Capítulo 38. Enfermero.

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Capítulo 38.

- ¿estás intentando seducirme?

- eso depende de si está funcionando o no - respondió Tom con una sonrisa perezosa. Inclinó la cabeza y se lamió los labios un poco nerviosamente - ¿está funcionando?

Reí suavemente sentada junto a Tom en el sofá. No podía ignorar la sensación de vibración en mi estómago o el calor que había corrido a sus mejillas

- ¿por qué no te decides?- Tom sonrió como un tonto mientras se inclinaba lentamente hacia atrás. El olor de su colonia envolvió alrededor de mi como una manta. Nunca me había dado cuenta de lo bien que olía.

Agarre el cuello de su pijama y lo empujé hacia mi, las manos que rodeaban mi cintura no pasaban desapercibidas.

Mis labios se encontraron con sus labios. Me besó lentamente, dulcemente y sin prisa como si tuviera todo el tiempo del mundo para mostrarme lo mucho que significaba para él. Sonreí en el beso y se apartó. Apoyó la frente en la mía, mi pelo elegantemente desaliñado cosquilleando su piel. Tom trató de inclinarse para robar otro beso pero yo puse mi dedo en sus labios para detenerlo.

- quédate allí, cutie - me recosté en el sofá, la cabeza apoyada contra el respaldo mientras lo miraba con un brillo en mis ojos. -¿Quieres adivinar cuál es mi respuesta?

La mirada ligeramente aturdida de Tom se desvaneció rápidamente y una sonrisa maliciosa apareció en sus labios. Fue su turno de acercarse. Las puntas de nuestras narices se tocaban y tus ojos centelleaban hasta sus labios antes de aletearse.

- Apostaría un sí - susurró Tom.
Tom cerró la distancia y nuestros labios se unieron de nuevo.

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Estaba en mi auto como piloto y Tom como mi copiloto.

- ¿quieres ir por un café? - Tom me pregunto.

- si, pero no me siento bien como para levantarme ahora y quedarme ahí. Prefiero quedarme comprar e irme a mi cama.

- ¿te sentís mal?

- algo - mire para adelante y cerré un poco mis ojos por el sol que daba a mi cara - ¿que tal si vamos a comprar con el auto?

Tom asintió y prendí el auto.

Después de manejar unos diez minutos llegamos a starbucks y me puse en la fila para poder pedir.

Adelante el auto y ya era nuestros turno

- hola - dijo la chica de la caja y me miró - ¡oh! ¡Sam! - yo reí y baje mi cabeza - perdón, es que estoy emocionado que estés aquí

- está bien - reí.

- ¡Tom! Me gustas vos también - yo reí y mire a Tom quien sonreía.

- perdón, perdón. ¿Que desean?

Después de pedir y recibir nuestros pedidos, tome el camino de vuelta a casa para poder acostarme, ya que no me sentía bien.

Al llegar y tirarme en mi cama, el día cambio por completo. La lluvia empezó a caer a las calles y el cielo se volvió gris.

- Tom, ¿me traes una manta? me agarro frío.

- ¿estás segura que estás bien? - Tom me dio la manta.

- no, me siento mal - tome un sorbo de mi café y apoye mi espalda en el borde de mi cama.

Tom se sentó al lado mío y puso su brazo al rededor mío - entonces, déjame ser tu enfermero.

Yo lo miré y reí - ¿sabes lo que significa ser tu enfermero?

- si enfermero es hacerte un té y estar para lo que necesites, entonces si.

Yo lo miré y sonreí mientras me tapaba con la manta.

Después de terminar el café, me acomode con la manta y me acosté en mi cama, lo único que se veía de mi era mi cara.

Tom le aviso a mi madre que estaba enferma, así que después de verme, me indicó que me tome un remedio, que por cierto, era horrible.

- me duele la nariz - dije después de sonarme la nariz por milésima vez.

Tom rió y me miró - eres tan tierna.

Yo lo miré sería - me caes mal

- esa voz, quiero besarte y abrazarte siempre.

- no que te vas a contagiar - puse la mano en su pecho ya que se estaba acercando a mi.

- es el riesgo que estoy dispuesto a correr por mi chica - dicho esto se acercó a me dio un corto beso en los labios.

Después de ver una maratón de películas elegidas por mi, porque ya que estaba enferma Tom me dejó elegir. Pero esta vez era su turno, así que después de bajar a la cocina por algo de comer, iba a elegir la película.

Pero yo fui más rápida y puse 'play' a otra película.

- bebe, era mi turno de elegir - Tom rió y se paró en la puerta de mi habitación.

- Tom no se lo que pasó, se puso sola, es una señal - puse mi cara inocente y Tom negó con la cabeza sonriendo.

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- probablemente sería bueno que me levante, tengo cosas que hacer - dije sentándome en mi cama y agarrando más pañuelos.

- no, Sam, sigues enferma.

- pero tengo que leer cosas para la película que me mandaron.

- lo se, pero si te levantas te vas a poner peor. Y va a dudar más días.

- odio cuando tienes razón - dije tirándome en mi cama y Tom rió.

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- ¿como anda la beba enferma? - dijo Tom entrando en mi habitación.

- bien - sonreí - ¿como esta tu familia?

- genial, te mandan saludos.

Yo sonreí y me volví a sonar la nariz.

- ¿sabes? Estaba en la tienda con Harrison y te traje algo - Tom saco una bolsa de detrás de él y me la dio.

- ¿que es?

- ábrelo.

Abri la bolsa y reí.

- ¿en serio bebé? - saque lo que contenía la bolsa y sonreí - ¿una remera de Spiderman?

- la vi y pensé en ti, la puedes usar mientras estés enferma.

Yo sonreí y me levanté para abrazarlo.

- te amo Tommy.

- yo más, darling.

young love - tom holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora