Futuro en color Gris

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Annabelle comenzó a subir las escaleras y observó todo lo que estaba en el lugar; había un montón de retratos cubriendo las paredes, pero lo más extraño de todo es que las personas dentro de ellos se movían.

Respiró profundo y trató de calmarse mientras intentaba contener un poco su emoción, este seguramente era el lugar más extraño a que había ido en un sueño.

— Buenas noches señorita... —  comenzó un hombre anciano de incipiente barba que estaba sentado tras un escritorio repleto de artefactos que la chica nunca se habría imaginado. Ella le miró mientras trataba de componerse, todo aquello le sobrepasaba.

— Annabelle Morgensten — respondió casi sin aire — Realmente señor, no sé qué hago aquí y estoy segura de que en cualquier momento despertaré, se lo aseguro — Dumbledore la observaba curioso, ella parecía perdida y hablaba tan rápido que trastabillaba con sus propias palabras — Aunque usted luce como Albus Dumbledore. Bueno — soltó una risita nerviosa — es mi sueño supongo que es sencillo adivinarlo — lo dijo más para sí misma que para aquel hombre mientras removía sus manos con nerviosismo.

El hombre la observaba aún más curioso mientras dejaba que ella observara todo a su alrededor.

— Pues está en lo correcto señorita Morgensten y no comprendo porque dice que es un sueño, yo la observo tan clara como seguro usted me observa a mí — el profesor Dumbledore apartó un poco sus anteojos para verle mejor y sonreírle de forma apacible.

— Es que no comprende — intentó aclarar — simplemente no puedo estar aquí, esto no existe y no es real, estaba hace unos minutos en Georgetown, Londres, ¿sabe? Cuando de pronto aparecí en este sitio, seguramente debo estar tendida en el piso o... no lo sé, muerta y esto es una alucinación.

Albus Dumbledore se acercó un poco mas a ella y le invitó a sentarse, ella accedió y él hizo lo mismo. La observaba de manera escrutadora y ella intentó mantener su calma, no estaba comprendiendo nada de lo que ocurría.

—  Entiendo que este algo confundida, supongo que cualquiera lo estaría en su lugar, lo que no comprendo es como apareció en el castillo, y si esto para usted no existe, como sabe quien soy.

— Puedo imaginarlo...es decir, esto no puede ser real, porque usted es un personaje de libro, mire — revisó su bolso y vió que el libro que llevaba estaba aún allí intacto, "Harry Potter y el prisionero de Azkaban". Se lo mostró a aquel hombre que lo revisó y hojeó sin prestarle mucha atención.

— Ciertamente tenemos un Potter, pero estoy muy seguro que su nombre no es Harry, ¿de donde ha obtenido esto? —  levantó el libro hacia ella — Creo que realmente la pregunta es, ¿de dónde viene usted señorita Morgensten?

Aquello a Annabelle le parecía una extraña pregunta, pero lo mas extraño es que él fuese quien hiciese las preguntas y no ella, al fin y al cabo el era quien estaba en su sueño.

—  Soy norteamericana, realmente estoy en Londres porque mi familia murió y mi abuela se hizo cargo de mi. Ella recién falleció y ha pasado solo unas horas desde que... — respiró profundo y lo miró con ojos llorosos — solo quiero salir de aquí. Si esto es un sueño quiero despertar ahora y si estoy muerta solo quiero volver a ver a mi familia.

Aquella mirada de compasión y lastima hizo que Annabelle se sintiera perdida. Odiaba aquella sensación de no tener el control de la situación y sobretodo, verse terriblemente sola.

—  ¿En que año nació señorita? — la pregunta de aquel hombre le hizo arrugar el ceño y sacarle de su ensimismamiento.

— 1995 —  soltó de pronto — ¿Por qué pegunta eso?

Los Merodeadores- Cambiando la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora