[One_Shots] Miraculous Ladybug: Lemon.

Serotonina

Imagen: toriitorii.tumblr.com

Inspirado en el Fanfic Dopamina de TheChatNoirsMeow  @TheChatNoirsMeow 

Se despertó con una calma que no recordaba haber sentido en lo que llevaba de vida, aunque en ese momento no podía recordar mucho, algo normal. La imagen que veía difusa fue tomando forma hasta indicarle que estaba en su cuarto ¿Había pasado la noche en su cuarto? Eso sí era raro. Bajó sus pies para levantarse y una sensación de fría humedad subió por su espalda, había charcos por todo el cuarto. Sólo seguían aumentando las rarezas.

Caminó esquivando las pequeñas lagunas de su cuarto hasta el baño, adentro, trató de despejar su mente mientras orinaba, el baño también tenía charcos, el más grande parecía provenir de la ducha. Más por inercia que por curiosidad, fue hasta le regadera sólo para ver ropa en el pasamanos de la tina. Miró las prendas como si fueran muy interesante, algo le parecía raro y la vez familiar. Era ropa de mujer, ¿En su cuarto? Su corazón se detuvo.

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Su respiración agitada ensordecía el ruido de sus bocas comiéndose mutuamente, ese beso sabía a sangre y a lágrimas. Con su cabello escurriendo a través de su dedos que sentían el calor que emanaba su pequeño cuerpo. Su beso era contantemente interrumpido por sus molestos gimoteos. Despacio, recorrió con su lengua el camino que sus lágrimas habían formado hasta su boca; no hay sabor más glorioso que el de la victoria.

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¿Lo había conseguido? ¿Su plan había funcionado? Caminó de regreso, se asomó con incertidumbre por la puerta del baño, en su cama estaba un montículo del otro lado haciendo una pequeña silueta ¿Era ella?

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La recostó en su cama. Ella seguía llorando sin parar, había soltado la toalla que la cubría su cuerpo para ocultar su rostro desfigurado por el maquillaje corrido. Era mucho maquillaje el que la había desaparecido, sólo quedaban las huella de lo que probablemente fuera un delineador. Aun así, parecía que ella no quería que la viera en ese estado lamentable.

-No digas nada- Fue lo que ella le dijo con el maquillaje corrido y esa mirada autoritaria que tanto le encantaba. No dijo nada, no hacía falta, el "Te lo dije" impregnaba el ambiente a cada momento; además, eso no era lo que importaba, lo que importaba era su siguiente movimiento.

Se deslizó al cuello y pasó a la clavícula con tanta facilidad que demostraba la práctica que tenía en la tarea, sus movimientos sólo era posible desarrollarlos por medio de la experiencia. Ella, en cambio, era material inexplorado. Podía ver como mordía sus labios debajo de sus manos, estaba temblando, sabía que era lo que iba a pasar.

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Regresó a su cuarto, esquivó los charcos con cuidado y vio una toalla en el suelo del lado del montículo en la cama, el cual revisó con cuidado. Era ella.

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Su piel estaba tan chinita del frío que era divertido ver como temblaba al más pequeño contacto, era contrario a él que ardía en el deseo que se había guardado desde el instante que se propuso que tomaría ese cuerpo. Había sido más tiempo del planeado, el resultado era el deseado, pero aun así había sido demasiado.

Lanzó la toalla con fuerza, sólo estorbaba. Ella soltó un micro grito cuando sintió la desaparición de su única protección contra él, ahora estaba por completo a su merced. Generalmente, consideraba a las nuevas aburridas y enfadosas; lidiar con sus inseguridades era molesto. Pero con ella era una victoria.

Agarró con fuerza su muñeca y las retiró de su rostro, quería ver su cara sucumbir de placer ante él. La docilidad que había tenido hasta ese momento pareció desaparecer en el momento que se vio expuesta, forcejeó con todas sus fuerzas para volver a cubrir la expresión de dolor poseía. Al parecer, un corazón roto y la humillación no habían sido suficientes para destruir por completo su espíritu.