Capítulo Tres : Permanente confusión y un llanto en silencio.

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Leslie pov.

Estaba atónita, muda, con un nudo en la garganta que nuevamente me hacía incapaz de hablar

-¿Cuál es tu nombre? – pestañee un par de veces para salir del trance

-…Leslie- murmure, sonrió ligeramente y dirigió su mirada hacia donde se encontraban los niños

-Ese de camiseta roja es tu hijo?- negué con la cabeza

-Es el de camiseta negra

-Lo siento- agregó con una pequeña risa, forcé una sonrisa, no era que me desagradara su presencia, sino que no sabía con exactitud el por qué estaba allí conmigo, me hacía sentir tensa, pero como si pudiera leer mi mente dijo

-Vine para escucharte, Aoi está algo…sorprendido – mire mis zapatillas y sentí como si estuviera cargando el peso de un edificio sobre los hombros

-Yo…te lo agradezco mucho, pero…- suspire – Quisiera  hablar las cosas cara a cara con él, sin involucrar a otras personas

-Dijo que llamaría a la policía, Leslie san – mi corazón pareció detenerse durante un instante – Si vas a hacer algo, tienes que hacerlo ya – la cabeza comenzaba a darme vueltas y a dolerme como mil demonios

-Lo hare- me extrañe de la seguridad que mi voz expreso en esa pequeña frase, asintió

-Déjame saber algo – hizo una pausa – Sin ofender – repuso - ¿Estas completamente segura de que Aoi es el padre de tu hijo? – no pude evitar el sonrojo que se apodero de mi rostro

-No puede ser nadie más…Nunca estuve con nadie antes de él y tampoco después – dije avergonzada

-Comprendo- pareció ponerse más serio – Bueno, entonces… - sacó un lápiz y un papel de su bolsillo –Ten, puedes llamarme si necesitas algo – me pasó el mensaje, le dedique una sonrisa sincera – Hasta pronto

-Adiós – respondí, lo observe mientras se alejaba, comenzaba a anochecer y había empezado a correr un viento de esos que hacen que las hojas de los arboles suenen como una cascada, siempre me agrado ese tipo de clima, pero no es bueno para Ryu, así que cogí mi mochila y me puse de pie

-Ryu!, Nos vamos a casa! – lo espere con mi mano abierta, al llegar hasta mi la tomo

-Mamá, ¿Podemos venir todos los días?, he hecho muchos amigos! – exclamó irradiando alegría, le sonreí y revolví su cabello

-Así lo vi pequeño!, ¿Te divertiste? – Asintió - ¿Cuánto?

-Muuucho! – levanto sus brazos e hizo un medio circulo, reí, realmente amaba cuando hacia eso

-Entonces vendremos otra vez- afirme

-Si! – me abrazo y nos fuimos de vuelta al hotel, luego de un nuevo día sin lograr nada.

Aoi pov.

Me quede mirando a Reita desde la ventana de mi departamento, se sentó junto a esa chica, desee haberle puesto algún tipo de micrófono para escuchar lo que hablaban, luego comencé a experimentar una extraña sensación, me sentía mal por el hecho de que el hubiera ido a hablar con ella siendo yo el supuesto responsable, me sentí como un niñito, realmente odiaba sentirme así, sin embargo, luego de no más de quince minutos, Reita se despedía de ella y regresaba al apartamento

-¿Y? – le pregunte una vez que estuvo adentro, me mostro ambas manos encogiéndose de hombros

-¿Qué quieres que te diga?

-Todo – insistí

-No quiso explicarme nada, dice que solo quiere hablar contigo – me tape la cara con una de las manos, parecía que las cosas se ponían cada vez más difíciles – Creo que deberías hablar YA con ella

-No hasta estar seguro de que yo sea el padre de ese niño

-Ah, bueno pues, te tengo una noticia. Si lo eres – lo miré completamente confundido – Ella era virgen hasta que se metió contigo y desde entonces no ha estado con nadie más - ¡¿Virgen?!, definitivamente la situación no podía empeorar, sentí una presión dolorosa en un hemisferio del cerebro

-No- dije moviendo mi cabeza hacia ambos lados – No, no puedo creerle, ¡No voy a creerle!, ¡Ni siquiera la recuerdo!, no tengo nada que ver con ella

-Y que si tienes que ver con ella?! – exclamó – Ella, no es el tema más importante aquí, es ese niño!, tu eres su padre , entonces responsabilízate por eso!

Tenía razón, toda la maldita razón, pero yo seguía demasiado enfrascado en negar todo hecho, palabra o prueba que Reita estuviera argumentando

-¡¿Y tú le crees?! – espeté - ¡¿Quieres que le crea a una tipa que no he visto en mi vida?!, ¡Podría estar tratando de robarme todo! , ¡¿Cómo es que eres capaz de creerle?! – esta vez fue el quien negó con la cabeza, al mirarme percibí cierta compasión, o lástima, fuera lo que fuera, yo prefiero la primera.

-Habla con ella y te darás cuenta de por qué le creo, nos vemos Aoi – dicho esto se dio media vuelta y desapareció tras la puerta, me quedé un rato sentado en el sofá, mirando sin pestañear una pelusa que había en la alfombra, me sentía intoxicado por todo lo que había ocurrido y ahora comenzaba a sentirme culpable y confundido, necesitaba despejarme, tomé las llaves de mi auto y salí a tomar algo.

Leslie pov.

Estaba durmiendo profundamente, eso, hasta que un pequeño quejido me despertó, fruncí el ceño, luego, dichos quejidos se convirtieron en toses, abrí los ojos de golpe, no podía ver nada, pero salté de la cama y fui hasta donde Ryu, tosía, tosía compulsivamente

-Tranquilo…- le dije mientras lo sentaba y sobaba su espalda, la verdad, esto de la tos era nuevo, ya que no tenía nada que ver con la enfermedad que poseía, tenía miedo de que se tratara de un agravio, por más palmadas que le diera la tos no cesaba

-¿Te duele mucho? – pregunté agitada, hizo un gesto afirmativo con la cabeza, tenía los ojos cerrados por el dolor, necesitaba un hospital, pero no tenía idea de donde había uno y menos uno que funcionara como se debe a las cuatro de la madrugada, entonces lo recordé, corrí a buscar mi abrigo y del bolsillo extraje el papel que me había sido entregado, con dedos temblorosos marqué el número y espere.

-¿Si? – una voz somnolienta respondió del otro lado

-Su- Suzuki san?, soy Leslie, la chica – hice una pausa para tomar aire, Ryu seguía tosiendo – La chica del parque

-Oh si, ¿Qué pasa?

-Necesito ir a un hospital ahora, Ryu está teniendo una crisis, ayúdame por favor – mi voz se quebró

-¿Dónde te estás quedando?

-En el hotel Sanako

-Se dónde es, voy para allá – luego de eso la llamada se cortó

-Aguanta Ryu – le pedí acariciando su cabello – Sé que puedes hacerlo – pero las lágrimas me contradecían , agradecí que no tuviera los ojos abiertos para verme, y agradecí las habilidades que había adquirido a través de los años para esconder toda la tristeza y los síntomas que un llanto conllevaba, temblores, sonidos, todo, porque hace cuatro años que yo solo me permitía llorar en silencio. 

Burn the night away ( Un fic de The GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora