Capítulo 42.-Todos contra uno.

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Karkemish jadea mientras corre hacia aquel gran edificio. Tras varios minutos llegó a duras penas.

-¿No me están engañando? -pregunta el humano.

Ambos demonios se ponen de espaldas.

-La decisión es tuya -dice Hod.

Netsaja asiente mientras se despide de Karkemish.

-Aún si dejé a Behemoth, ¿Realmente estuvo bien? -Se pregunta el humano.

-¿A quién dejaste? Bueno, da igual. Vine a matar a ese patético Lucifer -comenta el demonio.

Una explosión sucede, y salen volando aquellos que intentaron enfrentar a Lucifer

Destacando los restos de Acedia y Kexia. Zavebe se encuentra a duras penas en pie.

—M-Maldición —musita la albina antes de caer inconsciente.

Fue entonces que Behemoth conoció una emoción que jamás había sentido, temor, aquél ser con su sola presencia le hizo entender que no era un tipo cualquiera.

No era algo de este mundo. Definitivamente era imposible que existiera algo así de fuerte.

Aún así, él no era un cobarde y esto también le da la sensación de un verdadero reto.

Sonrió y se preparó para entrar.

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Al avanzar por los pasillos, Adren se encontró con un Elías inconsciente por lo que se acercó y trató de usar la poca magia curativa que conocía al máximo para tratar de quitarle toda la fatiga.

En poco tiempo, aparece Agalariept a duras penas conscientes.

—No se preocupen, descansen por ahora —dice el Merlin.

Se escuchan unos pasos, siendo de un joven de cabello naranja y puntiagudo.

Viste una armadura dorada que encaja con su pequeño cuerpo, también porta unos aretes con forma de sol.

Pecados capitales : Nietzsche Rand "La soberbia".

Adren mira de reojo a sus compañeros, sin tener oportunidad de esquivar algún golpe.

—Tranquilizate, no he venido a tomar su vida. Después de todo ¿Por qué debería hacerlo? —cuestiona Nietzsche.

El trapo le mira con ligera sospecha.

—Ya no tengo razones para luchar ¿Sabes? Si continuara haciéndolo ¿Qué ganaría? —pregunta el demonio—. Pero, deberían rendirse. Jamás podrán vencerlo, es el poder en persona.

—Quizás, pero, ¿Qué ganaríamos esperando nuestra muerte? —pregunta Adren—. ¡Prefiero morir luchando hasta el final!

—Bien —dice Nietzsche haciéndose a un lado—. Si quieren intentarlo adelante ¿Te parece bien, Constantine?

El susodicho asiente mientras se recarga en la pared. En ese momento llegan Zavebe y Karkemish.

—Parece ser que podrían ganar —dice Rand abiertamente—. Vayan, se les acaba el tiempo.

Karkemish cargó a Elías y Adren ayudó a Agalariept a caminar. Todos se sentían consternados puesto que sabían de antemano el poder de su enemigo.

¿Podremos ganar? Esa era una pregunta que no pararon de hacerse, era normal.

Avanzaron en unas escaleras que parecían no tener ningún fin. Ninguno dijo nada. Tanto Elías como Agalariept lograron recuperar la consciencia.

Todos se miraron, también se encuentra Behemoth, quién no pudo evitar contener su emoción y abre la puerta.

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