DEL ODIO AL AMOR.

#24

*Narra Aaron*

- Eres la única que me puede ayudar, por favor. Necesito saber como está.

- Si tu mamá se entera que te estoy ayudando nos mata a ambos. Además ya te dije que él está bien.

- No me basta con saber, necesito verlo. Por favor, no te lo pediría si no fuera tan urgente, Amanda

- Mmmmh.. bueno, pero ¿cómo vamos a hacer? Dana dijo que estaba su tío y no le caes muy bien que digamos y estoy segura de que yo tampoco...

- Podrías vestirte como enfermera

- Es la peor idea que escuche, Aaron... ¿sabes en qué momento los que visitan al paciente no están aun que sea por diez minutos en la habitación?

- El almuerzo supongo

- Okey, entonces vamos para el almuerzo. Pero como hacemos por lo de tu pierna.

- Me dieron una silla de ruedas, de eso no te preocupes...

- Bien, tengo que irme. Quede con Luna para ir a desayunar. Nos vemos en unas horas. Te quiero -dejo un beso en mi mejilla y se fue, creería que corriendo porque escuchaba como bajaba las escalera más rápido que de costumbre.

Ahora tenía que ver que podía ponerme y qué le diría al entrar.
Algo muy formal o algo simple. Jeans o joggin. Camisa o remera.
Estaba tan nervioso como aquella primera vez que lo vi del otro lado de la puerta de casa. ¿En serio estaba de vuelta en la ciudad? Después de tanto, volver a verlo. Poder cruzar miradas y conversar... era una de las cosas más lindas que me estaban pasando.

- "Hola, ¿como has estado?" no, no. "Hey, ¿que onda?" así menos. "Tanto tiempo" y sorisita... no -mientras me miraba en el espejo lo estúpido que podía llegar a ser, me puse a pensar en si al verlo sentiría esa adrenalina de nuevo por mi cuerpo o esa cosa que te agarra en la panza llamada "mariposas"

*Narra Ticiano*

- Escuché que la madre de ese chico del que te preocuoabas, trabaja en este hospital, ¿él no vendrá a verlo?

- Así es, pero tú al llamar a la ambulancia éste era el más cercano. Y no te preocupes, el chico ya fue dado de alta -escuchaba susurrar al mismo tiempo que intentaba abrir mis ojos, los sentía pesados

- Al fin estás despierto, las veces que he venido a verte me decían que dormías -decía ella después de dejar un beso en mi frente. - ¿Ya sabes bien por qué pasó lo que pasó? -asentí, ella se  quedó mirándome en forma de "dime lo que te dijeron"

- Podría ser porque he estado comiendo mal o estuve en alguna situación muy estresante. No lo sé. Pero, ¿qué haces aquí? ¿No querías que estuviera muerto?

- Yo... 

- Tu nada, quiero que te vayas y no vuelvas más.

- ¿Por qué? Lo que dije fue por un momento de enojo, no es para tanto.. lamento haber dicho cosas horribles.

- Y yo lamento haber estado contigo. Ahora; por favor, vete.

- ¿Estas terminando conmigo?

- Terminé contigo el mismo día que dijiste aquellas cosas horribles e ingresé a este hospital.

- No me voy a ir -decía ella con lágrimas en los ojos

- Pilar, vamos a almorzar -dijo mi tío al entrar en la habitación que nos encontrábamos, ella asintió y se retiró. Al ver que ella cerraba la puerta, me di media vuelta y cerré los ojos con la intención de volver a dormir, estaba super agotado y no quería ver a nadie. Cuando estaba apunto de quedar completamente dormido, escucho que abren la puerta.