Capítulo Cuarenta y dos: Lo que corresponde.

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Leslie pov.

Un día después de la visita de Takumi, a eso de la ocho con treinta de la tarde, me halle sorpresivamente ansiosa de su llegada, no dejaba de recorrer el apartamento de aquí para allá buscando excusas que sirvieran para mantener mi cabeza ocupada

-¡Leslie, quédate quieta! – reprocho Haruka divertida, ella se quedaría a cuidar de Ryu durante mi ausencia, me detuve, pero apenas lo hice otra de mis tantas preocupaciones acoso mi mente

-¿Podrás cuidar bien de Ryu? – dije afligida arqueando las cejas, ella giro los ojos y soplo un mechón de cabello que le había caído sobre el rostro con aire extenuado – Deje su cena en la nevera, caliéntala unos dos minutos, no lo dejes beber mucha agua antes de costarse, que se lave los dientes, en caso de cualquier cosa, su inhalador está en el cajón de-

-Del velador junto a su cama, lo sé, ya lo has repetido unas cuatro veces, no creo ser tan mala niñera, no matare a tu hijo

-Lo siento, ¿Crees que podrás con él? – resoplo

-Es pan comido                niña, ya halle el modo de dejarlo tranquilo – lo señalo con un ligero movimiento de cabeza, me asome por el pasillo y lo vi enfrascado mirando la pantalla de la computadora portátil de Haruka, voltee a verla

-¿Qué está viendo?

-A su papi, descargue todos los lives de la banda que encontré, estará ocupado durante un buen rato – reí ante lo inusual y eficaz al mismo tiempo que resultaba su idea, ambas nos hallábamos en el cuarto que Ryu y yo compartíamos, me quite la camiseta y busque la de Invaders, cuando la hube encontrado me la coloque y me senté en la cama para calzarme un par de zapatillas de lona

-¿Vas a ir así? – interrogo ella señalándome con un dedo mientras me escudriñaba de pies a cabeza, mire mi tenida detenidamente

-Si…- respondí como si fuera lo más obvio, Haruka volvió a rodar sus ojos, se dejó caer bruscamente en la cama y se golpeó la frente de manera exagerada

-Dios, ¿Vas a ir al parque a jugar con tierra o a una cita, Leslie? – negué con la cabeza, divertida con la situación

-Solo para que lo sepas, él me dijo que le gustaba esta camiseta – solté luego de una pausa, ella abrió los ojos como platos y sonrió ampliamente

-¡Lo hubieras dicho antes! , eso cambia muchas cosas – manifestó con otro de sus infaltables guiños - ¿Y qué?, ¿Tu ropa interior también tiene diseños frikis?

-¡Haruka! – reproche, la aludida solo se encogió de hombros

-¿Qué?, si al chico le gustan esa clase de cosas sería un punto a favor para ti tener algún diseño de Mario Bros o de League of legends en tus bragas, ¿No? – su teoría logro sacarme una carcajada debido a lo sorpresivo que resultaba que supiera acerca de esas cosas

-¿League of legends? ¿Juegas League of legends?

-Tengo mucho tiempo libre – confeso mirándose las uñas con indiferencia, en ese momento unos golpes en la puerta hicieron que ambas diéramos un respingo, mentiría si dijera que al escucharlos el pulso no se me disparo o que no se me hizo un nudo en el estómago y es que a pesar de todo, esta cita significaba una oportunidad para recuperar algo de mi pisoteada autoestima, significaba una oportunidad para pensar en un futuro “real”, no uno ficticio como el que creí podía tener con Aoi algún día

-¡Ese debe ser tu chico! – exclamo animada Haruka sacándome de aquel recóndito lugar del subconsciente, me tomo de una mano y me arrastro con ella hasta la sala, una vez allí, me soltó y yo aproveche el momento para acuclillarme y mirar a Ryu que estaba sentado en el comedor

Burn the night away ( Un fic de The GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora