#19

6.2K 314 49
                                    

*Narra Ticiano*

Las clases ya terminaron y las cosas con Aarón no podían estar mejor. Me sentía feliz, me siento feliz cada día que pasa. Aun que él de cierta forma no está mejorando y a eso lo supe en el primer momento que me dijo lo que tenía. Me pone mal pensar en que a medida que pase el tiempo el solo va a ir empeorando. Por eso y más, trato de disfrutar cada momento que estoy con él, cada momento que pasamos juntos sin importar que peleemos por bobadas.

Estábamos en un día festivo, ya que se trataba de Navidad. Yo iba a pasarla con mi novio, claro está, y Amanda, nuestra mejor amiga. La madre de Ari había invitado a mi tío también, así que la pasaríamos todos juntos.

Mucho no me emocionaba festejar este día. Desde que mis padres murieron no le veo sentido a ningún día festín. Para mí, desde que ellos no están, para mi es un día mas como cualquier otro. Pero de todos modos iba a celebrarlo para ver feliz a Aarón ya que le ilusionaba mucho pasar nuestra primer Navidad juntos.

-Bueno, acá vienen los platos principales. Para vegetarianos y no vegetarianos -decía la madre de Aarón mientras dejaba reposar unas fuentes de vidrio con mucha comida y reía por su comentario.

-Todo se ve muy rico, mamá -dijo mi ojiceleste

- Así es, Dana -decía su amiga, Ámbar.

- Bueno, ya. Comiencen a comer que va a enfriarse todo -al terminar de decirlo, todos comenzamos a servir en nuestros platos lo que queríamos comer.

Las cosas iban muy bien. Mi tío se llevaba muy bien con la madre de Ari y eso me ponía contento por el simple hecho de que él, aun que sea un tipo "agradable", no es muy bueno con las amistades o socializando ya que siempre termina diciendo alguna grosería o se pone muy ebrio para estas fiestas. Y que las cosas estuvieran yendo tan bien me emocionaba un poco.

Terminamos de cenar cinco minutos antes de que sean las 00:00 hs. Mi tío comenzó a ayudar a levantar algunos platos para que la mesa quedara con algún espacio para las copas y la mesa dulce que traían Dana y Ámbar.

- ¡Cinco!... ¡Cuatro!.. ¡Tres!.. -comenzamos a contar todos al unísono. - ¡Dos! ¡Uno! -se escucho el corchaso que cayo para el lado de Dana y Ámbar. Sirvieron la sidra en cada copa, brindamos y comenzamos a saludarnos todos con todos y a decirnos algunas palabras cargadas de emoción

- Estoy feliz de estar contigo en estos momentos. Feliz de que me hagas feliz. Te quiero como a nadie -le decía a Aarón en el oído mientras lo abrazaba como si no hubiera un mañana

- Estoy feliz de hacerte feliz. Te quiero para siempre -dijo y colocó un suave beso en mis labios que duró segundos ya que sentí como alguien nos separó brutamente

- ¿Qué es esto, Ticiano? -decía mi tío con el rostro cargado de ira y agarrándome de una forma brusca el brazo - ¿Puedes, por favor, explicarme que fue ese beso? ¿Acaso eres un maldito marica ahora?

- Discúlpeme, señor. Pero no voy a permitir que en mi casa le falte el respeto a nadie. -dijo Dana acercándose a nosotros.

- No se haga problema que con Ticiano ya no íbamos.

- Yo no me voy a ningún lado. Me quedo con ellos.

- Esta gente te volvió un marica. Rodeado de gente asquerosa y repulsiva. -decía mientras se acercaba aún más a mí - Vamos a casa si no quieres que las cosas se pongan peor -y accedí solo para que no cometa alguna locura frente a ellos

- Será mejor que me vaya -dije y vi la expresión de preocupación de Aaron -Voy a estar bien, no te preocupes. -dije para calmarlo, pero sabía que algo malo iba a pasar

DEL ODIO AL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora