Capítulo 5

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:.Capítulo 5

Habían pasado tres días desde que llegaron al país, tiempo en el que todos decidieron tomar un descanso. Incluso Joseph permaneció en el departamento en el que todos vivían. El cantante pasó los días durmiendo, jugando videojuegos, comiendo y bebiendo café. Clara y Thomas pensaron en que se había vuelto un ermitaño, pero al cuarto día el moreno ya tenía deseos de salir a beber, señal para la bajista y el baterista para llevar a cabo el plan.

-Jo~-Lo llamó Thomas. El cantante lo miró-Hoy habrá una fiesta, y una amiga me pidió que te llevara.

El moreno lo miró interesado mientras encendía un cigarro. John, quien leía el periódico –algo que hacía desde que llegó- los observó con curiosidad, especialmente por el tono amigable de Thomas. Comúnmente cuando invitaba a su hermano a una fiesta se limitaba a decir las palabras claves: Baile, música, alcohol, mujeres, sexo. Sí, eso animaba de inmediato a Joseph.

-Ok-Accedió Jo sin dudar.

-¡Eres cruel!-Se quejó Clara-¿Y no nos invitas a John y a mí?-Cuestionó con un puchero.

Eso también era raro porque Clara no era muy amante de las fiestas, especialmente porque eso significaba ver a Thomas coqueteando con chicas que no eran ella. Clara no se percataba, pero todos, incluso Thomas, eran concientes de los sentimientos que ella tenía por el baterista.

-¡Por supuesto! ¿quieren ir?-Les preguntó animado, mirando más que nada a John.

-¿Eh? Bueno, yo...-Miró a su hermano quien fumaba tranquilamente-Creo que me quedo...

-Ven-Lo interrumpió Joseph sin mirarlo-Si vamos todos tal vez podamos pedir permiso y tocar una canción-Dijo, bostezando luego-Bien, despiértenme a la noche-Pidió, apagando su vició para después levantarse-Bye-Se despidió, yendo a su habitación.

Clara sonrió al verlo marcharse, recordando el día en el que regresaron. Joseph estuvo todo el viaje acompañando a John, velando su sueño a pesar de encontrarse exhausto al no haber dormido absolutamente nada, pero con tal de estar ahí en caso de que su hermano sintiera nauseas, se quedó despierto junto a él, aunque obviamente John no lo sabía, y ellos sabían que si hablaban, serían perseguidos por el odio de Joseph.

Llegada la noche, Thomas se encargó de despertar a Joseph quien tomó una ducha antes de vestirse con lo primero que encontró. Una polera blanca rasgaba en el torso, teniendo bajo ella una tela negra que impedía que se le viera la piel, llevaba pantalones de cotelé negros y zapatillas grises. Su gemelo en cambio tenía unos jeans gastados de color rojo y una polera negra que decía: "Sonríe hoy que mañana llegan los marcianos". Thomas por su parte llevaba unos ajustados pantalones negros y botas del mismo color, con una chaqueta de cuero a juego. Y Clara, ella tenía puesto un short negro que no se podía apreciar debido a la larga polera floreada que hacía juego con sus zapatos de tacón azul. Su cabello estaba suelto, largo y ondulado.

-¡Pareces una señorita!-Comentó Thomas burlesco. La rubia suspiró fastidiada, sacándole al mismo tiempo el dedo del medio-Nop, creo que no lo eres-Y diciendo eso, todos se dispusieron a salir del departamento.

La fiesta era en una enorme casa con un gigantesco patio trasero el que estaba ambientado para disfrutar la noche en todo su esplendor. Con piscina, bebidas con alcohol, diversidad de personas y drogas, el lugar era la meca de la depravación ya que incluso había habitaciones dispuestas en el segundo piso.

Todos se separaron apenas llegaron. John se fue al bar, Joseph a coquetearle a una chica, y Thomas a bailar con otra. Clara por su parte observaba a este último, moviéndose sensualmente contra la mujer que parecía tener más de 30 años, pero eso no le importaba al baterista, quien le besaba el cuello y le susurraba cosas al oído.

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