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Capítulo 10

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:.Capítulo 10

Aún no podía creer el que hubiese aceptado. Cuando Dante lo llamó esa mañana, pensó en cortarle sin razón alguna, pero el moreno lo invitaba a un museo donde habría una muestra de instrumentos de músicas antiguos, algo que en verdad le llamaba la atención por lo que acabó aceptando. Aunque, al llegar al lugar en el que se reunirían, no pudo evitar sentirse nervioso y no sabía porqué. Bueno, tal vez porque Clara le metió muchas cosas en la cabeza.

La chica al enterarse que saldría con el moreno, le empezó a hacer preguntas que para él eran estúpidas. Cosas como: ¿crees que Dante tiene lindos ojos? ¿no crees que su corte de cabello es perfecto? Es muy sensual ¿no? De igual forma, la que más lo choqueó fue: Estoy segura que es un salvaje en la cama y que si le pides tener sexo, te dará duro contra el muro.

Eso sí que lo había dejado sin palabras. No sabía si era una insinuación o en verdad a Clara le interesaba Dante, cosa que no creía del todo al estar la rubia enamorada de Thomas. Suspiró e intentó tranquilizarse, pero no acabó por hacerlo ya que fue llamado por una conocida voz.

-¡Hola, Joseph!-Lo saludó el chico que se veía bastante relajado en cuanto a su vestir.

Con unos jeans negros y una chaqueta de cuero del mismo color. La vedad es que se vestía mucho mejor que Joseph quien había optado por unos pantalones cotelé azul marino con una polera sin mangas roja y una gillette abierta encima sin abrochar. No sabía si eso combinaba o no, pero tampoco le interesaba ni sabía si lo dejarían entrar al museo de aquella forma ¿es que existía algún protocolo? Pues le daba igual. Dante no le dijo que debía ir formal, y de haberlo hecho posiblemente hubiese rechazado la invitación porque él toleraba sólo una noche vestido como pingüino.

-¡Hola!-Correspondió, guardando la calma.

-¿Esperaste mucho?-Preguntó. Jo negó puesto que ni siquiera supo a qué hora llegó él ni cuánto tiempo transcurrió desde eso-Bueno, aún es algo temprano. Hay una feria artesanal ¿te parece ir a verla mientras abren el museo?-Propuso.

-Bien-Aceptó, siguiéndolo.

-¿Cómo sigue tu hermano?

-Mejor. Ya está saliendo de su gripe-Respondió, posando sus ojos en el enorme cartel que decía: "FERIA ARTESANAL".

-Eso es bueno. Espero nadie de tu banda se haya contagiado. Eso sería malo-Comentó. El otro asintió, concordando.

-Por cierto-Recordó de repente-No te he preguntado por tu hermana ¿ella está en el país?-Interrogó, mirándolo. Dante suspiró con fastidio.

-Lo está-Se limitó a responder.

-¿Y por qué no le has dado mi número? ¿es que eres un hermano extremadamente protector?-Cuestionó con diversión.

-¿Preocupado por ella? Temo por el hombre que caiga en sus garras-Se detuvo en un puesto que accesorios de cuero-Pero no es por esa razón que no le he dado tu número...

-¿Entonces cuál?-Intrigado. Dante los había encontrado en plena faena de besos. Lo lógico, según Jo, es que el moreno le diese su número para acabar con ello.

Pero el chico no respondió, sólo se limitó a comprar una pulsera negra que parecía cambiar de color a azul a la luz. Era hermosa y Joseph pensó en comprarse una idéntica, pero no alcanzó a hacerlo ya que Dante tomó su mano para poder colocársela en su muñeca.

-Te queda perfecta-Admiró, posando sus brillantes ojos en los carboníferos de Jo quien desvió la mirada incómodo.

-¿Es para mí?-No pudo evitar formular. Dante sonrió.