20- El fin de nuestra amistad.

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Después de tanto llorar levante mi rostro de su escondite y me percate que ya era de noche, y esos rayos dorados que había visto por la tarde habían desaparecido, algunos niños que se encontraban jugando se habían marchado junto con sus padres, me encontraba sola, sin alguien con quien platicar y que me hiciera sonreír. Tome mi celular que desde que me había marchado de la casa de Kendall no había dejado de sonar, supongo que era Carlos. Pensé.

Al abrirlo mis sospechas eran ciertas, tenía un innumerable número de llamadas y mensajes, todos ellos decían lo mismo. Después de reflexionar un poco sobre lo preocupado que debía estar Carlos decidí que debía llamarlo para que me recogiera y para que no se preocupara más, ya que no sabía y mucho menos tenía una idea de donde me encontraba. Me levante y me dirigí hacia el letrero donde se podía observar con poca luz el nombre de la calle del parque. Comencé a teclear su número en mi celular.

- ¿Carlos?- le dije esperando por su respuesta.

- ¡ANNE!- grito del otro lado de la línea, tanto que logro aturdirme y tuve que despegar un poco el teléfono de mi oído.- ¿Dónde estás?, ¿Por qué no contestas mis llamadas?, ¿Sabes lo preocupado que estoy por ti?, he estado toda la tarde buscándote, también he ido a tu casa pero no abrías y…

- ¡Carlos!- lo interrumpí.- Estoy bien, tranquilo- le dije haciendo que se calmara.- mira, yo lamento haberte preocupado tanto, y haber hecho que perdieras tu tiempo buscándome, pero yo me sentía demasiado mal y quería estar sola, por favor entiéndeme, y no es que no disfrute de tu compañía pero no creo que fueras a lograr cambiarme el ánimo, lo lamento- dije suspirando.

 - No te preocupes, estoy bien, pero si hay algo que puedo hacer por ti, no dudes en decírmelo, tú sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras. Te quiero, Anne, y mucho- sus palabras eran sinceras y estaban llenas de dulzura. ¿Cómo me gustaría estar enamorada de ti? Pensé.- Carlos, podrías venir a recogerme, no sé dónde estoy y ya se está poniendo más oscuro, por favor- le dije en forma de súplica.

- Esta bien, pero necesito que al menos me des el nombre de la calle y me digas donde estas- me dijo desde el otro lado de la línea.

- Ok- hice una pausa tratando de recordar el nombre de la calle.- estoy en la calle Hawthorn, en el parque de esta- por fin dije y del otro lado de la línea se oyó un “voy para allá”, después colgaron y me quede de nuevo solo sin quien platicar.

Después de 20 minutos el auto de Carlos se estaciono frente a la parte derecha del parque, abrió la ventana de este y me sonrió, después salió de su auto y me ayudo a entrar.

Cuando a su rostro lo ilumino la luz de una de las lámparas que se encontraban en el parque, me quede con la boca abierta y los ojos abiertos peor que platos, en lugar de platos eran bandejas. Uno de los ojos de Carlos tenía un gran moretón que ya no era sólo morado sino de todos los tonos que se puede obtener en un moretón. Carlos me miraba avergonzado, ya que me había dado cuenta del mal estado en el que se encontraba su ojo, inmediatamente lo mire interrogante, y él sabía muy bien que era lo que seguía.

- Carlos, me vas a decir que te paso en ese ojo- le pregunte arqueando una ceja, el me miro e hizo un ademán con los hombros indicando que no sabía absolutamente nada.

- No me vengas con que no sabes nada, será mejor que me lo digas todo ya de una vez- le dije ya irritada por su actitud.

- Anne, es enserio no me paso nada- me contesto haciéndose el tonto, Provocando una mirada de reproche de mi parte.

- Carlos, un ojo no se te va poner así de morado por nada- le conteste ya molesta, el me miro y después giro los ojos.

- Anne, ¿te sientes mejor?- dijo tratando de cambiar el tema, pero lo que él no sabía era que eso no funcionaba conmigo.

-¡Ya basta, Carlos!, ¡Estoy preocupada por ti, y parece que no te importa!, ¡Quieres decirme ya de una buena vez quien te hizo ese golpe en el ojo! - ya no pude aguantar más y termine gritándole, digamos que la paciencia no era una de mis virtudes. Suspiro.

- Fue Kendall, de acuerdo- dijo agachando la cabeza.

-¿KeKe…dall?-tartamudee mientras mis ojos se empezaban a llenar rápidamente de lágrimas, las mismas lagrimas que me permití ya no derramar jamás.- ¿Cómo fue eso?- le pregunte.

- Escucha, yo había pasado todo la tarde buscándote y después de un buen rato me dio hambre, así que decidí regresar a la casa y comí algo, pero después cuando volví a llamarte tu no me contestaste, no es que las veces anteriores lo haigas hecho, pero yo estaba tan desesperado por encontrarte y… bueno la cosa es que me llene de ira y subí al cuarto de Kendall, le grite algunas cosas, le dije que él era el culpable de que tu no estuvieras por ningún lugar y que te había lastimado, después de eso me soltó un golpe en el ojo, claro que yo no me quede atrás y también le di lo suyo a ese tarado, después dijo que te lo iba a recompensar y yo me moleste más, entonces le grite que ni pensara que iba a dejar que te le volvieras a acercar, y así salí de su cuarto azotando la puerta.- Al escuchar la declaración de Carlos mis ojos nuevamente se llenaron de agua, sólo que eta vez si salió. Yo tenía toda la culpa de que a Carlos lo haiga dejado así Kendall, yo era la culpable de las peleas entre esos dos, también de que su amistad se estuviera destruyendo por mí, además, de todas la peleas de Kendall con su novia. Ambos estaban sufriendo por mi culpa y la verdad era que yo no quería que esto siguiera siendo así.

- Anne.- me llamo Carlos sacándome de mis pensamientos.- ¿estás bien?- me pregunto.- Lo siento- susurre.- lamento estar causándoles tantos problemas a todos, lamento que tu ojo haya sufrido las consecuencias, lamento haber llegado a sus vidas, sólo llegue para arruinar todo a su alrededor.- le dije, a estas alturas ya me encontraba sollozando.

- Anne, tú no tienes la culpa de nada, si esto paso es porque tenía que pasar de acuerdo- me pregunto tratando de consolarme.- ¡No Carlos, ya no más! ¡Ese tonto me va a oír!, ¡Jamás te volverá a tocar de esa forma y mucho menos por mi culpa!- le dije al borde de los gritos, el solo asintió y siguió conduciendo.

El camino hacia la casa de Kendall transcurrió en silencio, Carlos decidió romperlo anunciando que ya habías llegado. Inspecciono todas las llaves que este traía en su llavero hasta que por fin dio con una y abrió la puerta.

Los chicos se encontraban todos en la sala como esperando que algo interesante pasara, incluyendo a Kendall que me miraba con curiosidad. Hicieron un ademán con la mano en forma de saludo el cual yo respondí un momento después, me dirigí hacia Kendall e hice un gesto para que se pusiera de pie, cuando este lo hizo por fin llego mi hora de explotar y lo hice, había pasado tanto en el auto ensayando todo lo que le diría, pero al verlo ahí parado con esa cara de preocupación todo se borró.

- Kendall…- comencé.- no quiero que te me vuelvas acercar otra vez en tu vida, nuestra amistad se terminó- cuando dije eso los demás chicos se quedaron con la boca abierta, y Kendall me miraba como si creyera que no estaba hablando con la verdad, como si no fuera cierto.- Anne.- pronunciaron sus labios, pero no pudieron continuar porque lo calle .- Y no quiero que vuelvas a golpear o agredir a Carlos de la manera que sea, y si lo haces yo personalmente vendré y te daré tu merecido, para ti Schmidt considérame muerta.- Dicho eso salí sin mirar a nadie y me marche a mi casa. Kendall había quedado petrificado sin creer las palabras que yo acababa de decirle.

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