Cuatro.

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                   California, Estados Unidos.

                             19:21 pm.

Desperté algo atontado, mi cuarto estaba oscuro y solo iluminaba la pequeña lampara del pasillo.

Tomé mi IPhone que estaba encima de la mesilla, miré la hora con despreocupación.

—Mierda.—ya eran pasado de las siete de la tarde.

Tenía tres mensajes en whasapp y 16 en facebook.

Abrí whatsapp y mis ojos se abrieron, casi se salen de sus órbitas.

"Hey! ¿pasaras por mi o me dices el lugar para llegar ahí? :)" - 15:58 Mierda.

"Creo que estoy siendo algo cargante, pero soy una chica y necesito algo de tiempo para arreglarme jajaja" - 16:48 Mierda.

"Olvidalo." - 18:57 Triple mierda.

_______.

Me levanté rápido tomando mis pantalones para ponérmelos rápidamente mientras marcaba el número de ______.

Idiota.

¿Si? —su dulce voz dijo del otro lado del teléfono.

________, enserio lo siento.

Esperé algún insulto o algo por el estilo.

Silencio.

Más silencio.

Se me fue, y sólo me recosté un momento y me dormí.

Suspiró.

Da igual, Justin. — su voz se apagó de un momento a otro.

Claro que no. —bufé.

Enserio, ya no importa. —su enojo se notaba demasiado.

¿Donde éstas? —pregunté rápidamente tomando las llaves de mi auto.

¿Cómo? —exclamó.

¿Donde éstas? —pregunté más lento.

¿Por que quieres saberlo? —bufó.

Voy a ir por ti. —exclame.

Silencio.

Estoy ocupada, tengo planes.

Su voz sonó dura, me paré frente a la puerta de mi carro.

______. —dije rascando mi nuca.

Adiós.

Me había cortado. Miré el IPhone incrédulo de todo lo que estaba pasando.

Mi pie se llevó la peor parte, rebotó cuando impactó contra la rueda de mi coche. Entré a la casa dejando las llaves sobre el sillón, me quité el poleron que me había puesto junto a los pantalones.

Idiota. —murmure.

Me dejé caer sobre el sillón tomando el control con algo de enojo. Después de no encontrar nada atractivo para mis ojos y insultarme a mi mismo lo que quedó de hora, decidí tomar las llaves nuevamente y manejar hasta el bar más cercano que tenía.

—Una cerveza, por favor. —el chico de la barra me miró con despreocupación.

Miré la hora desde mi IPhone y no era tan tarde, ¿total a quien le importa si llego tarde? A nadie.

Miré hacia mi derecha y me encontré con una chica con el cabello callendo sobre su frente, creando una cortina entre los dos.

Cuando sus ojos conocidos para mi fueron a parar nerviosos sobre los mios, hice una mueca.

—Hola. —traté de sonreír— OK, esto es incómodo.

Que pequeño es el mundo.

Asentí con la cabeza sin esperar su respuesta.

—Gracias por lo del otro día.

La cerveza fue a parar sobre mis dedos, mientras la bebía la miré directo a sus ojos eléctricos, parecidos a una chica que dejé plantada el día de hoy.

—Por cierto, ¿cual es tu nombre?

Tomó de su mojito con la ayuda de su pajilla negra.

Lia.

Giré la botella entre mis dedos pareciendo despreocupado.

—Justin. —exclame.

—¿Que a pasado contigo estos últimos días?

Su objetivo era tener una conversación conmigo, aunque no tenía ganas de nada, lo hice.

—Nada bueno. —la miré— ¿Tú?

—Bueno, a parte de no poder sacarme el pensamiento de sacarle las bolas a tu hermano con un alicate toda la semana, nada bueno.

Solté una sonrisa graciosa.

—Valla... creo que estamos del mismo bando. —asintió con la cabeza.

—Lo siento si te incómoda esto... Tu hermano es una auténtica mierda.

Asentí.

—Yep. —nos miramos y reímos juntos- lo es todo el tiempo.

—Pobre de ti.—hizo un puchero, el cual me recordó a la pequeña de ojos electrices.

Entre cervezas y mojitos, fuimos hablando de temas comunes.

Cuando el alcohol estaba entrando ya a mi sistema me detuve y paré su mano antes de que pidiera otro mojito y perdiera el conocimiento.

—Iré a dejarte a tu casa. —negó con un puchero—  vamos, es tarde.

—Esta bien.

La ayudé hasta la puerta de mi carro, la dejé apoyada sobre la puerta y la miré a los ojos.

—Ok, Lia necesito que me digas tu dirección. —sus brazos se pusieron sobre mis hombros, sus ojos brillaban intensamente.

—¿Estaría mal si pienso que el hermano del chico que me acosté hace unos días... está jodidamente bueno?

Solté una carcajada al aire, ella frunció su ceño confundida por mi reacción.

—Creo que estas muuuy borracha.

Tocó su cabeza con una mano con una expresión de dolor, abrí la puerta dejandola segura en el asiento de enfrente.

—Estoy muy borracha. —  susurró—   dios.

Después de que se lograra acordar de su dirección arranqué el auto hacia ese lugar.

—Aquí es.—exclamó con pereza.

—¿Puedes ir sola? —  pregunté—   digo, puedo ayudarte a salir del coche si quieres.

—Umh... —  se miró en el espejo—   no te preocupes, estoy bien.

Se despidió de mi y caminó hacia su gigante casa con algo de dificultad.

Me tomé un minuto ahí estacionado, cuando estuve despejado seguí mi camino hasta casa.

Miré mi IPhone en la primera calle que me dio rojo, con la esperanza de encontrar algún mensaje de _____.

Nada, nada sobre ella. Bufé resignado, quizá mañana me diga algo.

Quizás.

Sólo quizás.

TATTOOED HEART || TERMINADA✨❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora