DEL ODIO AL AMOR.

#11

*Narra Aaron*

Habían pasado ya tres días de lo sucedido en casa con mamá y ese tipo, el cual ambos conocemos. Y no entendía cómo es que nos había encontrado.
Se preguntaran "¿Quién se supone que era ese hombre?" Bueno, ese señor es quién se hace llamar mi padre.
Un día cuando volvía a casa, estaba desbordado en ebrio. Toda su ropa, su aliento, su cuerpo estaba impregnado del olor al alcohol y comenzó a pegarle a mamá y a mí. Quiso abusar de mí, pero ella me defendió subiendose arriba de él. Pero lamentablemente comenzó a abusar de ella. Yo escuchaba sus gritos y pedía a gritos que parara. Deseaba con todas mis fuerzas que todo fuese una pesadilla.
Luego de haber pasado todo aquello. Un día ese señor, Victor, se fue a su trabajo. Y con mamá aprovechamos para ir ala estación de policía a denunciarlo. A mamá le dieron un botón antipánico y éste no podía acercarse a nosotros no sé cuantos metros. Por lo que decidimos mudarnos a otra ciudad. Las únicas personas que sabían a dónde nos mudabamos eran mis abuelos, de parte madre. Esto pasó hace 5 años, si no me equivoco. Pero siempre nos mudabamos por el tema de que en cualquier colegio que asistiera me hacían bullying. Por esta razón ambos no entendíamos como es que nos había encontrado. No quería volver a pasar ese infierno y no quería volver a mudarme de ciudad ni de escuela. Tener que hacer nuevos amigos, si es que eso podía volver a ser. En esta ciudad la suerte estaba de mi lado si así se le puede llamar. Conocí a una amiga increíble y a un chico fantástico. No quería dejar todo esto atrás. Sé que es poco, pero lo veo como más que suficiente para mí, a comparación de otros años.

- Ya pueden estar más tranquilos. El señor Víctor Dualde, ha sido transferido a una cárcel de seguridad máxima ya que se vio en el expediente que no es la primer ni segunda denuncia que tiene en casos como estos. Sino que más agravados -escuchamos que decía el policía y con mamá no esperabamos otra cosa ya que era un psicópata y se merecía todo lo malo que le pudiera pasar.

- Okey, muchas gracias

- Que tenga un buen día. Hasta luego -dijo el policía

Con mamá comenzamos a caminar hacia casa, pero antes pasamos por una cafetería ya que no habíamos desayunado. Eran las 10 a.m y moría de hambre.
Nos pedímos un cafe con unas media lunas

- Y, ¿no me vas a contar que tienes con nuestro vecino, Ticiano? -cuando dijo su nombre, una sonrisa, que me delataba, se asomó en mi rostro poniendo en evidencia todo lo que ella podía sospechar

- Solo somos amigos

- Amigos que se dan besos en los labios y duermen juntos -dijo mientras tenía una sonrisa pícara

- Exacto, esa clase de amigos -le dije y guiñe un ojo a lo que ambos sonreímos

- Es un buen chico -la escucho decir -Y no lo digo porque haya aparecido en casa aquella mañana. Sino que se le nota, ¿sabes? Y se nota que te quiere. Como le brillan los ojos al mirarte o cuando sonríes. Estoy feliz que por fin las cosas sean como tendrían que haber sido hace tiempo atrás. Que tengas una amiga y un chico que te quieren -decía mientras sus ojos se iluminaban y se llenaban de alegría -Nunca he logrado entender cómo es que hubo gente que no lograba valorarte. Cualquier persona que te tenga, es afortunada. Y no, no lo digo porque seas mi hijo. Sino porque es así como te veo. Lleno de luz y amor para entregar. Tan grande y frágil. Lleno de sentimientos y.. -y vi que una lagrima comenzó a caer por su mejilla

- Mamá, no llores. Todavía no me fui -dije sarcástico para sacarle una sonrisa la cual vi que florecia en su boca, mientras mostraba unos dientes tan perfectos y blancos, como si hubiera utilizado brackets en algún momento de su vida.