Capítulo Treinta: Es mi culpa.

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Leslie pov.

Pestañee un par de veces, sentí mis ojos arder y la incapacidad de hablar, pero luego caí en cuenta de lo afligido que él se encontraba y decidí no aportar a su preocupación, rápidamente me puse de pie y aclare mi voz.

-¡Eso es excelente! – dije con una punzada en el pecho, me sentí tremendamente imbécil e inmadura, tenía más que claro que una gira no significaba no verlo nunca más, solo serían unos meses, pero aun así, había algo en mi interior que quería gritarle que se quedara, pareció desconcertado, imito mi gesto y se paró frene a mí.

-¿Hablas en serio? – pregunto, asentí mientras trataba disimuladamente de evitar a toda costa el contacto visual

-Claro, será divertido

-¿A qué te refieres? – gire los ojos y camine unos pasos hasta mi mochila

-Ya sabes, a todo eso de recorrer el mundo, conocer otras culturas, probar cosas nuevas…Será divertido – afirme, pero él se mantenía serio ante el tema

-Podría serlo para mí, ¿Pero qué hay de ti?, ¿Será divertido para ti el que yo no este? – me conmovió su interés en mi bienestar, pero siempre estuve consiente de que así era su trabajo y yo no iba a atarlo a un lugar para mi propio bien, así que levante la vista del suelo y le sonreí con toda la sinceridad que me fue posible

-…Tráeme un recuerdo, ¿Quieres? – solo me quedó mirando, recogí mi mochila y me marche por el pasillo

-Leslie – musito en un tono bajo, fingí no haberlo oído, lo preferí de esa forma, si me quedaba a escuchar lo que tenía que decirme se daría cuenta de que en realidad odiaba la idea de la gira y lo último que quería era hacerlo sentir culpable, siempre he hecho lo mismo, trato de que nadie salga lastimado por mi causa, a pesar de que eso signifique lastimarme a mí misma… Aunque de todas formas eso nunca me ha importado demasiado.

Aoi pov.

Decidí contarle de inmediato a Leslie sobre la gira, creí que era lo mejor, pero apenas se lo dije me arrepentí, abrió sus ojos de sobremanera y podría jurar que se cristalizaron, pero ella fingió que no le ocurría nada, fingió que le parecía una excelente idea y yo no supe que hacer, no había mucho que hacer de todas formas, recuerden que me rehúso rotundamente a hablar sobre mis sentimientos con ella antes de esa operación, si logro salir vivo de eso, entonces me armaré de valor y le diré todo, es simple y también es lo mejor para ambos.

-…Tráeme un recuerdo, ¿Quieres? – remato, la tristeza se apodero de mí, ella solo me sonrió débilmente, torturando mi ya desequilibrado subconsciente, recogió  su mochila y se perdió por el pasillo

-Leslie – dije con un nudo en la garganta, pero ella hizo caso omiso de mi llamado y siguió su camino, me sentía pésimo, empuñe mis manos y trate de contenerme, si iba con ella acabaría por contarle todo y ese no era el plan, así que imitando su forma de evitar las cosas, decidí que era mejor fingir que no me había dado cuenta de su evidente estado de ánimo.

Al día siguiente, mientras salía del edificio escuche que alguien me llamaba

-¡Yuu! – me gire pero no vi a nadie - ¡Oye, Yuu! – Haruka hizo aparición, correr con esa clase de zapatos era tan imposible como el hecho de que existiese un perro mitad tortuga, llegó hasta donde me encontraba con una mueca de dolor

-¿Por qué no te quitas esas cosas? – propuse refiriéndome a sus tacones

-¿Estás loco?, para ser bella hay que ver estrellas, cariño – reí ligeramente y me encogí de hombros

-Como quieras…¿Te fue bien con lo del trabajo?

-Vaya, que ansioso, recién me lo preguntaste ayer Yuu, ¿Qué esperabas? – guarde silencio, lo cierto era que quería asegurar ese trabajo para Leslie en el menor lapso de tiempo posible, una sonrisa se hizo presente en el rostro de mi acompañante – Pero adivina qué, soy tan buena amiga y te entiendo tan bien – manifestó dramatizando mientras colocaba una mano sobre su pecho y hacía un puchero, espere a que terminara su frase – Que fui a las nueve de la noche a la agencia y resulta que están buscando recepcionistas, ¿Eh?, ¿Qué te parece eso?, ¿Eh?, ¿Eh?, Soy genial, ¿No? – manifestó golpeándome levemente pero repetidas veces con uno de sus codos, esa probablemente sería la mejor noticia del día

Burn the night away ( Un fic de The GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora