Amenazas

2.4K 211 34
                                    

Annabelle miraba con desdén a Sirius mientras este la acompañaba en silencio. Hacia ya un par de días que se hablaban lo necesario, aún bajo la mirada escrutadora de James y Euphemia.  El ojigris intentaba hablarle pero ella con un hábil hechizo de silencio, lo mantenía callado, quitándoselo cuando ya habían pasado unos cuantos minutos.

- Ni siquiera sé que estás haciendo aquí Sirius, ¿por qué mejor no vas y te desapareces de mi vista?

El muchacho se adelantó unos pasos y la retuvo unos momentos, ella resopló y gruñó, para diversión del ojigris.

- Lo siento, ¿si? Soy un completo estúpido - dijo con suavidad - no es que no me lo digan siempre - ella lo empujó pero Sirius usó su fuerza para mantenerla en el mismo lugar - Annie, mirame - pidió cuando ella desvió su mirada intentando no prestarle atención - ¡Merlín! Te pones como un crío cuando te enojas.

- ¡Si te molesta pues vete a la mierda! -bramó ganándose varias miradas alarmadas de la tienda muggle donde estaban parados.

- Ese lenguaje me pone...¿sabes? - tentó, pero fallando en hacerla reír - Lo siento. ¡Vamos rizos de oro! Eres la única mujer a la que le he pedido disculpas tantas veces, perdoname. No eres cualquiera, nunca lo serías.

La rubia enarcó una ceja y se echó a reír, tanto que terminó por sobresaltar a la dependienta.

- Si no fueras tu, te lo creería Sirius, pero como te has pasado de cursi, cuenta como una disculpa - soltó relajándose, pero Sirius no la soltó y le miró con reproche.

- ¿No me crees? - Annabelle se encogió de hombros sin decir nada - Cree lo que quieras entonces - terminó por decir - ¿A donde carajos vamos?

- Yo quería ir a comprar algunas cosas al callejón - respondió con rapidez - pero intentaba perderte de vista en esta tienda. Como es de ropa femenina...

Esta vez fue Sirius quien resopló. La verdad en cualquier otra situación habría seguido a cualquier mujer en esa tienda, pero había terminado de admitir para sí mismo que sentía algo diferente por la rubia.

- Tonta.

- ¿Cómo me dijiste? - ella volteó amenazadora - te salvas Sirius, que estamos en un lugar público lleno de muggles.

- ¿Tienes miedo acaso? - pinchó con su comentario, Annabelle decidió respirar profundo - A todo esto,  ¿que sabes de Alistair? - inquirió mientras salían de la tienda.

- Está en algún lugar que no me quiere decir en una misión para el Ministerio - respondió con voz monótona - ¿Tu que sabes de tu tío?

- No me ha respondido, Andy me ha invitado a comer este domingo, ¿te gustaría ir conmigo?

Sirius le miró con una media sonrisa que le hizo estremecer, no era arrogante ni perversa, era dulce y sincera en ese momento.

- No lo sé, ¿acaso me invitas porque James está ocupado con Lily?

- Te invito porque quiero ir contigo - dijo revolviendose el cabello - así conoces a mi sobrina.

- ¿Todos la conocen? - preguntó pensando en Remus.

- James la ha visto un par de veces igual que Peter, Remus siempre saca una excusa... ¿te gustan los niños? - ella asintió - ¿en serio? A mi no tanto, pero supongo que con Dora me llevo bien, tienes que conocerla - sonrió - esa niña es una sabandija con cara de bebé.

- ¡Sirius!

- ¡¿Que?! No lo digo en el mal sentido, solo que...ya la conocerás.

Al entrar al callejón Diagon, Sirius le tomó amistosamente del brazo, caminando junto a ella, Annabelle le dió una mirada de reproche que el pasó de largo olímpicamente.

Los Merodeadores- Cambiando la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora