Entre perros y gatos

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Minerva McGonagall miraba a aquel joven con aspecto preocupado, parecía que esta vez casi se mete en un problema más grande que el mismo.

- Te lo digo Minnie, me has salvado de una que no te cuento...

- ¡Mas respeto señor Black! Para usted soy la profesora McGonagall - reclamó ofendida.

- Para mi usted siempre será Minnie... de hecho quería pedirle algunos consejos para nuestro partido...

- Señor Black -le detuvo ella -esto es algo muy serio. ¿Que hacía usted en el pasillo con Alecto y Amycus Carrow?

- Le faltó Snape -dijo entre dientes pero ella le escuchó.

- El señor Snape....

- Ya se lo que todos los profesores piensan de él, incluyendola a usted - el se detuvo a mitad del camino y la miró, por primera vez sin el destello de admiración que siempre le dedicaba - pero se equivoca. Severus Snape es de la misma basura que Amycus y Alecto, aunque usted diga que es un alumno muy prometedor.

- Usted sería un alumno modelo si no se dedicara a andar gastandole bromas a todo aquel que se le cruce por su camino - regañó mientras acomodaba sus lentes.

- Dejaría de ser yo - le guiñó - de verdad me agrada Minnie, debería soltarse un poco...¿que le parece si luego de que termine nuestra relación alumno profesor,  nos tomamos una cerveza de mantequilla?

- Sirius - le nombró con voz cansada - ¿Que había pasado en el pasillo hace unos momentos?

- Nada fuera de lo normal - respondió con voz seca - Alecto solo está molesta porque cuando me fui del nido de ratas, terminé el compromiso que nuestros padres habían planeado. Amycus, por supuesto defendiendo la honra de su hermana y Snape...pues no se que carajos hacía allí.

- Me preocupa su seguridad señor Black.

Sirius la miró sorprendido por unos momentos. Realmente ella, con una mano puesta en su hombro se había preocupado más por él de lo que lo había hecho su madre en toda la vida.

- No debería profesora, no vale la pena. Se defenderme bien.

- Me recuerdas mucho a Alphard, siempre decía que sabía defenderse muy bien. Aunque crea usted, señor Black, que estoy completamente en su contra, no es del todo cierto. Se que su antigua familia lo desprecia y que hará todo lo posible por deshacerse de usted.

- ¿Cómo está tan segura?

- Intentaron hacerlo una vez conmigo - dijo en voz muy baja. Sirius no sabía si sorprenderse. Nada le extrañaba de su familia, pero el hecho de que el desdén y el odio hubiesen salpicado a Minerva McGonagall le parecía inverosímil - Alphard me ha dicho que te ha hablado de Lyra.

Lyra.  La novia del tío Alphard.

- Si, se casaría con ella...recuerdo que dijo que ella y usted eran amigas.

- Sí, así era - ambos comenzaron a caminar juntos - Alphard y ella se volvieron amigos, una cosa que yo rechazaba por completo. No se si lo sepas pero Lyra era una Ravenclaw -él asintió - ella era la persona mas amable que pudieras conocer, le gustaba hacer reír a las personas...- recordó con nostalgia - recuerdo cuando se comprometió con Alphard al salir de Hogwarts, me llevó a rastras a la mansión Fawley donde estaba toda la familia Black reunida. Creo que sabrás de primera mano su desdén hacia los mestizos y nacidos de muggle. Walburga no dejó pasar el hecho por alto y desde ese día intentaron hacer que Lyra dejara de contactarme...por supuesto no pudieron hacer nada... incluso cuando intentaron hechizarme.

- ¿Le atacaron?

- Cygnus intentó atacarme pero por supuesto no pudo hacer nada... - Sirius exhaló - lo que quiero decir con esto es que se lo que puede pasar si estás en el lugar equivocado. Los Carrow son...

Los Merodeadores- Cambiando la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora