Invitaciones

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Su respiración agitada y su cuerpo tembloroso le delataban fácilmente, pero ella lo había pedido.

Los hechizos casi le rozaban, pero los nuevos que había aprendido le servían más de lo que se imaginaba. Podía sentir las miradas de James, Remus, Peter y Lily sobre ella.

Dorcas parecía frenética y su ritmo iba incrementando mucho mas que el de Sirius. La castaña se movía en su elemento y cada vez atacaba con mas fuerza, acercándose.

- ¡Meadowes basta! - le gritó Sirius parando de lanzar hechizos, pero Dorcas no le hizo caso y Annabelle no bajó la guardia - ¡Dorcas ya! Para.

- La batalla no será justa Black...es lo que hay que aprender - ella se lanzó con mas ímpetu sobre la rubia que de pronto parecía molesta.

- ¡Dorcas! - gritaron al unísono Remus y Lily.

Annabelle de pronto se mostró con un aspecto mas rudo que el anterior, sus ojos ya no se veian claros sino de un tono mas oscuros, cosa que no pasó desapercibido para Sirius. Las cosas habían cambiado de un momento a otro, la rubia se había convertido en una igual para Dorcas que sonreía orgullosa de la reacción que había logrado en ella. El ojigris miraba preocupado la escena, sabía que Dorcas era de temer y era muy agil en cuanto a duelos se trataba y en cualquier momento podía lanzarle por el medio del salón.

Pero parecía que se equivocaba, Annabelle hizo que Dorcas retrocediera.

- ¡Mierda! - escuchó que soltaba Dorcas cuando esta vez un hechizo le rozó la oreja cortándole - Sirius no te quedes ahí y ayudame pedazo de idiota.

Sirius rodó sus ojos y le hizo caso, pero esta vez quien sonreía complacida era Annabelle al ver que parecía haber puesto en aprietos a su contrincante. El ojigris frunció el ceño y comenzó a sentirse acorralado, la rubia tenía casi contra la pared del salón a ambos y les miraba triunfal. Para sorpresa de Dorcas, su varita se deslizó rápido de su mano.

Annabelle le había desarmado, ahora solo quedaban Sirius y ella.

- ¡Vamos Anne! - le animó Lily eufórica.

Ambos seguían en la lucha, y el pelinegro había logrado un poco más de espacio adelantándose un poco mas hacia ella con aquella media sonrisa en sus labios y su expresión arrogante.

- Maldita sea Sirius...¡No seas tan jodidamente condescendiente! ¡ATACALA! - le ordenó Dorcas.

El muchacho exhaló y obedeció, esta vez iría con todo y así lo hizo. Se maldijo por haberle ayudado a Annabelle en la practica porque lo estaba haciendo muy bien ahora. Lo más impresionante para él, es que parecía haber recodado los movimientos y le bloqueaba con facilidad.

Por un momento sus ojos se conectaron, y en ese instante ella titubeó, aprovechandose de su distracción, Sirius logró atinarle un hechizo que le dejó en el piso.

James fue el primero en correr hacia ella, seguido de Lily y Remus. Sirius se acercó tan rápido como pudo y le cargó en brazos hasta una de las sillas.

- Ennervate - conjuró el ojigris hacia el pecho de ella. Annabelle volvió en sí tomando una bocanada de aire - ¿Estás bien?

- ¡Fue genial! ¿Podemos hacerlo otra vez? - preguntó. Todos rieron incluyendo a Dorcas que cabeceó divertida.

- ¡Estás como una cabra chica americana! Pero debo decirte que has mejorado. Solamente conozco una persona en esta sala que me ha desarmado antes y es la niña pelo de escoba aquí a mi lado - señaló a Sirius que bufó.

- Te he cortado - dijo preocupada Annabelle apuntando a la oreja de ella.

- No es nada - amagó con un gesto - Bien, creo que es todo por hoy. Igual ya mañana nos vemos de nuevo.

Los Merodeadores- Cambiando la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora