Los Merodeadores- Cambiando la Historia

Deseo

La veía reír tan feliz en aquel momento que deseó solo por ese momento ser él. ¿Quién no lo desearía? Su sola presencia se lograba imponer en cualquier lugar que llegase, fuese cual fuere la situación. Ella parecía tan feliz a su lado, y es que no solo deseaba por un solo segundo estar frente a ella y que le mirase de esa forma que ahora lo hacía, se veía a distancia lo mucho que le agradaba estar ahí, escuchándolo.

-          ¿Todo bien Lunático? - preguntó Sirius mientras le apretaba levemente el hombro y miraba en la dirección que su amigo - Todo un avance, ¿no? - dijo alegre el ojigris.

-          ¿Qué? - luego vio hacia donde estaba viendo Sirius - Oh si, si, la verdad es que me alegro mucho por James, ya era hora.

-          ¡Deberíamos encontrarte una chica! - dijo con ímpetu el animago - Ya sabes que las chicas siempre andan tras de ti amigo, y tú eres tan inocente como para hacerte el desentendido. ¿No creerás que esa Marie de verdad necesita esa ayuda en Aritmancia? Su madre es Séptima Vector, el ministerio la tiene en el departamento de misterios gracias a sus estudios.

-          ¿Cómo sabes tú eso? - Remus volteó algo extrañado de las habilidades de investigación que parecía tener su amigo, aunque una revelación parecía cruzarle de pronto - No me digas, ella te lo ha dicho, probablemente entre besos.

-          Pues la verdad, si - admitió con descaro - pero Bronston ha dicho que se ha liado conmigo para poder saber más de ti.

-          Claro y tú amablemente has accedido - dijo con rudeza y un tono agrio que Sirius no pasó desapercibido - en tal caso de que decidiese salir con alguien Sirius, no lo haría con las chicas con las que tú también has estado.

-          ¿Estás molesto por lo de Bronston? - inquirió preocupado - De saber que te gustaba…sabes que no hubiese sido capaz de tocarla amigo - su rostro demostraba que realmente estaba alterado. Remus lo notó y supo que había sido muy duro con él.

-          No me gusta, solo…no quiero salir con nadie Sirius, te agradezco no andes de cupido que eres terrible. ¿Recuerdas la chica de anteojos que me hiciste ver solamente porque pensaste que era inteligente solo por usar lentes?

-          ¡Vamos amigo! Lo siento, me equivoqué.

-          Fueron las cuatro horas más largas de mi vida Canuto - se quejó y exhaló - ¡Cuatro horas!

-          Lo siento, te pediré perdón hasta el final de mis días…

-          ¡Ah! ¿Recuerdas a Eileen? La chica de Hufflepuff  - Sirius rodó sus ojos, ya sabía a donde quería llegar - la que no dejaba de hablar de ti. Casi estuve a punto de formar un club de fans gracias a ti…

-          Lunático, anda, no te enojes más. ¿Qué me dices de Annie? Sabes que esa salida a Hogsmeade fue la mejor que te he pactado - soltó con orgullo - ¿Qué acaso no te gusta? Es bella, divertida, también se ha vuelto igual de matadita en clases como tú y Evans.

-          Parece que al que le gusta es a ti - dijo suspicaz el castaño - Mira lo bien que se  llevan.

-          ¿Eso qué? Somos amigos, como yo lo soy contigo o con Peter - explicó con normalidad - Además sé que te gusta y…

-          No me gusta Sirius, ya no sé cuántas veces he de decírtelo - se quejó con voz cansada - es guapa, si, y muy divertida, me encanta hablar con ella pero no me gusta de la manera que crees.

Sirius le miró y mientras que la brisa le revolvía el cabello suspiró. Parecía que Remus estaba un poco mas complicado de lo que parecía y resolvió por no decirle algo mas. Miró hacia donde estaba James y Lily sentados cerca de uno de los árboles, ella con un pequeño montón de libros y él con algunos pergaminos en su regazo. Algo pareció resonar en su cabeza, pero no podía ser, era mas que imposible, sobretodo porque entre los Merodeadores no había secretos, mucho mas porque Remus no podía tener un corazón tan terriblemente bueno, no podía ser así.