Capítulo 1

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*En un lugar de la ciudad*

Abrí lentamente los ojos, debido a los tenues rayos de luz que entraban desde mi ventana, de que un terrible dolor de cabeza me hizo cerrarlos de repente y llevar mi mano a mi frente, me incorporé torpemente sentándome en mi cama, llevaba la misma ropa de ayer por la noche, ni siquiera sabía cómo había llegado hasta mi casa, solo me acuerdo de una noche loca, en un chalet de las afueras con un montón de ambiente. Giré mi cabeza delicadamente para que mi cabeza no reaccionara, miré la hora eran las 5 de la tarde, me levanté despacio de la cama y me dirigí al baño, de que entré me asusté por mi aspecto tenía los ojos rojos con unas ojeras enormes, me puse delante del espejo y lavé mi cara con agua fría, la resaca que tenia era impresionante, y espero que no causara problemas anoche en aquella fiesta de la que no me acuerdo absolutamente de nada.

¡Harry! ¿Estás despierto?- preguntó mi madre desde la cocina.

Eh, ¡Si mama, ahora mismo bajo!- dije gritándole desde el baño.

Noté como mi aliento apestaba a Vodka barato y rápidamente cogí mi cepillo y pasta de dientes metiéndomelo en la boca, puse como un kilo de pasta de dientes para disimular el olor y rápidamente bajé a la cocina dándole un beso en la mejilla a mi madre.

Buenos días mama- dije sentándome en la mesa.

¿Dónde estuviste anoche?- preguntó haciéndome unas tortitas sin mirarme.

En… en un bar con los chicos…-dije moviendo mi dedo por la mesa formando pequeños círculos e intentando sonar lo más convincente posible.

Mentira mama- dijo mi hermana entrando en la cocina.

Yo la miré rápidamente soltándole una mirada fulminante, se sentó a mi lado.

Ni se te ocurra Gemma…- dije susurrando.

Entonces, ¿Dónde estuviste Harry?- dijo mi madre mirándome.

Eh… yo…

Estuvo en una fiesta a las afueras de la ciudad con sus amiguitos- dijo Gemma mirándome con una sonrisa victoriosa.

¿Cómo?- dijo mi madre sorprendida y con un tono de enfado.

Te odio- dije susurrándole a mi hermana.

Ella me dirigió la última sonrisa y me tuve que quedar solo con mi madre explicándole y jurándole que no hice nada anoche, aunque no me acuerde de nada de lo que pasó… al final me gané el castigo de parte de mi madre por culpa de mi asquerosa hermana.

*En otra parte de la ciudad*

Entreabrí los ojos y los restregué poniéndome sentada sobre mi cama, el libro que antes estaba sobre mi pecho, cayó en mis piernas, “Las olas del destino” de Sarah Lark. La noche anterior había estado hasta las tantas leyéndolo y me acosté muy tarde, por lo que me quedé dormida después de comer. Eran las 5 de la tarde, fui hasta mi baño y me lavé la cara, pude distinguir una chica asustada y débil con algunas marcas en sus muñecas que rápidamente tapé con mi amplio jersey. Solté una pequeña lágrima y escuché la puerta de mi casa abrirse.

¡Jessica, ya estoy en casa!- dijo mi madre desde la otra planta.

Abrí mis ojos sorprendida, había llegado más temprano de lo normal…me sequé mis lágrimas y rápidamente bajé las escaleras a abrazar a mi madre, aquella que cada día luchaba para mantenernos. Teníamos una casa más bien grande, en un barrio bastante tranquilo con un pequeño parque al lado al que siempre iba a leer y despejar mi mente de todo.

Has llegado más temprano de lo normal, ¿esta relajado el trabajo en la empresa?- dije sentándome en el sofá. Mi madre trabajaba como secretaria de economía y siempre salía de casa a las 8 de la mañana y llegaba a las 10 de la noche.

No, solo que me he pedido unas horas libres para esta tarde, estoy rendida- dijo dando un masaje a su sien.

Me dolía verla así.

¿Te preparo una manzanilla?- dije levantándome del sofá.

Si cariño, por favor- dijo dejándose caer sobre el sillón.

Me apresuré hacia la cocina y la preparé rápidamente su manzanilla. Las dos nos quedamos viendo una película, hasta que mi madre se quedó dormida, la arropé con una manta y subí a mi habitación para preparar las cosas para mañana lunes, cuando empezaría mi infierno.

*A la mañana siguiente*

Caminé rápido por los pasillos del instituto, rogando por no encontrarme con nadie que pudiera molestarme, aclarando, con nadie. Miré hacia atrás para ver que nadie me seguía y de que miré hacia delante me choqué con alguien haciendo caerme al suelo y esparciendo todos mis libros por el suelo. Levanté mi mirada y me encontré con una perfecta silueta masculina, con una chaqueta de cuero, jeans oscuros ajustados y pelos rizados revueltos echados hacia atrás, el mismo Harry Styles, el chico más popular y deseado por las chicas. Me quedé en el suelo mirándole.

Ten más cuidado- dijo ofreciéndome su mano para levantarme.

Yo me quedé sorprendida por su gesto, en cambio apoyé mis manos sobre el suelo y me levanté con un ágil movimiento recogiendo mis libros del suelo. Me puse en frente de él.

Lo-lo siento- dije entrecortada mirándole a los ojos algo nerviosa.

Tranquila- dijo sonriéndome con una sonrisa forzada.

Le miré la última vez y me dirigí a clase de Matemáticas, un buen comienzo para empezar la semana, de que entré en clase, como siempre, se escucharon cuchicheos entre mis compañeros, (si es que se les podía llamar así) Me senté al principio y esa palabra que tanto me “identificaba” Nerd, llegó a mis oídos. A veces, me daban ganas de levantarme y darle una bofetada al que haya dicho eso, pero no, ya estaba acostumbrada y también muy bien enseñada a no escuchar tonterías. A palabras necias, oídos sordos. Y yo no era diferente, era solo más inteligente que las otras chicas de mi clase, a diferencia de ellas, no estaba abierta como un ángulo de 180º  y otra cosa, es que a diferencia de miles de pares de zapatos, yo me conformaba con los libros.

La típica Nerd (Harry Styles y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora