Capítulo Dos: Miedo y cobardía.

1.7K 72 0
                                    

Aoi pov.

La chica se deshizo de mi camiseta, no sabía dónde estaba ni veía su rostro, pero no me importaba, la sensación del momento abrumaba mi conciencia hasta el último rincón, la piel de su cuello era suave, lo comprobé con mis labios, su perfume era embriagador, pero de igual manera no sabría decir que aroma era con exactitud , podía sentir como sus manos se enredaban en mi cabello, imité su gesto, era suave, increíblemente suave, como el de un bebé, no escuchaba más que nuestras respiraciones y el denso sonido lejano de una música tecno, finalmente me deshice de la única prenda que le seguía cubriendo el torso y lo vi, un lunar en forma de estrella, una pequeña, casi imperceptible y desalineada estrella.

                                     °°°

Abrí los ojos de golpe, mire a ambos lados de la cama como para comprobar si efectivamente estaba solo, lo estaba, y esa era mi cama, así que debía haber sido solo un sueño, me senté y apoyé mi rostro contra las manos, no podía dejar de pensar en ese jodido sueño, y preguntas del tipo “¿Qué pasa si es verdad?, ¿Y si no fue un sueño?, ¿Y si era un recuerdo y Reita tiene razón?”, sacudí mi cabeza y salí de la cama para darme una ducha, pero al enjuagarme el cabello solo recordé el supuesto tacto de las manos de la chica, maldije a Reita un par de veces por haberme contado lo que se supone ocurrió esa noche, jamás en mi vida me había sentido tan asustado por algo, no quería creer que era verdad, salí del edificio en dirección a mi auto cuando me pareció ver una figura “conocida” tras otro vehículo, el corazón se me detuvo, me levante las gafas de sol y agudice la vista para ver mejor, era la chica, intentando pasar desapercibida en vano.

Leslie pov.

El primer día en el hotel fue bastante bueno, como era de esperarse, Ryu se dio cuenta de que no había piscina, no lloró, ni mucho menos hizo un escándalo, jamás lo hace, solo se pone triste y se convierte en algo así como una pequeña nube negra que recorre la casa con la cabeza gacha, pero eso me rompe el corazón, así que llene con agua la descascarada bañera que por sorpresa había y le dije que podíamos fingir que era una piscina, su cara se iluminó y volvió a ser el mismo niño alegre de siempre.

Entre mis planes para hoy se encuentran conseguir trabajo e intentar hablar con Aoi de nuevo, sobre todo intentar hablar con Aoi de nuevo, para eso, lo esperé fuera del edificio donde reside, pero luego me acobarde y corrí a esconderme tras un auto, por supuesto que Ryu estaba conmigo, me niego a dejarlo en una guardería cualquiera, prefiero estar con el por si tiene alguna crisis.

-¿De quién nos escondemos? – preguntó

-¿A qué te refieres?- le contesté mirando hacia la entrada del departamento – No nos estamos escondiendo de nadie – mentí

-¿Es de tu amigo de ayer? – estaba por responderle pero al volver a mirar hacia allá, la mirada de él se encontró con la mía , decidí salir de mi escondite e ir con él, pero cuando me vio avanzar se bajó las gafas de sol y caminó rápido al que debía ser su auto, lo llamé un par de veces, pero me ignoró, se metió en el condenado vehículo y condujo lejos, mi dignidad yacía tirada en la calle, siendo atropellada por todos y cada uno de los autos que a esa hora pasaban, tomé a Ryu en brazos y me dirigí a un supermercado cercano para conseguir trabajo, en el camino sentí los brazos de mi pequeño aferrarse a mi cuello y supe que seguiría insistiendo, incluso si tenía que tomar medidas drásticas yo salvaría a mi hijo.

Aoi pov.

Comenzaba a asustarme.

Tres días después de la llegada de aquella chica, ella seguía apareciendo frente a mi edificio, cada día y cada noche, no quería enfrentarla, no quería siquiera escucharla o ver su cara detenidamente, puesto que el día en el que se presentó no me fijé en nada especialmente, tenía un miedo que hace mucho no había sido capaz de percibir, ese miedo que te ataca por dentro y te hace sentir como si estuvieras cayendo desde un abismo sin final, me ponía los nervios de punta, así que decidí hablar con la única persona que sabía acerca de mi supuesto error.

-¿Qué ocurre con eso? – preguntó Reita luego de que le recordé acerca del tema

-Básicamente, se ha aparecido aquí en frente durante tres días, TRES DÍAS, no sé qué hacer – se encogió de hombros

-Habla con ella

-¿Crees que es así de simple?, Reita, esa chica podría ser peligrosa, debería llamar a la policía

-No creo que sea peligrosa, debes conversar con ella, con calma, deja que te explique las cosas, y luego ve que harás al respecto

-¿Al respecto con qué?

-Si el niño es tuyo – dijo incrédulo

-No quiero pensar en eso

-Solo ponte en ese caso – me quedé en silencio, ¿Qué debería hacer si así fuera? – Aoi, ya tienes treinta y cuatro años, ¿No crees que está bien para comenzar a armar tu vida?

-Sí, pero- me interrumpió

-¿Pero qué?, ¡¿Pensabas tener hijos a los sesenta?! – dijo divertido – Así no funcionan las cosas – debió haberme visto bastante afligido, porque se puso de pie y me golpeó el hombro ligeramente

-Hablaré con ella

-¿Lo harías?

-Ya lo dije ¿No?

-Me harías un gran favor – le dije sintiéndome más aliviado

-Lo sé, lo sé, agradéceme luego, ahora, ¿Dónde está la chica? – miré el reloj que tenía colgado en la pared

-A esta hora debe estar sentada en el parque de aquí al lado – prácticamente me había aprendido de memoria sus horarios, lo cual solo aumentaba la situación tensa que se negaba a desaparecer desde que supe acerca de lo que había pasado con ella

-Luego te cuento como me fue – dijo para luego salir, solo asentí, esperando que después de conversar con Reita la chica se diera por satisfecha y desapareciera, pero claramente, me equivoqué.

Les pov.

Me dieron el trabajo en el supermercado. Como empaquetadora, es mejor que nada.

Me siento hecha una gallina, en tres días no he podido lograr mi objetivo, ni siquiera he estado cerca de lograrlo, sólo porque soy cobarde, sé que esperar todos los días a que salga y a que vuelva de donde sea que va no es la mejor idea, pero es mejor que nada.

Mejor que nada.

Desde que Ryu nació no ha habido otra frase para describir mejor mi vida, suspiré, me hallaba sentada en una de las bancas del parque mirando a mi hijo jugar con otros niños, cuando una voz me llamó la atención

-Hola – me dijo y se sentó a mi lado, estaba más que sorprendida – Tu debes ser la chica que apareció frente al departamento de Aoi el otro día, ¿Me equivoco?.

Burn the night away ( Un fic de The GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora