Indestructibles

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-   ¡Lupin! - llamó una joven de ojos castaños y cabello del mismo color, ataviada en una túnica que representaba a la casa Ravenclaw.

-   Meadowes, ¿puedo ayudarte en algo? - preguntó con el rostro serio el ojimiel.

-   ¿Podemos hablar sin que me mires como si fuese Dumbledore o Slughorn?

-   Se le llama tratar con respeto a alguien.

-  Me miras como si fuese mil años mayor que tú. ¿No podemos tener una relación como antes? Además Remus, me he enterado por McGonagall que tu y tus amigos quieren hacer un grupo de duelo - ella se cruzó de brazos - ¿Por qué no inscribirse en el club de defensa?

-   Lily fue quien planeó eso...

-   ¡Ah con que Evans! - chasqueó su lengua - Ahora se la pasa con Potter y tanto que despotricaba de él... Supongo que ya debe saber que McGonagall se ha negado a que haya otro grupo cuando existe el club.

-   ¿No estarás muy ocupada Dorcas?

-   ¡Qué dices! Solo son dos miembros además de mi, casi estoy que inscribo a los fantasmas del castillo. Créeme nadie es tan buen contrincante... - dijo con una sonrisa que le contagió a Remus - y le veo el lado positivo a que se unan a mi.

-   ¿Cuál será?

-   Hacerle la vida imposible a Black el perro faldero -dijo con malicia - ¡Oh si! Ya me imagino que le hará ilusión saber que estaremos juntos en el club de duelo.

Luego de la conversación con la castaña, el ojimiel encontró a Sirius con un libro de Runas y escribiendo algo rápido en el pergamino.

-   Te tengo una noticia, solo falta que Lily lo confirme.

-  ¿Eso es...? - preguntó sin levantar la mirada.

-   Tendremos que unirnos al club de duelo con Dorcas -dijo rápidamente como si temiese la reacción de su  amigo.

-   ¡¿Que mierdas dices?! ¿Meadowes? ¿Quieres matarme? -gritó haciendo que todos en el comedor le miraran con asombro - ¡Dime que es una jodida broma!¡Dímelo Lunático!  Siento que me va a dar un ataque...

-   Calmate Sirius, no es mentira. Eso ha dicho McGonagall. ¿Por qué tanto drama con Dorcas?

-   Buscará la forma de que me quede calvo o algo así. Sabes que nos odiamos.

-   Del odio al amor...-comenzó Remus divertido.

-  Del odio al amor una mierda. Con Meadowes ni un saludo, no la soporto. Iré a convencer a McGonagall - con un movimiento de varita recogió sus cosas y comenzó a apresurar el paso seguido de Remus.

El ojimiel miraba a su amigo intentando contener una carcajada. Sirius drama boy. Como le llamaban James y él en secreto. Mientras caminaban rápido, varios niños de primero se apartaron asustados ante la mirada desafiante del ojigris.

La puerta del despacho de la profesora McGonagall estaba abierta, y ella levantó su mirada sorprendida al ver a Sirius con aspecto agitado acercarse a su escritorio.

-   ¿Se está cayendo el mundo mágico,  señor Black? -preguntó con una media sonrisa - ¿A que debo su visita en semejante estado?

-   Minnie - comenzó y ella exhaló, dejandole continuar esta vez sin réplica - he escuchado de cierta águila horrenda que no podemos formar un grupo de duelo adicional al club.

-   No veo la pregunta señor Black, de hecho ya he hablado con la señorita Evans y la señorita Meadowes. Dorcas está encantada de recibir más gente en el grupo. Solo deben inscribirse.

Los Merodeadores- Cambiando la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora