Gran Cambio

Capítulo 28.-Infiltración a Elam.

Elías y Gilbert llegan frente a las murallas de Elam, observandola a distancia. 

Tratando de analizar cualquier posible trampa por parte de sus enemigos.

Al llegar a la puerta, se encuentran con un grupo de cuatro hombre detrás de Eurinome, quién esboza una gran sonrisa mientras se acerca al dúo.

—¿Vienen de viaje? Si es así lamento informarles que Elam ha sido cerrada temporalmente —declara el siempre sonriente.

Elías observa con cuidado a los soldados detrás del demonio, analizandolos uno por uno.

—¿Podría dejarnos pasar? Venimos de Soleil —dice Gilbert.

—Ya veo. Pero las instrucciones de Lady Katherine fueron no permitir el ingreso a nadie hasta que se resuelva el conflicto —dice el demonio.

—¿Cuál es el conflicto? —cuestiona Elías—. Si nos lo dice quizás podamos ayudar.

—Es información confidencial, no se nos tiene permitido hacerla pública —declara Eurinome.

—Ya veo. Gracias por aclararlo —dice la pelinegra mientras hala del brazo a su compañero.

Eurinome sólo se despide levantando la mano y sacudiendola en señal de despedida.

Mientras que Gilbert no termina de entender lo que ocurre.

—¿No te parece demasiado sospechoso? —pregunta Elías.

—No del todo. Es el reino de los orgullosos guerreros después de todo —dice el canoso.

—Me refiero a la actitud del guardia —declara la Asmoth—. Parecía demasiado ansioso por nuestra presencia.

Gilbert coloca su mano sobre su mentón, mientras piensa en lo dicho por su amigo.

—En todo caso.... —Elías se queda callada por un momento.

El canoso al no seguir oyendo a su acompañante, decide voltear y observa a Moisés inconsciente en el suelo, con notable fatiga.

—Afortunadamente no parece haber sido herido —declara la ahora chica.

Gilbert se acerca para ayudar a Moisés.

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—¿Hm? —Irineo voltea hacia la izquierda.

Un extraño sujeto le mira sonriente mientras saluda con su mano.

El rey demonio toma una postura defensiva ante aquella presencia extraña.

El sujeto aparece frente al rey demonio y le susurra algo al oído, sorprendiendo al líder de los jinetes del apocalipsis.

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—¿Hm? ¿D-Dónde estoy? —cuestiona Moisés extendiendo su mano.

—Gyah —gime una persona.

Al abrir sus ojos se encuentra con una notablemente enfadada Elías, al lado de un sorprendido Gilbert. Al bajar su mirada, nota que una de sus manos está apretando uno de los pechos de la ahora chica.

—¿P-Podrías apartar tu mano? —pregunta Elías con un tic en su ceja.

Con algo de temor, Moisés trata de apartar su mano, pero esta no se mueve, quedando hecho piedra.

"Mi hombría me impide apartar mi mano" Se dice mentalmente.

Al ver la falta de reacción por parte de su "hermano". Elías aparta la mano de su pecho por la fuerza y con algunas venas sobresaliendo de su sien.