Ambar

4.7K 382 27
                                    


- Espero lo que esté contenido aquí sea entre nosotros solamente señorita Morgensten - dijo el hombre de anteojos y barba blanca mientras sostenía aquel pequeño diario y le entregaba otro de aspecto más nuevo - Las cosas pueden cambiar, para bien o para mal pero igual lo harán.

- Señor, ¿usará esta información para salvarlos?

- Haré que lo que esté aquí y lo que usted me diga valga el esfuerzo, a veces nuestras esperanzas están en los pequeños actos de los demás, así como las desgracias señorita. Eso siempre recuérdelo. Lo leeré, aunque debo preguntarle, ¿ha usted hablado con los implicados en esto? He visto que es muy cercana a los señores Potter, Black, Lupin y Pettigrew.

- No señor, no lo he hecho.

- Aunque quiere hacerlo - dedujo Albus Dumbledore dándole una sonrisa condescendiente - No la culpo. Es lo que yo haría por mis amigos, aunque la verdad puede ser un arma muy peligrosa si no se usa de la manera adecuada.

- ¿Un arma? No le entiendo, ¿Qué no es mejor decir siempre la verdad?

- ¿Lo es, señorita Morgensten? La verdad nos da el poder de crear o destruir y aun así es magnífica, ¿no cree?

- Profesor - ella se levantó y le miró con dureza - he pensado que quizás deberían saber acerca de su futuro, pienso que sería egoísta no hacerlo. Podría evitar muchas tragedias.

- Le diría en mis más sabias palabras que ambos seríamos egoístas. Usted por cambiar sus vidas de todas formas, arriesgando que sus acciones sean perjudiciales incluso para ellos mismos, y yo, en este caso, sería egoísta al no evitarles todo ese dolor. Me parece, que ambos estamos en un dilema, pero creo que en usted está la decisión y espero que lo que haga sea lo correcto incluso para usted misma - le miró y su expresión era serena, aquel hombre había dejado en sus manos el destino de todos, sentía como la carga se cernía sobre todo su cuerpo haciéndole cada vez más difícil respirar.

Cuando la conversación hubo terminado tuvo la necesidad de salir de allí corriendo, y así lo hizo. La noche estaba sobre ella y el manto de estrellas parecía recordarle su desgracia. Cerró los ojos y a su mente llegó Sirius. Maldito nombre de estrella, se reclamó. ¿Acaso era un castigo por algo que había hecho? Le habían sacado de su tiempo, en el cual había perdido a toda su familia y ahora estaba allí, y estaba por perder a sus amigos, aquellos que le habían recibido con los brazos abiertos sin conocerle del todo, sin conocer su más profundo secreto. ¿Cómo podría vivir con eso? ¿Cómo podría seguir cuando Lily y James hubieran muerto y ella no hubiese hecho nada?

- Annie - sintió como le llamaba la voz a lo lejos, tras ella. Se lamentó estar en un lugar tan visible - Te estaba buscando - le dijo mientras le tomaba de los hombros.

- Sirius - dijo en un susurro limpiando rápidamente sus lágrimas - Iba hacia el comedor en unos minutos.

- ¿Estabas llorando? ¿Te han hecho algo? - inquirió sin dejarle hablar - ¿Fue un Slytherin? Porque si fue así... te juro que los haré pagar - él le miró, no sabía cómo reaccionar.

- No, solamente no me siento bien.

- ¿Quieres que te lleve a la enfermería?

- No Sirius, no es que esté enferma.

- Oh - soltó, entendiendo que no era que ella se sintiese enferma, era algo más emocional - Lo siento, Remus es el que es bueno en estas cosas.

- Tranquilo Sirius - ella le sonrió aunque no llegó a sus ojos - no te estoy pidiendo que me consueles o algo parecido.

- Pero debería, ¿no? Eres parte del grupo ahora. Bueno, los chicos no suelen estar tan sentimentales y la verdad no sé cómo tratar con una chica estos asuntos - se sinceró haciendo que ella riera - Al menos te he levantado el ánimo - dijo con tono alegre - ¿Puedo saber que tienes?

Los Merodeadores- Cambiando la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora