DEL ODIO AL AMOR.

#26

*Narra Aaron*

Había pasado una semana ya de la muerte de Lucas. Todavía no podía creer lo que había pasado, el sueño que tuve minutos antes de que su madre llamara. Sabía que tenía que aceptarlo, que dejar de hecharme la culpa, pero no podía ni quería; sigo sin querer. Me duele que las personas con almas tan puras, personas buenas, la vida te los arrebate de un segundo al otro como si nada importara. Me duele no haberme despedido de él como yo hubiese querido hacerlo. Me duele ya no tenerlo, no ver su sonrisa todos los días o escuchar su risa; esa sintonía tan hermosa que me hacía brillar el alma porque él, a pesar de sus defectos, era una persona hermosa, llena de cosas buenas para dar así la vida estuviera haciendo lo que quería con él. Lo extraño y sé que lo voy a extrañar el resto de mi vida o lo que me queda, y que día que pasara, día que él va a estar presente en mi vida porque además de haber sido alguien importante en mi vida, marcó parte de ella. Me va a costar trabajo aceptar su muerte, aceptar que ya no está, que ya no voy a poder abrazarlo o escuchar unas simples palabras saliendo de su boca.
He estado toda una semana postrado en mi cama, no comiendo ni tomando nada. Sabía que hacía mal, que en cualquier momento en vez de estar postrado en mi cama estaría en la cama de un hospital, pero no encontraba el apetito ni las ganas de salir de mi casa, de mi cuarto. En algún momento tendré que salir, claro que si, pero suponiendo como me siento y como las cosas me vienen sobrepasando no creo volver a salir ni a pasar días con nadie. Y no es que quiera dar lástima, pero ¿quién querría salir de la cama cuando la persona que te importa se va de la vida en sí? Claramente nadie. En algún momento superare todo esto, pero hasta que ese día llegue el único consuelo que tengo es llorar recordando todas las cosas que viví con él. No podía dejar de ver las millones de fotos que teníamos juntos, desde el primer día que nos conocimos hasta unos días antes de que él muriera.

El golpe de la puerta mientras se abría, me saco de mis pensamientos.

-¿Puedo pasar? -decía mamá 

- ¿Qué pasa? -pregunté sin ánimos

- Alguien vino a verte

- No quiero ver a nadie, que se vaya -apenas terminé de decirlo mamá abrió la puerta para que Tano dejara verse

-¿Ni si quiera a mí me quieres ver? -preguntó él, sonriendo

-¡NO! -grite -NI SI QUIERA A TI. ERES LA ÚLTIMA PERSONA A LA QUE QUIERO VER PORQUE SI NO HUBIERAS APARECIDO DE NUEVO EN MI VIDA, LAS COSAS CON LUCAS PODÍAN HABER ESTADO BIEN, PERO LLEGASTE TÚ PARA QUE TODO SE FUERA A LA MIERDA. LAS ÚLTIMAS SEMANAS QUE LO TENÍA CON VIDA PELEABAMOS POR TODO, PORQUE VOLVISTE A APARECER EN MI VIDA, EN MI CABEZA Y SI NO LO HUBIERAS HECHO, LAS COSAS CON EL HUBIERAN ESTADO BIEN, pero no -me quebre - Tuviste que volver para que todo me saliera mal, porque es lo único que sabes hacer, cagarla y cagarla de una manera que cuesta superar después. Las cosas te importan tan poco que..

-¿QUE QUÉ? -gritó el mientras unas cuantas lágrimas rodaban por su mejilla.

- Que te vas dejando todo hecho un desastre, te vas como si la vida de las personas valiera menos que la tuya, como si fuesemos juegutes los cuales puedes usar y tirar a tu anotojo -quería parar de llorar, de decir cosas hirientes y no podía.

- ¿Eso es lo que piensas de mí? ¿Que las cosas a mi al rededor no me importan? -levanté mi mirada directo a la suya dandole a entender que eso era exactamente lo que yo pensaba - Bien, entonces déjame decirte que por la única razon que volví fue por ti, porque me importas, porque no te olvidé... no.. no te supere Aaron, no superé nada de lo nuestro. Volví porque lo único que quería hacer era arreglar las cosas entre nosotros dos. Para decirte que no me importaba nada de lo que me pasaba a mi al rededor si tú estabas conmigo. Siempre, lo que me mantuvo en pie fue la esperanza de volverte a ver y si las cosas salían bien, volver a tenerte conmigo, como las cosas estaban antes de irme de ésta ciudad. Por lo único que vine a este lugar fue por ti y yo no quería arruinar las cosas entre Lucas y tu, nunca fue esa mi intención porque si te veía feliz y sentía que era así, yo no podía hacer nada.. nada más que alegrarme por tu felicidad y por haber seguido con tu vida. Nunca quise lastimarte con mi regreso, Aaron. -sabía que todo lo que decía era verdad y que todo lo que yo había dicho era puras mentiras, pero.. bueno no existe ninguna excusa valedera para haber dicho tantas cosas que sabía que eran hirientes