Camine y camine sin rumbo alguno por horas, las lágrimas inundaban mi cara y a veces era imposible que me permitieran ver por lo cual tenía que parar. Si yo estuviera en una piscina de seguro la llenaría de ellas. Pensé.
El que Kendall me hubiera dicho eso había sido mucho peor que cuando descubrí que tenía novia, lo sé, había sido bastante obvia con eso de echarme a correr pero ya no podía permanecer más ahí parada, sentía como si mis pies me quemaran, así que tenía que correr y salir lo más pronto posible de esa casa. Después de tanto caminar ya no pude resistir más y me vi obligada a parar.
Cuando volví la mirada para ver hasta donde había llegado, mis ojos se abrieron como platos, era el parque más hermoso que había visto en mi vida, era un lugar mágico, los pájaros cantaban melodía tras melodía, las flores adornaban por dondequiera que mirases con sus colores llenos de alegría, los arboles eran de un tono verde vivo, y a lo largo del parque se podía admirar que el césped era de un verde limón tan hermoso, y al otro lado se podía distinguir un pequeño estanque, al centro del parque se encontraba un árbol demasiado grande y un follaje demasiado verde incluso más que los demás, y aun lado de este el área de juegos para los niños. Todo estaba iluminado por los dorados rayos que caracterizaban al verano de california, lo único que faltaba era ver revolotear hadas por doquier para que ese lugar fuera oficialmente mágico.
Lo único en lo que pensé al verlo fue en que me encantaría estar aquí con Kendall, pero eso hizo recordar lo sucedido horas atrás y no puede evitar romper en llanto. De pronto ya estaba tirada en el verde y suave césped del parque, llena de lágrimas en los ojos y con el rostro escondido entre ambas manos.
Tenía tantas ganas de gritar, ¿porque tenías que ser tan perfecto Schmidt? ¿Por qué tenías que ser tan lindo y amable?, ¿no pudiste haberme dejado allí tirada y haberte burlado de mi hasta que me levantara? cómo era posible que alguien se llegara a enamorar tan rápido, y lo que era peor, a primera vista. Pensé. Ni siquiera te conocía y yo ya estaba babeando por ti, ya me habías atrapado. Esos hermosos ojos color esmeralda, esa sonrisa que me dejaba sin aliento, esos labios rosas y carnosos de la parte inferior, tu mirada, el brillo de tus ojos cuando hablabas de lo que amas, tu cabello a moverse al compás del viento, tus músculos, ¡TE ODIO SCHMIDT!, juro que son las ultimas lágrimas que derramo por ti, y aunque me duela demasiado te juro que me voy a olvidar de ti para siempre, jamás, jamás, juro que jamás me volverás a tener entre tus redes, te vas a arrepentir de hacerme sufrir por todo lo que me has hecho, olvídate de tu amiga la dulce Anne, te hare la vida imposible desde este momento y hare que desees nunca haberme conocido.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
“Narra Kendall”
Definitivamente esta vez sí me había excedido con mis palabras, pero de alguna forma u otra tenía que alejarla de mi corazón lo más pronto posible. Inclusive aunque sintiera como si más de un millón de cuchillos fueran lanzados hacia mí y me atravesaran uno tras otro.
Después de que Anne se fue, Kelly no dejaba de criticarla cosa que me harto y la tuve que poner en su lugar.
- Kelly, quieres dejar de criticar a Anne, por favor- le dije tratando de hacer que sonara lo menos grosero posible.
- ¡Tú también la defiendes!, ¡No ves lo que nos está haciendo!, ¡Nos está separando!- comenzó a chillar desesperadamente.- Kendie, yo te amo, y te juro que si te pierdo me muero.
- ¡Cuantas veces te he dicho que no me llames Kendie!- le grite ya irritado.
- Lo ves, ahora me estas gritando, ves lo que provoca esa zorra- En cuanto pronuncio esas palabras no me contuve más y fue como si me transformara a otra persona.
- ¡Kelly, no voy a permitir que le hables así a mi amiga!, ¡Tú sabes muy bien lo que ella significa para mí!, ¡Así que me puedes hacer el favor de largarte de mi casa!- Ella me miro indignada y antes de salir menciono un “No me sorprendería que algún día te encuentre acostándote con esa” con su vocecita chillona muy de ella. Dicho eso azoto la puerta y se fue.
“Narra Carlos”
Todo el día buscándola y sin ningún rastro de ella. Ya había ido a su casa unas 20 veces por lo menos y siempre era lo mismo, ella no abría la puerta, la había llamado innumerables veces que ya hasta había perdido la cuenta, claro que siempre me mandaba a buzón, le envié unos 15 mensajes preguntándole si estaba bien, y siempre era lo mismo. Ella estaba desaparecida, se había dado un escape. Nadie la había visto y mucho menos sabía algo de ella. Estaba muy preocupado.
Mi estómago comenzó a rugirme peor que un oso y para poder calmar a la fiera tuve que volver a la casa de Kendall a comer algo, después la iría a buscar de nuevo a su casa y le hablaría un par de veces más.
Entre a la casa y al primer lugar donde me dirigí fue a la cocina, cuando termine de comer la llame un par de veces más, pero como las veces anteriores nadie contesto. Molesto comencé a subir las escaleras hacia el cuarto de Kendall y entre echando chispas.
- ¡VES LO QUE PROVOCAS ESTUPIDO!- le grite demasiado molesto.
- ¡Y AHORA DE QUE DIABLOS ME ESTAS ECHANDO LA CULPA!- se paró para enfrentarme cara a cara.
- ¡COMO QUE, QUE!- le pregunte cada vez subiendo más mi tono de voz.- ¡ANNE, ESTA DESAPARECIDA, NO TENGO NI LA MAS MINIMA IDEA DE DONDE HA IDO Y LO PEOR ES QUE TU ESTAS AQUÍ DE IDIOTA SIN HACER O DECIR NADA, DEBERIAS ESTAR BUSCANDOLA!, ¡SABES QUE LA LASTIMASTE IMBECIL!- inmediatamente el puño de Kendall había caído en mi rostro sin ninguna piedad, provocando que mi ojo se tornara de un morado vivo. Claro que yo no me quede atrás y comencé repartiendo golpes en su estómago así logrando sofocarlo, después cayo y me abalance sobre él.
-¡TENIAS QUE RECORDARME LO QUE HICE!, ¡NO VES QUE TRATO DE OLVIDARLO!- dijo Kendall en medio de los golpes.
- ¡QUIERES OLVIDARLO!, ¡VAYA SCHMIDT, QUE COBARDE HAS SALIDO! - le respondí con odio e ironía en mis palabras.
- ¡Ya basta, Carlos!, ya no quiero pelear, yo sabré como recompensárselo- dijo Kendall ya más tranquilo.
- Estas loco si crees que te dejare acercarte de nuevo a ella- le respondí relajando mi respiración.- ahora no me importa lo que digas o pienses, yo solo quiero encontrarla, es por eso que me voy, pero quiero que sepas que ella jamás volverá a ser tu amiga, ¿entendiste?- dicho eso Salí de la habitación y comencé a buscarla por milésima vez.
