26- "terminamos"

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Desde esa noche de tormenta en mi casa; Kendall y yo no nos volvimos a dirigir ni una sola palabra, y cuando lo hacíamos era solo para discutir.

Ya había decidido rendirme con Kendall. Todo ese sufrimiento que el había causado era más de lo que un corazón inexperto como el mío pudiera soportar, además estaba decidida a mudarme de los ángeles y regresar a mi ciudad natal, me será muy triste separarme de los chicos, pero sin embargo pienso que sería mejor hacer como si jamás nos hubiésemos conocido.

Y como ya no tenía nada que hacer aquí me iría en tres semanas, tres semanas para despedirme de los grandes amigos que logre hacer aquí, pero sobre todo, tres semanas para olvidarme completamente de él y dejar todo el dolor de mi corazón atrás.

Últimamente Carlos se estaba tomando cada vez más enserio nuestra “relación”, obviamente eso no era nada bueno, lo único que hacía era lastimarse, y cada vez que yo mencionaba ese tema él se disponía a evitarlo o a cambiarlo de inmediato, esto no era para nada justo, él se merecía a una chica que lo quisiera y no a una que lo utilizara para darle celos a su amigo. Esto era bastante injusto para él, yo no quería que sufriera y sinceramente me sentía como una basura de persona por hacerle eso a un chico como Carlos, la cosa era que siempre me preguntaba una y otra vez por qué nunca me puede enamorar de Carlos en vez de con Kendall.

Tenía que terminar definitivamente con esto.

Tome mi teléfono y comencé a teclear digito por digito el número de Carlos, ya no quería lastimarlo más, así que esto lo arreglaríamos en este mismo momento, claro que no por celular, tal vez nos veamos en algún lugar o yo valla a buscarlo, sería tan descarado si le dijera que viniera, sería como de “ Carlos necesito que vengas para romperte el corazón, me da mucha pereza tener que ir a buscarte sólo por eso”, lo bueno es que no soy ese tipo de chicas. Si yo pudiera desear algo sería que si una persona está enamorada su enamorado le correspondiera, eso; o sino que nadie se pudiera enamorar para no ser lastimado.

El teléfono sonaba desde la otra línea con su típico vip… vip…- Por el momento no estoy disponible, pero si enserio necesitas hablar conmigo para algo urgente, o si eres Anne no dudes en dejar un mensaje o acosarme con 17 llamadas perdidas, gracias que tengas un buen día vip...- la voz de Carlos hizo una imitación del vip que suena cuando ya puedes dejar tu mensaje y después todo fue silencio.- Carlos, soy yo, Anne- hice una pausa.- Ni creas que te voy a acosar con 17 llamadas perdidas- al decir eso no pude aguantar y termine soltando una carcajada.- tengo que hablar contigo urgentemente, es algo que enserio enserio no te lo puedo decir por teléfono, además ni siquiera lo respondes, ¿Quién te crees que eres Pena?- le dije tratando de que mi voz sonara un poquito molesta.- como sea necesito que nos veamos en la cafetearía que está cerca de la universidad en una hora, y Carlos… te quiero- después de eso corte la llamada y comencé a arreglarme para el encuentro que tenía con Carlos en ahora cincuenta con nueve minutos.

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- ¡Carlos!- grite al verlo entrar a la cafetería.- creí que no vendrías, dime que es eso de o puedes acosarme con 17 llamadas perdidas- de dije mientras soltaba una carcajada, él se acercó rápidamente corriendo a mí y me envolvió en un cálido abrazo depositando un beso sobre mi cuello.- ¡Carlos! ¡Qué diablos se supone que estás haciendo!- le grite alejándolo como medio metro de distancia de mí.

- Anne, estoy tan feliz de verte, disculpa lo que hice pero no me pude controlar- la cara de Carlos estaba demasiado encendida por lo que había hecho anteriormente.- No te preocupes, sólo no lo vuelvas a hacer, ¿Sabes? Los chicos normales saludan a sus amigas con un beso en la mejilla y no en el cuello- le dije riendo.

- Tú sabes perfectamente que no es sólo amistad lo que yo quiero contigo, sabes mejor que nadie que estoy profundamente enamorado de ti- para estas alturas ya nos encontrábamos sentados en la mesa de la esquina de la cafetería.- Anne, te lo pido por favor, dame una oportunidad, yo te haría feliz, jamás te lastimaría, y las únicas lagrimas que derramarían tus hermosos ojos serían de felicidad, por favor- susurro.- además siempre que estamos en la casa de Kendall nos besamos y es como si ya tuviéramos una relación, sólo es cuestión de que tú me aceptes.- su voz sonaba entrecortada y sus ojos estaban llorosos, cada vez tomaba mi mano con más y más fuerza, era como si ya supiera lo que le iba a decir a continuación. Suspire.

- Carlos, tu sabes lo que en verdad siento por ti y es injusto que quieras seguir engañándote de esa forma, de hecho- hice una pausa.- de esto es de lo que quería hablar contigo, quiero que terminemos, es decir quiero que terminemos de fingir que somos novios. Me siento una tonta, jamás debí  haber dejado que fingieras que eres mi novio, lo siento tanto, Carlos te pido de todo corazón que me perdones y que sigamos siendo amigos, por favor no te molestes conmigo- me eche a llorar en cuanto termine de decir esas últimas palabras, yo en verdad apreciaba a Carlos, sólo que no de la forma en la que él quería.

Sus fuertes y musculosos brazos me envolvieron en su calor y nos quedamos así por algunos minutos. Podía sentir como sus lágrimas caían una por una sobre mi hombro, yo jamás quise hacerlo llorar de esta forma.

Cuando nos separamos inmediatamente tomo una  servilleta y comenzó a limpiar los rastros de lágrimas que quedaban en mis ojos.- lo siento, creo que te moje mucho- dijo apuntando mi hombro y llevando la servilleta hasta este para imitar la misma acción que había hecho con mis ojos.- No te preocupes por mi preciosa, yo estaré bien, y no estoy molesto contigo, de hecho yo tengo la culpa de todas las idioteces que hice, por favor ya no te sientas triste- tomo mi barbilla para mirarme a los ojos, ya que tenía la cara agachada.

- Yo también tengo que disculparme por haber empapado tu camisa, lo siento- le conteste forzando una sonrisa.

- No te preocupes, creo que tenía calor- dijo riendo para después pararse y tenderme una mano para que así imitara su acción.

- ¿Amigos?- me pregunto.

- Amigos- le conteste e inmediatamente salimos de la cafetería con una gran sonrisa en el rostro.

- Carlos- lo llame.- te juro que me encantaría estar enamorada de ti- el soltó una hermosa carcajada y me volteo a ver.- créeme que a mí también me gustaría eso, pero no todo en la vida son complacencias, a veces pierdes y otras ganas, ¿No crees?- le sonreí para después sólo asentir con la cabeza.- te quiero- susurre.- y yo a ti- respondió con una sonrisa de oreja a oreja y después ambos seguimos con nuestro camino. 

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