Tres.

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                 California, Estados Unidos.

"¿Está todo en orden?" Mis dedos teclearon esa frase con algo de entusiasmo.

Mi IPhone descansó sobre mi estomago desnudo, esperé su respuesta mientras cambiaba los canales sin encontrar nada atractivo para mi gusto.

Ya eran tres días desde que había tomado ese cafe con ______, y era el primer mensaje que le envíe después de que me diera su número.

Dejé de buscar algo interesante que ver y me acomode en la gran cama tratando de buscar el sueño.

El IPhone vibró sobre mi estómago dándome un cosquilleo.

"Todo va bien. :)" su carita feliz me hizo sonreír, luego llegó otro. "¿y tu como estas? :)"

Dos caritas.

"Bien, no me quejo. :)" suspire mirando la tele que tenía enfrente, bostezos y más bostezos.

Mi IPhone vibró, "Me alegro, estoy muy aburrida." Sonreí imaginandome como su labio se curva hacía afuera. "Somos dos."

Matt entró a mi cuarto sin golpear.

— Necesito tu ayuda.

Volteo los ojos mirando la tele.

— Justin. —me habló.

—¿Que quieres?

Suspiró nervioso.

— Anoche traje a una chica a casa, ahora no quiere irse.

Lo miré incrédulo.

— ¿y?

— Ayudame a sacarla. — respondió obvio.

— Claro que no. — hice notar mi molestia.

— Oh, vamos. — cruzó sus brazos molesto.

Bufe, si quería que saliera de mi cuarto lo antes posible tenía que ayudarlo.

— Última vez que hago esto por ti.

Asintió con su cabeza dandome paso hacía el pasillo.

Caminé algo cansado hacía su habitación y sobre la cama estaba una chica rubia con lágrimas en sus ojos.

— Hey... —susurre mirandola desde una distancia prudente — lo siento, mi hermano es un completo idiota.

Soltó un sollozo dejando caer más lágrimas.

— Es un idiota. — susurró —  soy un asco.

— Mh, mira... — expliqué — es mejor que te vallas y desaparezcas de su vida.

Me miró directo a mis ojos, sus ojos se me hacían familiares.

— Eso haré... — sacó sus lágrimas — sólo no tengo dinero aquí.

Y fue ahí cuando entendí todo.

— ¿Le has pedido dinero a mi hermano? —pregunté.

— Si... — susurró — el... e-el me dijo cosas feas.

— Mira... — suspire — llamaré un taxi y te daré algo de dinero. ¿vale?

— Ok. — susurró escondiendo su mirada, se aferró contra su chaqueta — muchas gracias.

— No hay de que... — expliqué — sólo, no vuelvas a verlo.

Me confirmó con su cabeza que así sería. Salí del cuarto y llamé a un taxi no demoró demasiado, cuando dejé a la chica en la puerta de casa luego de sus miles agradecimientos, cerré la puerta para ver la cara de culo de mi estúpido hermano.

TATTOOED HEART || TERMINADA✨❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora