Cartas a destiempo

Carta de amor cualitativo

Y era cierto, maldición, era muy cierto que no es fácil amar.
En algún momento el amor duele, el amor puede quitarte el sueño y que sólo tengas en mente lo tanto que le quieres a tu lado, día y noche.
¿Alguna vez te has quedado despierto por la madrugada, buscando entre las nubes a la Luna, y preguntándote cuándo aparecerá?, ¿por qué es más fácil encontrar la Luna que un buen amor?
Te confesaré algo.
Hace años yo sólo veía la Luna todas las noches, y le susurraba que me enviara a alguien diferente. Nunca pensé que el día que hablamos por primera vez, fue el día en el que no hablé con aquel satélite.

Ahora sólo estoy sentado en mi cama, escribiendo una carta más, una carta que quizás nunca leas, porque te has ido.
Te has ido, y nunca volverás.
Créeme que intenté olvidarte, aún cuando no te conocía. Intenté olvidarte con otras chicas, pero siempre seguías en mi mente.
Siempre pensaba en aquella chica perfecta, aquella de linda sonrisa y unos risueños hoyuelos. Aquella chica de asombrosos sentimientos y de una piel tan suave.
Oh santos cielos, me he enamorado perdidamente de un ángel.
Un ángel de diversas habilidades y de gran entusiasmo, que puede caer constantemente y sin embargo, ahí voy a ayudar, a apoyar.
Extraño los días en donde tu mirada cruzaba con la mía, y disimulabamos no habernos visto intencionalmente.
Éramos tan nuestros, tan claros e irremplazables. ¿Qué nos pasó?

Es fácil escribir a alguien con letras llenas de amor y felicidad, a veces, sólo a veces, puedes escribir con el alma destrozada. Otras, no tantas, nos encanta escribir depravados y aprovechados de lo que podemos causar. Pero no es tan sencillo cuando tienes una dedicatoria como las que hago en todas las cartas.
Tengo que saber usar cada palabra para llegar hasta ese corazón que ya no me pertenece.
Ese corazón brillante y caliente, lleno de amor y otro tanto de sangre, conectado a ductos donde se transmiten sentimientos y otro tanto de sangre, dirigido a diferentes partes del cuerpo en donde se viven emociones y otras acciones cotidianas de nuestro ser.
Pero a ella, a ella parece que mis letras nunca le llegan. Llevo 23 cartas, y ninguna ha sido respondida.
¿Por qué esperaría que un ser vagando por el mundo las responda?, no creo que tenga tiempo después de toda la culpa que carga entre sus hombros. Culpa que no merece. ¿Cómo un ser en pena puede tomarse un descanso de pedir perdón a todas las personas, para tan siquiera leer una sola?
Sólo deseo que un día, una carta manchada de mi sangre llegue hasta su mano, y la lea con ansiedad. Que se dé cuenta que la extraño, y que la necesito de vuelta.
Que necesito su voz, su cabello, necesito su sonrisa y su ternura.
La necesito a ella.
¡Maldición!, ¡sólo pido un minuto a su lado, y prometo que será el mejor minuto de toda mi vida!
El minuto más alegre y maravilloso que pueda tener en toda mi vida.

Un minuto a su lado, una vez más...