Después de estar haciendo malabares en mi armario tratando de encontrar algo que ponerme para la cita con Carlos preferí mejor ir al centro comercial, compraría un vestido e iría a despejar un poco mi mente de todo mi vida, a veces era mejor huir de todo esto y divertirse tan siquiera un poco antes de volver a caer a la fría y dura realidad.
Me sentía tan sola en el centro comercial, sin nadie con quien hablar, divertirme o simplemente reír. A veces me gustaría tener una amiga y no ser tan solitaria, y lo peor es que cuando por fin logre encontrar un amigo me termine enamorando profundamente de él y ahora que me entero de que el tiene novia, simplemente quisiera desaparecer, tomarme un descanso y dejar que las cosas pasen como tienen que pasar, pero eso es imposible porque yo siempre estaré aquí torturándome una y otra vez. Tontos sentimientos. Pensé.
Iba tan concentrada en mis pensamientos que de pronto sentí como me estrellaba con algo o con alguien. Me queje.
- ¡JAMES!- grite de emoción al verlo, pues eso significaba que ya no estaría sola por un rato o al menos en lo que me encontraba aquí.
- Anne, te encuentras bien- pregunto evidentemente preocupado.
- si gracias, y… ¿qué haces aquí?- le pregunte curiosa.
- estaba aburrido además, Kendall y Carlos no dejan de pelearse, Logan y Dustin están de árbitros, no lo sé simplemente ese no es mi ambiente- dijo riendo.- y tu… ¿qué estás haciendo aquí?- me pregunto con una tierna sonrisa en su rostro.
- bueno yo vine a comprar algo de ropa para la cita con Carlos.
- y… ¿te gustaría compañía?
- claro, eso sería maravilloso, es un poco aburrido venir aquí solo.
- pues vamos- me dijo y comenzamos a caminar. Íbamos riendo, bromeando e inclusive creo que James me estaba coqueteando.-Anne, sabias que todos nos molestamos cuando Carlos dijo que te quería- dijo James de repente.- y ¿Por qué?, si se puede saber claro- pregunte con demasiado nerviosismo en mi voz.
- pues porque, eres una chica maravillosa y él no fue el único flechado por tus encantos, o acaso no te diste cuenta cómo te mirábamos la primera vez que te vimos o también como nos sonrojamos cuando kendall dijo que dejáramos de babear y te empezáramos a hablar- dijo ahora un James al rojo vivo.
- pues yo… no creí que- hice una pausa- lo siento- me disculpe y agache mi cabeza, yo no sabía ni que decir me sentía demasiado incomoda, mis pies se querían echar a correr hasta no poder hacerlo más y sentía como mis mejillas ardían de vergüenza, pareciera como si estuviera en el infierno de tanto que me quemaban estas. James me tomo de la barbilla y me obligo a mirarlo a los ojos.
- No tienes por qué disculparte y tampoco porque sentirte incomoda con esto, solo quería que lo supieras porque, no quería mentirte y también sé que estas enamorada de Kendall, todos lo sabemos, incluso Carlos pero se niega a aceptarlo, Kendall es el único tonto que no se da cuenta.
- Tan obvia soy- le pregunte riendo.
- Si, pero en mi opinión me parece bastante tierno y bastante estúpido por parte de Kendall, ¿sabes? Nunca pensé que él estuviera tan ciego. Rio.- y descuida tu secreto está a salvo conmigo- me dedico una hermosa sonrisa y seguimos caminando como si no hubiera pasado nada.
Unas horas más tarde ya nos encontrábamos despidiendo, me acompaño hasta mi casa, y comencé a prepararme para mi cita con Carlos. Para ser verdad James me había dejado pensando con todo lo que me había dicho. Él era alguien maravilloso y yo sabía que si necesitaba algo siempre iba a estar ahí para mí, si no estuviera enamorada de Kendall probablemente estaría enamorada de alguno de sus amigos y no pararía hasta lograr que ellos me correspondieran, pero con Kendall todo era distinto, él era muy diferente, era especial. Era Kendall.