Y,¿Si fuera ella?

Capítulo 6

-Eh... Perdón Malú... -bajé la cabeza en señal de vergüenza
Ni todo el alcohol que había bebido podía quitarme la vergüenza y la cara de tonta en ese momento. Agradecí que ella estaba aún mas ida que yo, y que con suerte en unas horas ni se acordaría.
-Tranquila -se rió -Bueno, visto que no sabrás como llegar,¿te vienes conmigo en el taxi?
-¿Hay hueco para Alba? -ella asintió y acto seguido me puse la mochila en la espalda y salimos del camerino
Busqué a Alba por todos lados, y cuando la encontré le conté un poco por encima lo que había pasado y lo de la cena. Nos despedimos de todos, yo especialmente de Alejandro, que no paraba de darle las gracias por todo y decirle que nos veríamos en unos días para los ensayos de los directos.
Nos subimos en el taxi, Malú iba delante junto al taxista, y Alba y yo en la parte trasera. El taxista no paraba de hacer bromas con nosotras y con Malú, estuvieron todo el trayecto de cachondeo. Alba y yo nos limitamos a reirnos e intentar integrarnos. Nos bajamos del taxi y pusimos rumbo al restaurante. Despues de caminar unos minutos, vimos a un pequeño grupo delante de una puerta de un restaurante, y supusimos que era ahí, donde estaban todos. Al parecer era uno de los restaurantes mas famosos de Madrid, y muchos de ellos lo patrocinaban.
Juntamos varias mesas y nos sentamos. Malú estaba justo en frente de mi y Alba a mi lado, como no.
La cena fue bastante agradable aunque apenas hablé, solo me limitaba a sonreir y asentir. Estaba comiendo junto a las mejores voces del país, y encima muchos de ellos durante la cena me felicitaban por mi actuación y por el futuro que me esperaba. Era increíble.
Yo dejé el vino de lado y opté por beber agua, el alcohol ya había sido suficiente para mí, y no me apetecía seguir bebiendo. Pero en la mesa las botellas de vino volaban, y poco a poco iba subiendo. Todos estaban nuy receptivos y se notaba el buen rollo que había entre ellos.
-Alba -le dije en el oído -Voy al baño, guarda la mochila.
Me levanté, dejándole la mochila a Alba, y le pregunté al camarero dónde estaba el servicio. Necesitaba mojarme un poco la cara, y además salir un poco de ahí, relajarme y evadirme del ruido, ya que entre la música que había en el propio restaurante y el ruido en general que producíamos nosotros, me iba a volver loca.
Se notaba que era un restaurante de lujo, de esos a los no vas una noche porque si, sino por una ocasión especial, como esta noche. Solo me imaginaba cuánto nos saldría ese plato que nos pedimos para compartir Alba y yo y el picoteo.
Metida en mi mundo mientras me lavaba las manos, oí la puerta abrirse, levanté mi cabeza, y vi a Malú, con su inmesa sonrisa y sorprendida de verme ahí.  Sacudí mis manos para que se me secaran y me giré
-¡Qué sorpresa! -me hice la tonta
-¡Nos volvimos a ver, unos años después, el destino lo quiso y así fue! -canturreó y no pude evitar partirme de la risa. Eso y sus mofletes sonrojados delataban que se había pasado con el vino.
-Y tantos años, que hace dos minutos estábamos sentadas en la misma mesa -me volví a reir
-Oye, ¿estás bien? -se acercó a mi -Te veo algo rara, o callada no sé
-Bueno... No todos los días ceno con artistas de tu talla, y pues me da algo de respeto... -añadí
-¡Bah, si nosotros somos así de simpáticos siempre! -añadió -¿Te sientes cómoda con nosotros?
-Sin duda, pero comparándome a mi y a vosotros, pues...
-Eres una enana- sonrió
-¡Oye! -fingí que estaba enfadada y bajé la cabeza
Se acercó más a mí y me levantó la cabeza, el tacto de sus manos en mi cara me estremeció y ella lo notó ... La distancia se iba acortando, la miré, y sus ojos coincidieron con los mios. Y sin darme cuenta pasó. Me agarró el cuello suavemente y me besó. No me creía lo que estaba pasando hasta que nuestras lengua se entrelazaron, hundí mi dedos en su pelo y ella bajo sus manos hasta mi cintura.
De un salto se subió al lavamanos, y me atrapó con sus piernas, que se entrelazaron en mi cintura ... La temperatura de ese baño iba subiendo al mismo nivel que nuestros besos. Su mano se coló dentro de mi falda, despacio y sin ningún tipo de prisa.
Estaba totalmente perpleja en la situación, en lo que estaba a punto de pasar, pero también en lo que pasaría unos días después, cuando nos volviéramos a encontrar en el programa. Sabía de sobra que no estábamos en las mismas condiciones, yo estaba totalmente sobria, y ella no, y quizá sea ese el motivo por el que me estaba besando... Yo y mi puto miedo, mi manía de preocuparme demasiado por las cosas sin saber lo que puede pasar. ¿Y, si se arrepentía y nuestra relación de 'coach' y 'talent' se perdía? O aún peor, ¿Y, si no se acordaba absolutamente de nada la próxima vez que nos encontraramos?
-Malú... Espera... -le dije en sus labios. Como pude salí de sus piernas, me coloqué la falda y salí de ahí, dirigiéndome hacia la mesa.
Necesitaba irme a casa antes de que Malú saliese del baño, pero tampoco quería llamar la atención, y mucho menos estar con secretos a Alba en el oído, así que opté por mandarle un whatsaap.
-Alba, vámonos a casa por favor -al instante notó un pitido en el móvil, lo sacó y cuando lo leyó me miró, pidiéndome una explicación.
Le hice un gesto con la mirada y entendió perfectamente que no me encontraba bien, y que algo había pasado.
-Bueno, creo que nosotras nos vamos yendo -fingí una sonrisa y le di la mano a Alba para que se levantara de la silla -Alba, saca mi cartera
-¿Tu cartera? -interrumpió uno de ellos -Invita la casa. Yo sonreí y asentí, no estaba por la labor de insistir. Me despedí de todos dándoles un gracias inmeso y salí de ahí lo antes posible.
-Carla -Alba detrás de mí, me gritaba para que parase -¡Carla joder, qué te pasa!
Cuando me alcanzó, me giró y solo pude abrazarla mientras ella me susurraba "Tranquila anda, ya pasó. Vamos a por un taxi". Después de esperar y caminar un rato, nos subimos en uno, la dos en la parte trasera. Su mano encima de la mía, y mi cabeza en su hombro...
-Quédate conmigo esta noche -levanté la cabeza y la miré
-¿Me vas a decir que pasó?
-Soy una cobarde Alba... Joder.

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