Los Merodeadores- Cambiando la Historia

Impasse

Orión Black no necesitaba saber que pasaba por la mente de su esposa cuando Abraxas Malfoy, Ludovic Lestrange y sus hijos, junto con Narcisa y Bellatrix aparecieron esa noche sin ser invitados. No es que entre ellos tuviesen una gran conexión, pero había convivido tanto con Walburga que con solo una mirada parecía saber que estaba pensando. Por un momento se encontró recordando cuando sus padres forjaron la alianza de su matrimonio como era de esperarse, seguramente se recordaba con la misma actitud de Sirius, pero seguramente accedió mucho mas fácil de lo que él lo hizo, no porque estuviese totalmente resignado, sino porque era su deber para con su familia y entre otras cosas la belleza de Walburga le cautivaba. 

Hacía un par de noches estuvo solo en su despacho, observando el anillo en su mano mientras en la otra tenía un poco de Whisky de Fuego, había discutido con Walburga lo que era frecuente desde que Sirius se había marchado. Orión sabía que había hecho lo que estaba en sus manos para hacer que Sirius cumpliera con su deber, pero aquel caracter, que estaba seguro era una mezcla del suyo y el de Walburga, no era tan fácil de dominar. Debía darle credito al muchacho, se había lanzado un sinfín de enemigos a cuestas, sin contar la deshonra que había sido dejar la familia y quedar sin un knut en el bolsillo. Quizás si había sido duro con él, menos que lo que había sido con Regulus, pero esperaba mucho mas, más de aquel hijo que en el fondo amaba. 

El matrimonio entre él y Walburga había sido concertado, como todos los demás matrimonios en la familia Black, no es que fuese una sorpresa, lo que sí había terminado siéndolo es haber quedado enamorado de la que tenía que ser su esposa por deber. Sabía que ella no lo amaba de vuelta, y no lo haría, de eso estaba seguro, pero no podía evitar sentirse orgulloso de tomarle del brazo y aún mas cuando tuvo a sus dos hijos. ¿Que habría pasado si hubiese tenido el mismo caracter de Sirius y hubiese decidido un futuro diferente para sí mismo? Quizás una mujer que le quisiera de vuelta, una que no solo estuviese por compromiso. 

- Orion Black - le saludó Abraxas sacándole de sus pnsamientos - Veo que la vida te trata bien, unos envejecemos mas rápido que otros - soltó con desdén mientras le miraba de arriba abajo. Orion se encogió de hombros, restandole importancia, la verdad a él mismo le parecía que había cambiado mucho. Su cabello comenzaba a mostrarse con algunas canas, sus manos estaban cada vez menos tersas y su andar era menos rápido que antes. 

- ¿Puedo saber que hacen aquí, Abraxas? No parece una visita de cortesía - le dijo, con ese tono Abraxas se dio cuenta de que aunque estaban en el mismo bando, no eran bienvenidos. 

- Pues, ¿es que no se puede visitar a los amigos? Además Orion, ahora estamos emparentados, somos familia.

- Supongo, pero no soy el padre de Narcisa, ese era Cygnus y está muerto, ¿no? ¿Porque no mejor vas a molestar a tu consuegra? Seguramente le interesará contarte lo mucho que espera un nieto. 

- ¡Oh vamos, Orion! ¿Aún molesto porque le propuse matrimonio a Walburga hace tantos años? Terminó por escogerte a ti, o debería decir, fue forzada a escogerte, ¿no? Todo por el dinero. 

- Abraxas - saludó Walburga extendiéndole su mano - ¿Que tanto conversan? Pasemos a la sala, le pediré al elfo que nos traiga unas bebidas. 

- Querida Walburga, estaba hablando con tu esposo, de cosas de antaño, como cuando te pedí matrimonio y me rechazaste - ella enarcó una ceja y compuso una sonrisa de medio lado. 

- ¿Aún con esa riña? - miró a su esposo - He de decirte Abraxas, que pensé, lo habías superado, mi esposo y yo tenemos un matrimonio sólido, escogí bien - dijo sonriendo hacia Orion, que le devolvió la sonrisa, aquello era lo más romántico que alguna vez escucharía de su esposa. 

- Conmigo te habrías divertido más - guiñó hacia ella el hombre de cabello blanco - Una vida llena de aventuras. 

- Oh claro Abraxas, la aventura habría sido correr de las manos asesinas de tu esposa, Cresilda, ¿no?