Mi cama y yo manteníamos un vínculo demasiado cariñoso, pero la alarma con sus celos lo tuvo que arruinar. Me levante aun soñolienta y me dirigí al baño a darme una ducha antes de ir a la escuela, podía sentir como las gotas de agua caliente bajaban lentamente por mi cuerpo invadiendo cada centímetro que existía en él, dejándome a mi atrapada en su mágico hechizo de relajación.
Al terminar baje rápidamente a tomar un café, pues gracias a la ducha se me había hecho tarde y todavía me faltaba encontrar mi salón, camine rápidamente hacia mi auto y arranque rumbo a la escuela. A medida de que iba avanzando las calles de los ángeles me sorprendían cada vez más pues eran como mágicas; hasta me daban ganas de estacionarme en algún lugar e ir a recorrer todo ya que no había podido ir la semana pasada por cuestiones de la mudanza y papeleos de la universidad.
Cuando menos lo espere y por ir tan concentrada en mis pensamientos ni siquiera me percaté de que ya me encontraba estacionándome en uno de los espacios asignados para los estudiantes. Baje y me dirigí hacia adentro de las instalaciones de la universidad, consulte mi horario y vi que tenía historia de la música, -Genial- bufe para mis adentros y comenzó con la búsqueda del aula número “14”.
Cuando por fin logre encontrarla después de tanto caminar y soportar comentarios como- Arréglatelas tu sola niñita o no me fastidies me encamine hacia ella y por fin entre. Suspire al sentarme y me dispuse a esperar a que el maestro llegara.
Pasaron los minutos y un señor como de unos 50 años, con un escaso cabello blanco, un traje café bastantemente horrible que parecía que en cualquier momento explotarían los pobres botones de su saco y pantalón, combinaban a la perfección con el portafolio que llevaba este mismo sujetando con la mano izquierda, tenía una sonrisa bastante viva pero sus ojos contaban otra historia que te hacían quedar interesada en el al instante.
Entro en el aula y comenzó a hacer sus presentaciones.
-Buenos días alumnos, yo soy el profesor Alan Collins y espero que se la estén pasando bastante bien en su primer día, primero déjenme darles la bienvenida a la universidad de música de Richford. Espero y la encuentren agradable y sobre todo divertida, dicho ya eso me gustaría que comenzáramos con las presentaciones.-todos asintieron y el comenzó a dar algunas indicaciones-.lo que quiero que digan es su nombre completo y porque están aquí ¿de acuerdo?-todos volvieron a asentir y el profesor le hizo una seña a un chico pelirrojo que se encontraba como a unas dos filas de mi-comenzó a hablar-. Bueno mi nombre es Damian Gerard Wood y estoy aquí porque… porque… ¡AMO LA MUSICA!- dijo gritando y haciendo una imitación en el aire como si estuviera tocando la guitarra, después todos empezaron a corear un ¡WHOO HOO! Demasiado efusivo que logro aturdirme.
Unos instantes y chicos más tarde el profesor me señalo con el dedo, eso indicaba que era mi turno; simplemente me pare de mi asiento y ya podía sentir todas las miradas en mí, me sudaban las manos de los nervios -. Y bien señorita que espera-me dijo el señor Collins insistente, lo mire y comencé a mover los labios-. Mi nomb…re… -tartamudee-. Mi nomb…re… Mi nombre es Anne, Anne Scott -El señor Collins me miro y me dijo-. Y está aquí ¿por?- me miro con un semblante de interés muy notorio e insistente, respondí -. Siempre en toda mi vida la música ha sido una gran forma de inspiración para mí y realmente me gustaría llegar a aprender más- le dije con una sonrisa, el asintió y me dijo que ya era todo, pero al momento de sentarme se recorrió mi asiento y me caí golpeando la parte trasera de mi cuerpo, por supuesto no faltaron las carcajadas de mis compañeros. De pronto sentí como una mano sujetaba mi cintura y me ayudaba a levantarme lo mire y después dijo-. ¿Sabes? Los asientos suelen ser escurridizos de vez en cuando-después rio, mostrándome la sonrisa más hermosa que haiga podido ver en mi corta vida, tenía unos dientes blanco aperlados perfectos y cada que los mostraba yo me desvanecía, tenía un cabello rubio tan lindo que le caía por encima de esos hermosos ojos verdes que cada vez que me veían sentía como el aire me faltaba en los pulmones y como se congelaba el tiempo a su alrededor, por desgracia tuve que salir de mi fantasía en menos de un segundo y contestarle-. Si ya veo-reí un poco junto con el-. Soy Kendall Schmidt- me dijo mostrándome de nuevo sus hermosos dientes blancos a perlados que tenía-. Y yo Anne Scott-le dije respondiéndole la sonrisa de hace un rato-. Lo sé, te acabas de presentar- rio -. Cierto que tonta, mucho gusto Kendall y gracias por ayudarme a levantar si no aun estuviera tirada -. El gusto es mío, bueno te gustaría, no se – el estúpido timbre lo interrumpió antes de que terminara de hablar, el profesor dio indicaciones de salir y luego solo pude oír un -. Nos vemos luego. De parte de sus labios, después salió del salón y se fue.