lo haces , pero no puedo, yo lo amo y tengo que luchar por el.- dije abrazándolo.
- tenlo por seguro que sí, pero ahora necesitaras apoyo con la bruja de Kelly- dijo apuntando hacia la puerta indicando que ella se encontraba tras ella.
-Gracias, pero también necesitare que eviten que la mate, porque juro que si se pasa de mis limites no la cuenta, ¿ok?
-OK.-
después de eso empujo la puerta para que ambos pudiéramos entrar. Necesite tomar aire como un millón de veces al entrar.
Los encontré a ambos besándose. Ok. Empezaría a hacer una lista de lo que eso me provoco.
1.- nauseas.
2.- un corazón hecho polvo.
3.- rabia.
4.- una mente que comenzó a planear como matar a esa tonta de mil maneras dolorosas y crueles.
De pronto me encontré a mí misma inconscientemente en numerando con los dedos a cada cosa que pensaba, pero trate de olvidarme un poco de ellos y salude a los chicos.