🌨Capítulo 31
🌨Banet
🌨Casa Shapiro
Era una chica de detalles. Me gustaba el olor a libro recién comprado y las hojas color mate. Las casas antiguas con sus grandes puertas de madera. Los perfumes frutales y la vida tranquila. El té por las mañanas y los gorros de invierno.
Mi primera impresión al entrar a la casa de los Shapiro fue ver lo grande que era. El piso de parqué y el gran living con sillones. El televisor ocupaba más de la mitad de la pared. Pude observar que los Shapiro solían viajar, ya que los cuadros que tenían colgados mostraban fotos suyas en distintos lugares del mundo. Además, los adornos sobre los muebles eran souvenirs de otros lugares. Más allá del living, a un costado derecho estaba la cocina con ese hermoso piso de mármol blanco y el desayunador que siempre había querido tener. Estaba integrada con el comedor. A su vez, este estaba rodeado de ventanas que te dejaban ver el bello paisaje verde y el pueblo. Al otro costado del living, el derecho, estaba el baño y dos habitaciones.
-Esta debe ser la de huéspedes, carece de personalidad- Daria fue crítica al respecto. Era verdad, era una habitación simple. Pero tenía lugar para dos y además un lindo sillón; en el que cómodamente podría dormir otra persona.
De inmediato pasamos a la otra. Esa si tenía más estilo. Había posters de grandes íconos de la música.
-La pieza de Derek. El mayor de los cinco hermanos. Era un buen guitarrista, pero con grandes problemas de adicción y autoestima- Juliet había conocido a Derek en un campamento musical.
-Tiene una cama marinera, por lo tanto pueden entrar dos- Comentó Dakota.
- Subamos- Dije mientras volvíamos al living, donde se encontraban las escaleras.
El segundo piso no era muy especial. Un largo pasillo con tres puertas del lado derecho y otras tres del izquierdo. Al fondo había una puerta que daba a un balcón.
La primera puerta que abrimos era la habitación de las dos hermanas menores. Pudimos deducir eso gracias a la infantilidad de la decoración. Era una pieza muy rosa y con peluches. En la segunda puerta del lado izquierdo, había un baño y en la tercera otra habitación. Alguien adicto al fútbol y a los deportes había vivido ahí. Lleno de trofeos y medallas. Un gran competidor. Obviamente, Hooligan y Justin eligieron dormir ahí. Frederick tuvo que seguirlos sin opción alguna. En frente de la habitación del futbolista, dormía un fan de los superhéroes y figuras de acción. A su lado, había un sala de estudio con una amplia variedad de libros, los cuales revisaría después. Más cerca de la escalera y en frente de la habitación de las niñas, estaba el cuarto de los padres. El más grande de todos, con una cama matrimonial, un baño privado y una mini habitación que, en realidad, era el ropero. Todas las piezas tenían su encanto y también un balcón.
-Zoella, Juliet y yo dormiremos en la pieza de las chicas- Dijo Dakota.
-Con Fargo dormiremos en la pieza de los huéspedes- Minnesota habló por Fargo, ya que él estaba junto a Cinnamon y Duncan buscando a Hazelnut.
-¿Y tu hermana?- Preguntó Juliet.
-Mis papás ya están por buscarla- Respondió rápidamente.
-Yo y Cinnamon en la habitación de los padres. A lo mejor, con Hazelnut- Tina siempre se nombraba a ella antes que al resto, era gracioso.
-Con Portland dormiremos en la pieza del chico fan de los superhéroes- Dijo Gregorio.
-¿Te parece dormir juntas en la pieza de Derek, Daria?- Le pregunté con una mirada seductora. Amaba a Daria porque no me veía como una loca, bueno...a veces si, pero ella también lo estaba. Podía entenderme, quería también. No era como el resto. Daria simplemente era ella.
-¿Queda otra opción?- Intentó hacerse la dura, pero siempre hacía esa clase de chistes.
-Puedes dormir en los sillones del living...si quieres- Contesté riéndome.
-Paso- Daria aceptó que tendría que dormir conmigo.
-Vamos, ayuden a bajar las cosas de los autos- Juliet interrumpió el momento de bromas estúpidas.
Mientras acomodaba mi ropa en los cajones del armario de Derek, mi cabeza no paraba de pensar en lo extraño y retorcido que todo era. Ese sentirse ajena a todo. De querer preservar el orden de las cosas, porque de hecho no era mi casa. Todo parecía tan perfecto en la casa de los Shapiro. Los cuadros con hermosas fotografías, los baños impecables, las grandes ventanas y esas cortinas hermosas, las alfombras bien aspiradas. Habían dejado todo en un perfecto estado, como si hubieran estado planeando su partida.
-¿Nos acostumbraremos a vivir en una casa ajena?- Le pregunté a Daria.
-Ya nos acostumbramos a convivir con la muerte- Respondió crudamente.
-Es verdad. ¿Me acompañas a tomar un té en la cocina?- Ya había terminado con mi ropa. No tenía demasiadas cosas por guardar.
-Vamos- Daria me acompañó a la cocina donde estaban todos menos Gregorio, Minnesota, Atlanta y Portland.
Abrí las alacenas hasta descubrir dónde guardaban las tazas los Shapiro. A mis espaldas, escuchaba que Juliet sentía que estaba violando alguna ley o que tenía el presentimiento de que los Shapiro volverían pronto.
-Todo me hace acordar a Ricitos de Oro. Solo que no con osos, sino con los Shapiro- Comenté al respecto. Algunas risas simpáticas se escucharon. Al rato, cuando encontré la taza que me gustaba dentro del montón de tazas aburridas exclamé: "La taza de la mariposa celeste es mía, no la usen".
-Tan simple para algunas cosas y para otras tan rara- Frederick se rió ante mi especie de selectividad para la obsesión.
-No me gusta compartir taza, es algo muy personal- Respondí con un poco de vergüenza.
-Está bien, esa va a ser tu taza. Si vos lo decís, lo tenés. No veo por qué no- Hooligan habló con su tono chistoso.
-¿Qué está pasando afuera?- Tina estaba asomada por la ventana viendo el pequeño pueblito.
-Es una casa- Contestó Daria sin preocupación.
-Si, prendiéndose fuego- Dije impresionada.
-Vamos- Juliet agarró las llaves del auto.
-¿Por qué?- Preguntó Frederick.
-No hay bomberos, no hay policía ni gente que nos pueda ayudar. Si no lo apagamos se va a propagar- Dakota habló con sentido común.
-Es verdad, vamos- Justin tomó iniciativa. En unos minutos todos estábamos en los autos.
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La teoría de "Los 12"
Ficción GeneralEddwingood: un pequeño industrial donde la vida era monótona, injusta y aburrida. Nada impresionante pasaba, hasta que un día, los jóvenes del colegio Santa Victoria comenzaron a morir sin razón aparente. En la tierra de la injusticia, la pobreza, l...