Cartas a destiempo

Carta de amor brillante

Estaba en el mismo lugar donde lloraba en las noches, viendo la misma luna donde los recuerdos vuelan al son de la canción. Pero ésta noche se sentía peculiar.
La Luna había desaparecido de su lugar natural, pues en ésta noche sólo una estrella que resplandece con fuerza reemplaza al satélite natural por defecto de nuestro planeta.
¿Pero qué había de distinto?
Las 5:33 de la madrugada, las campanas de la iglesia acaban de golpear. Creyentes de fe y personas con el corazón manchado han de reunirse.
Las mismas 184 luces se ven a lo lejos desde mi punto de origen.
Los autos pasan por aquel puente, y acabo de ver un bocho, pero eso es algo que seguro ya no recuerdas de nosotros.
La misma canción de todas las noches.
Las hojas de los árboles caen con naturaleza con un sencillo soplo de viento.
Pero es extraño, pues el cielo oscuro, estrellado no está. Sólo una.
Y no es broma, querida, sólo azomate a la ventana ésta memorable fecha, observa la noche, y verás una sola joven estrella.
¿Qué puedo destacar de esa estrella?
Joven, perseverante, consistente, ambiciosa y brillante.
Sonará tan cursi, pero me recuerda a ti.
Quizás he vivido una noche como ésta contigo antes, pero ésta es distinta.
No sé por qué, quizás sea la tímida Luna, quizás la joven estrella, quizás la canción con una nota distinta, o quizás sea la cantidad de luces al fondo del escenario. Quizás sea tu sonrisa o quizás mi hiperactividad.
Pero ésta noche es distinta.
Quizás sea tu falta de teamo o tus calidos abrazos, quizás falte un poema o un cuento, quizás necesite que cuente elefantes en una telaraña, o puede que falte una llamada.
No lo sé, te juro que no sé qué es lo que falta.
Tal vez me haces falta ésta noche de memorias pasadas, o tal vez me hago falta de mí mismo pues estoy perdido.
Estoy perdido entre las hojas cayendo, escondido en la oscuridad de las luces, alejandome de la estrella para refugiarme en la Luna, estoy perdido entre las notas musicales que ahora desconozco, y me encuentro entre la curva de tu sonrisa.
¿Qué estoy esperando?
¿La salida del Sol?
¿Más estrellas?
¿Qué pinte una Luna?
¿Estoy esperando un mensaje tuyo?
¿Espero tu regreso?
¡Al demonio todo!, voy a tomar mi playera con desesperación, mi camisa con entusiasmo, mis pantalones con ansiedad, ponerme mis calcetas y tennis con énfasis en la letra e, tomar un suéter arrumbado en aquella silla, y saldré a la calle.
Saldré a buscarte entre los faros de luz, a buscarte entre tanta gente, a irrumpir en hombros con la esperanza de que al voltear seas tú la que sonría.
Saldré a abrazarte, a tenerte una vez más, a que seas mía junto con esa hermosa voz y esos grandiosos sentimientos.
Saldré a que volvamos a ser tú y yo, y dejemos ese cuento de hadas.

Saldré a acompañar a esa sola, pero brillante estrella.