Diez y Ocho.

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                 California, Estados Unidos.

JUSTIN.

Sus labios se abrieron dejándose ver sorprendida, sus brazos se pusieron en forma de jarro.

—¿Entonces que esperas? —Exclamó molesta. — Vamos, pideme que sea tu novia y ya está. 

Reí irónico, esta chica me estaba matando.

— Esto no está pasando... —Susurré tocando mi frente.

— ¿De que te ríes? —Su nariz se arrugó molesta.

— No es así de simple, lo sabes. — La apunté con mi dedo índice.

— ¡Entonces no te quejes! —Gritó molesta.

— ¡Es que no entiendes joder!

Me alejé caminado hacia mi auto.

—¿Que estas haciendo? —Me siguió hasta la puerta de mi coche confundida.

Se que me estaba tomando todo muy a pecho pero necesitaba hacerlo.

___________ estaba flipando.

Abrí la puerta para subirme y partir a casa.

— Justin, no seas infantil... — Se agarró de mi brazo. — Lo siento mis hermanos son unos estúpidos.

Tomé aire cerrando los ojos.

— No son tus hermanos, yo reaccionaria igual al ver a mi hermana menor con un tipo sin polera en la cosina en medio de un rollo. — La miré, es tan guapa que no puedo estar completamente enojado con ella. — Eres tú. Tú y tus inseguridades, tú y tu forma de pensar en nosotros.

— Justin, de verdad pienso lo mismo que tú yo solo... quiero estar contigo.

La miré serio con mis cejas juntas.

—2014 _________ —Encendí el motor— Las mujeres también pueden pedir cosas.

Y partí encontrandome con Matt de la mano de Lía en el porton eléctrico.

No quise ni saludarlo... en este momento envidio mucho su relación. La cabeza me estaba por explotar, más encima tenía que pasar a dejar unos papeles a la empresa de papá.

— Adiós Ema... —Me despedí de la secretaria sin antes mirar la hora.

Las seis con cuarenta y dos minutos.

Me había tomado muy enserio lo de los papeles, mi celular vibró.

—¿Qué quieres Matt?

— Hey, que me bajes el tono que yo no tengo nada que ver en tu mierda.

Suspire.

—¿Qué necesitas? —Le pregunté suavemente.

— ¿Estas por venir?

— Jm-hm. — Confirmé.

— Necesito que me traigas unas cosas...

Mi ceño se frunció mirando mi reflejo en el coche.

—¿Que? Habla rápido. — Exclamé.

— Necesito una bota, esas las que se ponen cuando uno se lesiona.

— ¿Que has hecho estúpido?

— Me he caído jugando con el condenado perro de _______.

Su nombre no me lo esperaba, tragué saliba sonriendo cuando por mi cabeza apareció la imagen de Igor y Matt tirado en el piso.

TATTOOED HEART || TERMINADA✨❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora