Capítulo 9.- Elías.

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Un niño pelinegro, vestido como un antiguo noble está parado mientras juega con sus manos avergonzado. Un hombre, más bien un demonio de piel roja y un par de cuernos sobresaliendo de su frente está sentado sobre un trono rodeado de las paredes de Sommerfield.

El demonio mide tres veces más que un humano promedio, con su físico sobre desarrollado incluso para los más adictos al ejercicio. Sus ojos negros con pupilas rojas. Además de una larga cabellera negra. El demonio mira impaciente al joven frente a él, que incluso siendo un demonio no demuestra ninguna actitud digna de uno.

—¿Cuál es tu excusa esta vez? Elías —cuestiona el gran demonio.

—N-ninguna señor —responde nuestro protagonista con voz suave y tímida.

El demonio es Aliz Asmoth, el rey de los demonios que se hizo infame por el hecho de poner el mundo a sus pies. Devastando toda resistencia puesta ante él.  La mirada del rey demonio penetra la mente del niño, atormentandolo.

—Es que..... esos niños nec-

—¿"Necesitaban ayuda"? ¿Eso es lo que ibas a decir? —la gruesa voz de Aliz resuena por la habitación—. Que no se te olvide tu posición, o podrías terminar como la deshonra de tu hermano.

—S-Sí —asiente Elías intimidado.

El pequeño Elías es arrojado a un calabozo, donde es encadenado y azotado. Observa a través de la ventana el cielo azul que siempre le trae calma.

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—¡Tienes que estar bromeando! —Elías oye una voz muy conocida.

Nuestro protagonista recuerda a esa persona que siempre estuvo a su lado hasta su partida hace tres años. Y como era de esperarse de su padre, la persona que le reclamó terminó en el mismo lugar que él.

Un joven exactamente igual al Elías actual por excepción de su cabello rojizo cuelga al lado de nuestro protagonista.

—Ha pasado un tiempo, Elías —comenta el pelirrojo.

—Illum, ¿Por qué regresaste? —cuestiona el menor.

—Es difícil evitar no recordar cuando oyes noticias del infame rey demonio ¿Sabes? —responde Illum.

—Supongo —dice Elías.

—¿Sabías? Mi madre resultó ser una antigua princesa que fue violada por el rey demonio —comenta el pelirrojo decaído—. Según oí, antes de morir gritó a los cuatro vientos: "Malditos demonios, los maldigo incluso en el otro mundo".

El pelinegro escucha atentamente cada palabra proveniente de la boca de su hermano mayor.

—Y luego mandó a colocar una maldición dentro de mí, que congelará todo una vez cumpla los veintitrés años —declara el Asmoth mayor.

Nuestro protagonista sonríe ligeramente para luego observar a su hermano.

—De esa manera cumpliría su venganza ¿Verdad? —pregunta Elías.

—Por eso vine aquí, aprovechando una fecha dónde todos los demonios están dentro del reino y mi rango de alcance —cuenta Illum.

—Ya veo.

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Elías despierta y observa a un joven rubio idéntico a Jesús frente a él.

—¿Estás bien? Hey —dice el joven.

Es curioso, aún siendo un demonio fue más humano que otra cosa. Una persona tranquila y de corazón amable que poco a poco fue perdiéndose.

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