Insubordinables

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                              🌨Capítulo 53
                              🌨Dakota
                              🌨Casa Shapiro
              Quizás era la única mujer con valores cristianos que quedaba viva. Ya casi todos los religiosos habían muerto para ese momento. La diferencia era que yo tenía sentido común y que no vivía en la fantasía de Dios. Podía ver la realidad y no abstraerme de ella solo por estar segura de la existencia del paraíso o "cielo". Haber creído en Dios no me quitaba el uso de la razón y tampoco mi voz. Era alguien que podía separarse de la euforia religiosa.
            A lo mejor, el Proyecto Geod vio en mi alguien con ideales feministas, con una voz propia y no alguien subordinable por completo. Quizás ese fue su error: dejar a los insubornidables vivos.
             Nuestras vidas estaban llena de trabas, para las cuales no existía excusa para quitarlas del camino. Sinceramente, no creía que rezar en forma de ruego sirviera de algo. Rezar en forma de agradecimiento, si. Uno tenía que ser realista y actuar para cambiar lo que quería.
             Así fue como ese día, junto a Gregorio y Karligan, hicimos de la casa de los Shapiro nuestro propio búnker. Las maderas tapaban las ventanas dejando pasar solo unos pocos rayos de luz. A lo noche, todo era más oscuro y sombrío. Nadie podía vernos desde afuera con nuestras ventanas cubiertas. Karligan decidió dejar armas en lugares estratégicos y también dejó un bolso preparado para cada uno. Nos dijo que serviría en el caso de tener que huir rápidamente. Eran como un kit de supervivencia. Karligan siempre tenía ideas finalistas acerca del mundo y por eso era alguien muy precavido e inteligente cuando se trataba de mundos apocalípticos o pueblos tomados por una extraña fuerza exógena. Era bueno tenerlo en el equipo. Siempre tenía una idea en mente y no tardaba en ejecutarla.
              -No están viniendo...ya es de noche- Karligan estaba intranquilo.
               -Ya van a llegar- Dijo Gregorio.
               -No se por qué, pero me vino un recuerdo de Xia Akro. Pensar que era mi mejor amiga y ya no la tengo más. Todos fueron desapareciendo de a poco- Recordé a una de mis amigas más queridas.
               -Todos recordamos a Xia y a los demás. Es como que parte de ellos nunca se fue. Algo quedó...una presencia invisible. Y pensar en aquellos que perdimos sin realmente saberlo- Karligan tocó las flores que había en una gran maceta mientras recordaba melancólicamente.
                  -¿Te refieres a Zoella, Daria y Juliet?- Preguntó Gregorio.
                 -Si, pero no solo ellas. Rebecca Pine, Nikita Romero, Prudencia Pret...Greco, Michigan, Gareth, Atenas, Claire... Hazelnut y Pat- Respondió Karligan.
                -Los vivos pero ausentes. Estamos muy solos, demasiado- Odiaba ser pesimista, pero no veía el lado bueno.
                 -Siempre lo estuvimos. Eddwingood nunca fue un lugar hospitalario y mucho menos acogedor- Gregorio podía llegar a tener algo de razón. Solos estábamos porque nadie sentía lo mismo que nosotros, porque nadie era igual a nosotros y nadie nos podía comprender al cien por ciento.
                     -Hay una parte de nosotros que nunca se conoce y eso lleva a que todo sea tan frío y distante- Hablé seriamente.
                      -Chicos, hay un auto negro afuera- Karligan vio entre las maderas un auto que recién llegaba y pisaba el empedrado.
                       -No tenemos ningún auto negro- Respondió Gregorio.
                        -Pero los del Proyecto Geod si...- Dijo Karligan temerosamente.
   

La teoría de "Los 12"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora