[Oneshot] No_Nueva (Marichat)

4.9K 94 6
                                    

Imagen: Yaushie.tumblr.com 

Se acercó a la ventana, ahí estaba él, sentado sobre su cama en silencio dibujando algo en una pequeña libreta mientras sostenía una pequeña lámpara en su boca. Se veía tan concentrado en lo que estaba haciendo en la libreta, con tanto empeño que empezaban a entrarle dudas sobre lo que iba hacer. Se recargó en las tejas de la ventana para respirar, tenía que calmarse ¿Estaba bien? ¿Era correcto involucrarlo? Trató controlar sus nervios, tenía que ser natural antes de actuar. Abrió la ventana con miedo de hacer ruido que lo alertara de su llegada, tenía que ser discreta. Pasó su cuerpo por la ventana cuidando no hacer ningún ruido, creyendo que no llamaría su atención hasta que el chico levantó su vista de su libreta y la dirigió hacia ella -¿Chat noir?-.

-¿A qué debo la visita de la más hermosa de las heroínas aquí, en mi cuarto?- Preguntó el joven pelinegro sin soltar su libreta. Chat Noir se quedó quieta sin responder, parecía que no había escuchado, como si estuviera congelada. Un largo silencio se formó en el cuarto hasta que la rubia fue capaz de romper el mutuo contacto visual. Ya no podía arrepentirse, ya no podía retractarse, tenía que hacerlo.

Chat Noir respiró con disimilo, y colocando su mano en su cadera, caminó hasta la escalera por la cual se subía hasta la cama -Sólo pasaba por aquí, y vi la luz encendida- Dijo con voz coqueta a la vez que subía un escalón.

-Está apagada- Comentó el joven a la vez que señalaba la lámpara que había estado usando.

Chat Noir disimuló el movimiento de su mano que iba a golpearse la cabeza y lo hizo parecer como si recogiera su cabello -De acuerdo, me atrapaste. Quería verte, Príncipe- Subió otro escalón.

-¿Querías verme?- Preguntó con una sonrisa en su rostro pero con duda en su voz.

Chat noir respiró con profundidad. El joven tragó saliva, dirigió su mirada a la heroína que bajó sus manos a los primeros escalones y subió sin decir ninguna palabra hasta estar al mismo nivel que él.

-Yo, yo, no he dejado de pensar en ti- Dijo, casi susurrando, Chat, cuando llegó a los pies del pelinegro -Yo quería verte-.

-E, e, eso y, ya, ya lo d, dijiste- El temblor en la voz del joven aumentaba con forme Chat Noir gateaba sobre su cama hacía él.

-Es porque tenía muchas ganas de verte- Chat había arrinconado al joven contra el respaldo de su cama y su cara se encontraba tan cerca de la de él que podía sentir su aliento. -Quiero darte algo-.

Los labios rosados de Chat noir tomaron posesión de la boca del chico que no tuvo tiempo de hacer algo para impedirlo. Los labios eran tan suaves que era fácil perderse en ellos, perder la noción de la realidad, perder el tiempo, perderse en su aroma. Ella olía deliciosamente, nunca había olido un olor semejante, un olor tan dulce que podía destruir la realidad, como el de ella.

-Chat, n, no puedo- Dijo el chico con dificultad al tratar de alejar a la rubia. -Me gusta alguien- La rubia miró con una expresión de visible confusión al joven, el comentario la había tomado por completa sorpresa. La expresión de Chat noir fue perdiendo su característico brillo y empalideció, nunca había visto que tuviera ese tono -Lo siento, pero, no puedo-.

Las lágrimas brotaron sin ningún anuncio, seguidas de pequeños gimoteos que intentaban ser palabras -N, no, no puedes. T, t, tú er, eras m, mi última, esp, esperanza-.

-¿Esperanza? ¿De qué hablas?- Preguntó el pelinegro que, a pesar de no comprender lo que estaba ocurriendo, se sentía culpable. -Chat ¿De qué hablas?-

-No tiene caso que me lo guarde- Chat frotó sus ojos antes de volver a dirigirle la mirada al chico -No puedo salir con Lordbug si no pierdo mi virginidad-
-¿Qué?-.

La noche y la oscuridad ocultaban la incomodidad y la confusión que estaba sintiendo el pelinegro que se encontraba acompañado por la heroína Chat Noir -¿De qué hablas?-

-Lordbug dijo que no quiere salir con virgenes- Chat siguió secando sus lágrimas antes sin percatarse de la expresión del pelinegro.

-Yo no... Yo no creo que Lordbug haya dicho eso ¿De dónde sacas eso?- El joven tomó de los hombros a la rubia que seguía sin voltear a verlo.

-Él lo dijo, en su entrevista en el LordBlog, el dijo que, que le gustan las mujeres con experiencia ¡Y yo no tengo ninguna ¡porque soy virgen!!

-No grites, por favor, no grites. Mi cuarto no es aprueba de ruido- El pelinegro sujetó la cabeza de la rubia en un intento de calmar a la chica cuyas lágrimas habían regresado. -No creo que se refiriera a la virginidad, y aunque lo hiciera, no tienes que perder tu virginidad sólo porque alguien te lo pide. Quién pida eso no vale la pena.

-Gracias, sniff, sniff. Eres tan bueno, por eso pensé en ti. Eres más honorable que un caballero, Marin, eres un príncipe- Chat seguía intentando contenerse -La mujer que te gusta debe estar enamorada de ti-

-Gracias, pero dudo que Adrinne sepa que me gusta- Dijo Marin mientras se perdía en el recuerdo de su amor platónico. La belleza de su sonrisa en perlada, el brillo de sus ojos esmeralda, la melodía que entonaba su voz cada mañana cuando le deseaba los buenos días por la mañana y que le alegraba el resto del día.

Chat Noir terminó de secar su llanto y recargó su cabeza en su mano -Pero, si fuera Adrinne Agreste la que estuviera en tu cuarto ¿Sí la tomarías?-
-¿Qué?- Antes que Marin fuera capaz de formular cualquier pregunta, vio que frente a él estaba el rostro de su amada Adrinne en el traje de Chat Noir
-¿Ahora si puedes tomarme, Marin?-.

No fue capaz de controlarse, sus labios se habían vuelto más dulces de lo que era hace unos instantes, su cabello relucía como el oro través de la luz que entraba por la ventana. Su cuerpo se movía por instinto sobre la segunda piel que cubría el cuerpo de Adrinne, ese negro traje le impedía sumergirse por completo en ella. Marin estaba embriagado del aroma que tantas veces hubo soñado con oler directo de su piel, piel que deseaba saborear.

El sonido del cierre deslizándose para descubrir el cuerpo de Adrinne fue el aria más erótico que alguna vez escuchó en su vida. En cambio, para Adrinne, fue un golpe fuerte de realidad; el miedo empezaba a invadirla. Ella había ido allí para perder la virginidad, cierto, pero de lo que había creído a lo que estaba pasando en realidad existía una enorme diferencia. Nunca había estado desnuda frente a nadie, Marin la tocaba con tanto cuidado que sentía que se quemaba al tacto ¿Tenía que soportar todo eso por el amor de Lordbug?

Adrinne estaba bañada en sudor, a simple vista parecería que era por el placer que le causaban las caricias y los besos de Marin que estaba hipnotizado por sus eternas fantasías, sin embargo, ella mordía sus labios en un intento de contener el pánico que la embargaba, y el sonido del cierre del pantalón de Marin sólo había ayudado a aumentar su presión. Él estaba por arrebatarle la virginidad que había estado guardando hasta ese momento. Miles de preguntas embargaron su mente, ¿Le iba a doler? ¿Sangraría? ¿Le iba a doler? Cerró sus ojos para no voltear a ver el miembro de Marin, no quería asustarse por su tamaño, no quería verlo; sólo quería que terminara.

Adrinne veía la pared del cuarto de Marin sin ningún interés; no se sentía diferente, y la vez sentía que algo había cambiado para siempre. Después de ese momento no podría mirar a Marin sin recordar el dolor que provocaba desde su coxis hasta su cerebelo al desgarrar la piel de su vagina. Algo se había roto y nunca volvería a su normalidad. No sabía que tenía que hacer.

-¿Estás bien? ¿No te gusto?- Preguntó Marin al ver la expresión vacía que tenía la rubia.
-No- Contestó Adrinne sin darle importancia a la respuesta hasta que se dio cuenta de la pregunta -¡No! No quise decir que no me gusto, es sólo que no puedo dejar de pensar si ahora podré estar con Lordbug-
-Tranquila, si él no te acepta, yo estaré aquí para ti- Marin le mostro una sonrisa a Adrinne con la intención de reconfortarla antes de agregar -Pero algo me dice que él te va a tratar diferente a partir de hoy-
-Eso quiero-.

[One_Shots] Miraculous Ladybug: Lemon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora